19. FELICITÀ

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Era más fácil decirlo que hacerlo...

Ese fue mi pensamiento cuando llegó el sábado en que nos iríamos de campamento y yo me encontraba en mi habitación con Lía, preparando la mochila para "el gran momento".

Mi madre aún no regresaba de la casa de Tom pero la había llamado y me dijo que no habría ningún problema en que Dan se hiciera cargo de la tienda durante el fin de semana. De todas formas, las cabañas se encontraban a sólo unos kilómetros del rancho de Cam, así que no estábamos lejos de la "civilización" por así decirlo.

— ¿Te he mencionado que ninguna de tu ropa interior dice: cógeme, cógeme tan duro que pierda el sentido?

Lía se estaba burlando de mi poco sentido de la sensualidad y, por primera vez en la vida, tenía razón. Casi toda mi ropa decía nerd por todos lados y sólo tenía unos cuantos conjuntos decentes que, a pesar de poseer un poco de encaje, eran tan ñoños como los que traían dibujos animados.

— ya lo sé Lía... pero no voy a salir corriendo a las tres de la tarde a comprar ropa interior decente... tendré que hacer algo con lo que tengo a la mano... además, Matt me ha dicho claramente que yo le gusto con o sin encaje presente...

—amiga, eso lo dicen todos, pero en el fondo les excita verte con encaje transparente por todos lados

— ¿lo dices por una experiencia reciente?

Lía tuvo la amabilidad de sonrojarse ante mi ataque.
Se había decidido a salir con Seth y, al parecer, terminaron rodando sobre el asiento trasero del auto del chico.

— talvez no sea de tu incumbencia querida, pero debo afirmar que la juventud tiene energía de sobra hoy en día — sonrío coqueta

Rodeé los ojos asintiendo

— lo dices como si tu fueras una anciana

— lo soy en comparación a él... aunque eso no me impidió bajarle los pantalones anoche...

Lía y Seth ya eran casi una pareja oficial pero, a mi amiga aun le costaba creer en los hombres. Aun así, Seth era detallista, amable y, según ella, buenísimo para los juegos sexuales. Incluso Lía me dijo que había posiciones que, hasta ese momento, desconocía y que, gracias a Seth, ahora eran de sus favoritas...

—Eso, querida amiga, es demasiada información para mí...— Solté una carcajada

— Lo siento— sonrió— pero sólo estoy tratando de aconsejarte un poco, a los hombres les gusta que los seduzcas...

— Ya pero... me será difícil hacerlo la primera vez...

— Oh, cierto...— Lía se rió pero comenzó a concentrarse en la tarea. Tomó de entre mis cajoneras unas bragas negras de licra y algodón— Esto quedará bien. Es sencillo pero al menos es negro. Y ahora...— Buscó hasta que encontró un sostén negro con los tirantes decorados con un lindo encaje— Con este se verá bien, al menos te verás elegante...— Se sentó sobre la cama.

Le saqué la lengua pero acepté el conjunto que me ofrecía y lo guardé en la pequeña mochila de viaje que estaba preparando. Arrojé un par de jeans, un bikini azul, y dos blusas ligeras, también preparé mi neceser y unas sandalias.

En cuanto cerré la maleta tocaron a la puerta de mi habitación. Un lindo campista parecido a Matt se asomó por la puerta entre abierta.

— ¿Terminaron guapas?— Su camisa a cuadros y sus bermudas azules le quedaban perfectos.

—Ya metiche— Contestó Lía sonriente, bajándose de la cama — Tú también ya estás listo, por lo que veo— Lo barrió con la mirada y se rio— ¡hola Ken!

COLOREA MI CORAZÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora