Matt estaba cada vez peor, en los días posteriores a mi intromisión en su habitación, había estado llegando mucho más tarde de lo habitual en él los fines de semana y, varias de las veces, en un estado de ebriedad tan grande que ni siquiera lograba llegar a su habitación. Esas eran las veces en las que Daniel no podía aguantar más y le daba tremendas reprimendas acerca de su comportamiento, pero Matt siempre le contestaba de manera desenfadada y burlona, alegándole que él no tenía cara para hablar sobre valores y moralidad, Dan mostraba entonces todas las tonalidades de colores en su rostro, murmuraba entre dientes y dejaba a su hijo en paz, alegando que no tenía tiempo para discutir con un chico semi-consciente y todavía borracho, tomaba sus cosas para sus clases y se marchaba de la casa sin decir ni una palabra más. Justo eso pasó hoy, mientras estábamos desayunando Matt apareció por la puerta que conecta al comedor con la sala; con la ropa de ayer y una fuerte resaca, Dan salió antes de lo previsto hacia sus clases sabatinas, no pudiendo aguantar un momento más frente a su hijo.
Mi madre se molestaba pero era rara la ocasión en la que se entrometía en las discusiones de padre e hijo, sin embargo, esta ultima vez se levantó de la mesa y le dijo a Matt que no debería pelear así con su padre. Literalmente, la mandó al diablo.
- ¡Tú no te metas Abby!- le gritó Matt, girándose hacia ella- y mejor te callas, si no...
Eso despertó mi genio y lo interrumpí muy molesta.
- Si no, ¿Qué? - le grité mientras me colocaba entre él y mamá- Matt, no le hables así a mi madre - advertí
- Yo le hablo como quiera- respondió entre dientes, acercando su rostro al mío, pero conteniendo sus gritos - tampoco comiences con tus sermones de hija modelo, al menos tú déjame en paz - en lugar de continuar con la pelea, dio media vuelta y se marchó a su habitación, dando por terminado su berrinche con un portazo.
Matt definitivamente no soportaba a mi madre y nunca entendí el porqué, sobre todo al saber que mucho antes de que mi madre comenzara su relación con Dan, él ya se mostraba grosero con ella.
Sabía que Matt no saldría de su habitación hasta que la necesidad de comer algo lo hiciera bajar a la cocina y prepararse algo; a veces se encerraba dentro de su cuarto por horas.
Miré a mi madre, se veía pálida, fruncí el ceño recordando que Matt le había lanzado una advertencia muy directa, aunque... ¿qué podría saber Matt que la alterara tanto? A veces sentía que me perdía parte de la historia en mi propia casa, porque también, ¿cuál es la razón para que Dan le permitiera comportarse de ese modo a Matt? Siendo tan correcto como era, si yo fuera él, hace mucho que hubiera corrido de la casa a alguien tan desquiciante y maleducado como Matthew, pero al contrario, Dan protegía a su hijo por sobre todo y era muy permisible con él, aunque no estuviera de acuerdo en las decisiones que tomaba.
Ambos ya éramos lo bastante mayores como para vivir por nuestra cuenta, sin embargo, nuestros padres querían que conviviéramos más con ellos antes de terminar la universidad y, según ellos, salir a formar nuestra propia vida lejos de su hogar, aunque... estando las cosas como estaban la única que convivía con ellos era yo. También era de mucha ayuda el apoyo que nos brindaban al dejarnos vivir con ellos, debido a que la universidad estaba bastante cerca y reducíamos gastos de arrendamiento y transportes. Matt en realidad no apreciaba lo mucho que nuestros padres se esforzaban.
No es que mi hermanastro sea un vago borracho, a fin de cuentas iba muy bien en su carrera y tenía un empleo de medio tiempo, con el que pagaba la mayor parte de sus gastos, a excepción de la universidad; esa era pagada en mayoría por sus padres. A Dan nunca le gustó la idea de que Matt trabajara en un bar, mucho menos cuando se la pasaba bebiendo todos los fines de semana, aunque de nuevo, a Matt eso le importaba un comino.
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COLOREA MI CORAZÓN
RomanceElla vivía en un mundo color de rosa. Él sabía que el mundo estaba pintado con muchas tonalidades diferentes... Emmeline Hood está cansada de intentar que Matthew Denell, su hermanastro, cambie su conducta tan atrofiada. Sin saber que la única forma...