— ¿Que necesitas Abby?— Matt sonaba muy renuente
— Quisiera que aceptaras mis disculpas, por la forma en que te hablé la otra vez...— a mi mamá le salieron con mucho esfuerzo esas palabras
Tanto Matt como yo nos asombramos por lo repentino de las palabras. Carraspeé un poco, llamando la atención de Matt, le hice un gesto interrogante, esperando por su respuesta.
— Esta todo bien Abby— sonrió de lado mientras ponía una mano en el barandal de las escaleras— después de todo, creo que me había ganado a pulso lo de borracho, sin embargo... me prometí a mí mismo ya no tomar en exceso las bebidas alcoholizadas— se dio media vuelta y subió los escalones de dos en dos
En ese momento, oí como Dan soltaba el aire contenido y mamá suspiro, casi como si hubiera estado levantando una pesa de cincuenta libras.
— No me esperaba una conversación tan civilizada— le comentó mamá a Dan
—Ni yo. Me impresionó la forma tan madura en la que Matt aceptó tus disculpas...
— A veces las personas te pueden sorprender — interrumpí, los dos me miraron—, de formas totalmente inexplicables... — me encogí de hombros y suspiré. Al parecer, le tienen un terror absoluto a las palabras de Matt...
A veces, las personas llegan a sorprenderte para mal, y no para bien...
— Eso es cierto hija— mamá sonrió — ¿te divertiste con los chicos?
Recordé el centenar de veces en las que Matt aprovechó para besarme, abrazarme e, incluso, manosear mi trasero a escondidas durante todo el trayecto del día y sonreí.
— Me divertí mucho mamá— sabía que tenía plasmada una enorme sonrisa en el rostro— pero ahora estoy muy cansada— volví a tomar mis compras de la mesa y cargué con ellas hasta las escaleras— buenas noches— me despedí y subí hasta mi recámara, escuché a mis espaldas las voces de ellos decirme buenas noches.
Dejé las bolsas de papel sobre la cama, me senté en ella, y comencé a sacar las cosas que había comprado. Compré algunos pines de súper héroes, un libro de una nueva serie a estrenar y, lo más preciado hasta el momento, la varita de saúco de Harry Potter.
En el fondo soy tan friki como lo es Cameron...
También compré un libro acerca de cómo diseñar personajes y otras cosas. Ese sería uno de los regalos para el cumpleaños de Matt, el cual estaba a punto de llegar.
Metí la mano en la última bolsa y me di cuenta de que me había traído las cosas de Matt. Unos cuantos cómics nuevos y uno que, se suponía, era edición limitada, volví a guardarlos dentro de la bolsa y sonreí. Era la excusa perfecta para ir a la habitación de Matt.
Me levanté de la cama y salí de mi habitación contenta pero, cuando estuve frente a la puerta cerrada del cuarto de Matt me entraron los nervios. ¿Qué tal si no le gustaba que entrase a su dormitorio?
Bueno, él se la vive entrando en el mío... aunque eso es diferente, yo le he dado mi consentimiento para que entre... y bueno, él siempre me sacaba a patadas del suyo...
Preferí tocar a su puerta y esperar a que me abriera. Mi cara de sorpresa al mirarlo por la puerta entreabierta no tenía precio.
Su cabello estaba despeinado y sólo traía puestos sus pantalones pijama, como siempre. Pero, lo que en verdad me hizo abrir la boca como una tonta, fueron los anteojos que adornaban su hermosa cara. Era un simple armazón delgado y negro, pero a él lo hacían ver totalmente irresistible. No existía ninguna cosa en el mundo con la que este hombre se viera mal. Los lentes me lo comprobaban.
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COLOREA MI CORAZÓN
RomanceElla vivía en un mundo color de rosa. Él sabía que el mundo estaba pintado con muchas tonalidades diferentes... Emmeline Hood está cansada de intentar que Matthew Denell, su hermanastro, cambie su conducta tan atrofiada. Sin saber que la única forma...