Matt me llevó hasta su coche, se detuvo frente a la puerta del copiloto y la abrió, haciéndome un gesto para que entrara. Miré fijamente al asiento y luego volteé a ver a Matt con el ceño fruncido.
—¿esperas que entre a tu auto? —señalé la puerta abierta.
Asintió lentamente.
—Por favor —. Su semblante era sombrío. No parecía muy feliz de verme.
—¿porqué? ¿A dónde iríamos? —levanté una ceja interrogante.
—Emme —me tomó de los hombros —todo está bien, pero tenemos que ir al hospital.
Me sorprendió eso último y mi mente no llegaba a conectar el cabo suelto de la conversación.
—¿al hospital? —parpadee repetidas veces —no te entiendo Matt, ¿para que iríamos...?
De repente, vino a mi mente la imagen de nuestros padres y sudé frío.
—¿sucedió algo malo con mi mamá y Dan?
Matt negó.
—Dan está bien pero, escucha Emme —, me cubrió las mejillas con las palmas de sus manos —, el parto de tu madre se ha adelantado.
Sentí la sangre abandonar mi rostro, me separé del cálido tacto de Matt y me senté en el asiento del auto casi mecánicamente.
—porfavor —susurré mirando hacia enfrente —llévame con ella...
Matt cerró la puerta y se dirigió a su lugar. Encendió el auto y salió del aparcamiento del bar. Comenzó a avanzar por la carretera y una luz roja nos detuvo de golpe.
— ¡mierda! —Exclamó Matt al detenerse de golpe y hacernos tirar contra el cinturón de seguridad—lo siento, no la vi...
—descuida... —no me di cuenta que mis manos temblaban sino hasta que Matt las cubrió con su mano libre.
—Ella estará bien Emme —dijo mientras se volvía a poner en marcha. Me sostuvo una de las manos con la suya y los temblores desaparecieron lentamente.
Tener a Matt cerca me daba paz, y se lo agradecía demasiado, todo el enfado que sentía por él por no haberme llamado durante toda la semana se esfumó con tan sólo el toque de sus dedos.
Cuando llegamos al hospital corrimos a la sala de espera, ahí la recepcionista nos informó que mi mamá todavía se encontraba en la sala de parto. Daniel se encontraba con ella y por lo mismo aun no se sabía nada más.
Matt me llevó a sentarme a la sala de espera.
—tranquila, todo estará bien caperuza, Dan está con ella así que estará bien protegida.
Asentí lentamente pero, aun así mi vista comenzó a ponerse borrosa a causa de las lagrimas no derramadas.
—¿Matt?
—dime —podia sentir su firme mano en mi espalda.
—Mamá sólo tiene seis meses de embarazo... tu... ¿tu crees que, en verdad, estará bien? —me cubrí la cara con las manos.
—Ella va a estar bien, Emme. Estoy seguro de que, tanto ella, como el bebé, estarán bien... —Matt me acarició la espalda intentando reconfortarme.
Sentía como mis manos se comenzaban a empapar con las lagrimas que tanto me había obligado a retener, no me gustaba estar en esa posición tan lastimosa e indefensa pero ya no podia retenerme más. No recordaba cuando había sido la última vez que había hablado con mi madre, ni siquiera lograba recordar qué había sido lo último que le había dicho. Estaba tan enfadada con ella que ni por un segundo recordé que ella era mi madre, me alejé por completo de ella y ni siquiera sabia como era su salud actual. Pensar que talvez no tendría la oportunidad de solucionar nuestros problemas me rompía el corazón.
Sin pensarlo demasiado me arrojé hacia el pecho de Matt y comencé a llorar escandalosamente, no quería seguir maquinando los peores escenarios pero no podia evitarlo. Necesitaba aferrarme a algo, quería sentir el acostumbrado calor del cuerpo de Matt, sentir como él me apretaba entre sus brazos y me llenaba de paz y tranquilidad momentáneas.
