Aún no recibía contestación alguna de Daniel cuando llegamos a la casa, y eso me preocupó. Matt detuvo el coche frente a la casa y apagó el motor suspirando.
— Lo siento nena pero yo te espero aquí— apoyó su cabeza contra el respaldo de su asiento
Asentí lentamente
—Entiendo. Descuida Matt, no tardaré mucho tiempo— me desabroché el cinturón de seguridad y me acerqué para besarlo en la mejilla— gracias— le sonreí y me bajé del auto
—Espero que no tardes...— Matt lucía ansioso y con ganas de pisar el acelerador del coche
Bajé del auto y me asomé por la puerta abierta
—Matt ¿todo bien?—fruncí el ceño
—si..., no. No lo sé. — Me miró sumamente preocupado— es sólo que, discúlpame, pero tu mamá está loca y si se entera que estoy aquí es capaz de tratar de echarme a patadas de su jardín... con todo y embarazo riesgoso
—vamos, ni que fuese el demonio...
— lo parece...
Levanté las cejas a modo de reproche y él sonrió de lado
— Está bien enana, lamento ser grosero...— rodó los ojos y susurró como quien no quiere— aunque sea verdad. — me miró más relajado y continuó: — Ahora entra por tus cosas y no tardes, o si no nos perderemos el inicio de la película
—De acuerdo— volví a sonreír y me encamine hacia el porche de la casa.
Las luces del piso de abajo de la casa estaban apagadas, así que supuse que Dan aun no había llegado. Lo preocupante es que aún no me llegaba ninguna respuesta al mensaje que le había enviado y eso me ponía más nerviosa a cada segundo que pasaba.
Entré dentro de la casa sin querer hacer ningún tipo de ruido alarmante y encendí la luz del recibidor. Dejé mi bolso sobre la mesita de entrada y subí las escaleras lentamente. La luz del cuarto de mamá estaba encendida y la televisión se escuchaba a todo volumen, decidí no molestarla para que no comenzara a atosigarme con preguntas que ni siquiera sabría como responder, entré rápidamente a mi habitación y saqué una sudadera color caqui de mi armario mientras miraba la pantalla de mi celular
Mierda Daniel, ¡contéstame rápido por favor...!
Casi como si lo hubiese invocado, mi teléfono comenzó a sonar con el habitual tono de llamada entrante mientras tomaba una mochila para guardar mis cosas.
—Hola Emme— saludó bastante apurado— disculpa que no haya visto tu mensaje, salí a comprar un helado de vainilla para tu mamá pero ya voy doblando la esquina... ¿pero qué...?— su voz se trastornó y, a través de la bocina del teléfono alcancé a escuchar unos alaridos de dolor.
— ¿Dan? ¿Dan, me escuchas? ¿Qué pasa?
Pero Dan ya no le prestaba atención a la llamada. Sin embargo, pude escucharlo gritar demasiado molesto
— ¡Matthew! ¡¿Pero, qué hiciste?!
Esas palabras me sorprendieron y me asustaron, sobre todo porque Matt estaba fuera de la casa y temía que algo malo le hubiese sucedido. Dejé la mochila y mis ropas botadas sobre mi cama, corrí fuera de la habitación y bajé las escaleras de dos en dos. La puerta de entrada estaba abierta así que salí como una flecha hacia el jardín.
Cuando estuve por fin fuera de la casa no pude comprender la escena que tenía delante de mí. Mi madre se encontraba tirada en medio de la acera, frente al coche de Matt, con Daniel intentando socorrerla, ella chillaba adolorida y se retorcía inconscientemente mientras que sus manos se tocaban el vientre ya abultado. Matt estaba parado frente a ellos; su tez estaba pálida y pude notar sus manos temblar. Caminé hacia ellos en total estado de shock, sorprendida y sin saber lo que estaba ocurriendo.
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COLOREA MI CORAZÓN
RomanceElla vivía en un mundo color de rosa. Él sabía que el mundo estaba pintado con muchas tonalidades diferentes... Emmeline Hood está cansada de intentar que Matthew Denell, su hermanastro, cambie su conducta tan atrofiada. Sin saber que la única forma...