—no... no quiero, no quiero que le pase nada...
—sh... todo estará bien cielo... —Matt susurraba en mi oído mientras me sentaba sobre sus piernas —nada malo va a pasar...
Continuó abrazándome y susurrandome palabras dulces hasta que, después de unos minutos eternos, mis sollozos comenzaron a disminuir un poco. Seguramente, ahora mis ojos estarían completamente enrojecidos y el maquillaje que me había puesto estaría hecho un desastre, distorsionando toda mi cara, aun así, cuando levanté el rostro, Matt me sonreía amable y podia sentir la adoración que me brindaban esos preciosos ojos plateados mientras limpiaba los rastros de mis lagrimas saladas con sus pulgares.
—tranquila nena, yo estoy a tu lado, pase lo que pase, seré tu soporte.
Sus brazos me rodearon de nuevo y yo me aferré al calor de su regazo, en tanto volvía a hundir el rostro en su pecho y nuevas lágrimas volvían a brotar de mis ojos. Cada minuto que no tenia noticias sobre mi mamá me volvía aun más paranoica respecto al intrigante futuro.
La postura de Matt cambio luego de unos minutos más y su voz sonó considerablemente baja, teniendo en cuenta el lugar en el que nos encontrábamos.
—Papá —murmuró, dandome unas ligeras palmadas en la espalda, como una señal de que debía levantarme.
No había necesidad de que me enviara alguna señal, ya que, en cuanto lo escuché pronunciar la palabra "Papá" mi cuerpo se levantó como un resorte.
Rapidamente, comencé a caminar hacia un muy cansado Daniel, mientras trataba de limpiarme la cara con las palmas de las manos. No hubo necesidad de caminar gran distancia para llegar a él y, en cuanto me detuve frente a Dan, me di cuenta de que Matt me siguió y de que se había quedado tras de mi.
—Daniel, ¿como está mi madre? Y el bebé, ¿se encuentra bien? ¿Que sucedió? —las palabras me salieron demasiado rápido, y no estaba segura de si Dan me había entendido. Su rostro reflejaba un sin fin de emociones diversas y su semblante lucia agotado.
—Emme, una pregunta a la vez —Matt me puso las manos en los hombros y apreto ligeramente. Se dirigió a Dan, su voz mucho más tranquila que la mía —¿como se encuentran?
Daniel se pasó una mano por el cabello, luego de haberse quitado el gorro quirúrgico, y nos observó, con la fatiga reflejada en sus iris.
—ambos están fuera de peligro. —me miró tranquilamente y el alma me regresó al cuerpo —Emme, él parto se adelantó bastante y tuvieron que realizarle una cesárea a tu madre, la bebé es realmente pequeña pero está saludable, en lo que cabe. Sin embargo, deberá estar bajo observación médica y se tendrá que quedar en una incubadora hasta que esté lo suficientemente sana —sonrió —tu madre está agotada pero bien, ahora mismo está durmiendo pero el médico dice que despertará en unas horas y podremos pasar a verla. —observó a Matt y le sonrió con un sentimiento de orgullo el cada una de sus expresiones —Matthew, no sabes cuanto te agradezco todo lo que has hecho, en verdad no tengo palabras para describir lo orgulloso que estoy de ti —le ofreció la mano a su hijo y éste se la estrechó con una sonrisa tímida en su rostro.
—no hay nada que agradecer, hubiese hecho lo mismo por cualquiera —Matt sacudió las manos estrechadas y después soltó la mano de Dan para llevársela a la cabeza y rascarse mientras una sonrisa avergonzada aparecía en su cara.
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COLOREA MI CORAZÓN
RomanceElla vivía en un mundo color de rosa. Él sabía que el mundo estaba pintado con muchas tonalidades diferentes... Emmeline Hood está cansada de intentar que Matthew Denell, su hermanastro, cambie su conducta tan atrofiada. Sin saber que la única forma...