21. DUL

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Matt soltó una enorme carcajada mientras que se recostaba a mi lado, con su cabeza apoyada en su brazo doblado y mirando directamente hacia mi rostro vuelto del color de la grana.


- Deberías de ver tu rostro- siguió divirtiéndose a mi costa- No tiene precio...

Tomé una de las almohadas de la cama y la estampé en su atractiva cara. Le di de lleno en el rostro y logré silenciar su risita burlona.

- Te juro que, a veces, puedes ser de lo más idiota...- mascullé entre dientes

Matt se deshizo de la almohada sobre su rostro y me sonrió de lo más canalla. Se abalanzó sobre mí, en toda su esplendorosa desnudes, y me lanzó un rápido beso en los labios, mientras que me aplastaba debajo de su cuerpo.

Sus brazos elevaban su torso frente a mí

- Eso no decías hace unos minutos...- Fingió que estaba pensando en algo y continuó diciendo- ¡oh sí! Creo recordar que decías algo como: oh si Matt, oh Matt te quiero... ¡ah!- Señaló mi nariz y dijo: - Y mi favorita fue la de: Matt... por favor, Matt...

Lo golpeé en el hombro

- ¡basta Matthew! Me estás avergonzando...- Chillé por lo bajo

- lo siento enana - Sonrió, tan encantador como siempre, sus labios rozaron los míos- A veces no lo puedo evitar- me plantó un beso- tu cara se ve demasiado adorable cuando estas avergonzada... que me dan ganas de comerte...- Suspiró contento y me besó profundamente

- Matt...tu... ¿en serio quieres hacerlo de nuevo? - Pregunté incómoda cuando se separó de mis labios

-Claro que quiero hacerlo de nuevo- sonrió pícaro y hundió su rostro en mi cuello- Pero ahora no- me abrazó y se retiró de encima mío para tumbarse a mi lado. Su rostro a unos centímetros del mío- es tu primera vez y, estoy seguro de que no va a ser muy cómodo para tu cuerpo. ¿No te sientes algo... irritada...?

Moví mis piernas insegura. Sentía una pequeña punzada de dolor y de vacío.

-Yo... creo que sí... un poco- cubrí mi cara con las sábanas

Matt sonrió y acarició mi cabello

- es normal que también estés un poco avergonzada...- Me quitó la sábana del rostro- con la práctica lograré que se te pase la vergüenza...

Ahí está de nuevo ese tono bajo y ronco que se le escucha tan bien...

-pero por ahora,- me apretó entre sus brazos- lo mejor será vestirnos antes de que alguien más decida aparecerse por aquí...- Acarició mi mejilla

Sentía mi rostro enrojecer hasta la punta de mis cabellos.

- ¿Podrías...?

Alzó las cejas interrogativo

- ¿qué cosa?

- ¿Podrías pasarme...?- Se me cortaban las palabras en la garganta

- ¿Sí?- Su sonrisita burlona estaba plasmada en su rostro

- ¡mi ropa Matt, mi ropa! Por favor...- Lloriqueé

Matt sonrió de lado y se levantó de la cama, sin ningún pudor de por medio recogió su mochila de viaje, sacó un bóxer limpio y seco y se lo puso, dejándome ver todo el espectáculo desde primera fila. Se giró y me miró pícaro

- ¿te gusta lo que ves?

Entrecerré los ojos

- Muy gracioso Matthew..., ahora por favor, si eres tan amable de pasarme mi ropa...

-Ah sí, tu ropa- Su sonrisa de canalla seguía dibujada en su rostro mientras miraba al rededor- Espero no haberla roto...- murmuró, fingiendo seriedad. Se agachó para mirar debajo de la cama y encontró la parte de abajo de mi bikini- Aquí hay una pieza...

Me lanzó la prenda y la atrape entre mis manos. Rápidamente me la puse tratando de que las sábanas no descubrieran mi cuerpo. Ahora mismo, con la sangre fluyendo con tranquilidad en mis venas, me sentía pudorosa, tímida, y con una enormes ganas de esconderme bajo tierra. Mucho tenía que ver con que Angie nos hubiera descubierto en semejante acto a Matt y a mí.

- Encontré tu sostén querida- Matt estaba parado frente a la cama, observando algo en el suelo- También tengo tu pareo- Se agachó a recoger las prendas- ¿Sabes? Esto no te cubre lo suficiente...- Frunció el ceño, levantando las prendas hacia sus ojos calculadores y, finalmente, entregándomelos en las manos.

- Es lo que hay...- me encogí de hombros, aceptando mi ropa y agradeciéndole secamente

- No estoy criticando tu ropa caperuza..., no me malentiendas, solo que... después de lo que hicimos, me preocupa que te sientas incómoda cuando salgamos de aquí...- Se sentó en la cama, frente a mí, observando como terminaba de atarme las cintas del bikini.

Asentí sonriente, feliz de estarle tomando el pelo.

-Lo sé Matt, no eres de esos... sólo te hacía una pequeña vendetta...

Cuando terminé de vestirme y él consiguió ropa seca, apartó las sábanas que me cubrían, las envolvió todas juntas y las arrojó a una cesta de ropa sucia, después me tomó de las manos y dio un pequeño apretón a ellas.

- ¿Cómo te sientes caperuza?

Su preocupación por mí siempre terminaba deshaciéndome

Me encogí de hombros

-Estoy bien. No siento ninguna gran molestia física, si a eso te refieres- Sonreí- En cuanto a todo lo demás, estoy algo avergonzada pero estoy bien. Excelente, diría yo...

-eso me hace sentir mejor enana- frunció el ceño preocupado- traté de ir despacio para que no sintieras tantas molestias...pero...

-Fue perfecto Matt- lo corté, sonreí tranquilizadora y acaricie su mejilla afeitada

Fue maravilloso, increíble y grandioso...

Matthew me sonrió y todo su rostro se ilumino. Sus ojos brillaban como plata derretida.

- Tu no te imaginas cuanto te quiero Emme

- Supongo que puedo hacerme una idea..., tú tampoco sabes cuánto es que yo te quiero a ti- Mis ojos, de repente algo húmedos. Me abracé fuertemente a su cuello mientras que él me rodeó la cintura con sus brazos.

Estábamos inmersos dentro de nuestra burbuja de felicidad, hasta que unos golpes en la puerta nos obligaron a separarnos

- ¿están lo suficientemente visibles como para entrar?- la voz de Cam sonaba ahogada a través de la puerta- mi mochila está allí dentro...

Matt se separó de nuestro abrazo y rodó los ojos. Se levantó de la cama y abrió la puerta de la pequeña habitación.

Cam estaba sonriendo cómplice. Seguro que Angie le contó todo lo que vio hace unos minutos.

Trágame tierra, trágame para siempre...

- Lamento entrometerme en su idilio de amor y entrega... pero mi mochila estaba aquí dentro y necesito algunas cosas para la fogata...- Entró, tomó sus cosas y salió. No sin antes mirar entre los dos y sonreír preocupado- Tómenselo con calma pero... Lía sabe perfectamente que es lo que estaban haciendo aquí dentro... de hecho, - Puntualizó divertido y burlón- todos sabemos por qué tardaron tanto en salir de aquí...- Salió tan rápido cómo pudo.

Estaba totalmente azorada. Además de que yo misma había provocado el ventilar que tuve sexo con Matt, también iba a ser el foco de atención para Lía y su venganza contra mi novio. Los comentarios audaces no pararían por su parte.

Después de tomar aliento y reunir la suficiente valentía, al menos de mi parte, salimos de la cabaña y nos reunimos con los demás; Cam y Angie se encontraban organizando todo para la fogata, Seth y Lía estaban trepados sobre una de las lanchas en el lago. Todos disfrutaban de los últimos rayos de sol.

Cuando Lía nos vio aparecer sonrió a lo lejos. Era una sonrisa maligna, que proveía tiempos de terror.

Envié una mirada de disculpa hacia Angie y ella asintió tranquilizadora. Antes de unirme a la organización de la fogata fui a la cabaña donde se encontraban mis cosas, para poder ponerme algo más cómodo que lo que traía encima.

Suspiré.

A fin de cuentas, no usé el bikini para nada.

Recordé todo lo sucedido hace un rato y me sonrojé por completo

Bueno... no diría que para nada, después de todo...

Saqué el conjunto de ropa interior que Lía había escogido para 'el gran momento' y volví a suspirar lastimosamente. Al final, ni siquiera fue necesario. Todo se había suscitado sin siquiera planearse.

Me puse la ropa interior limpia y tomé unos jeans de mezclilla y una camiseta negra con un pequeño logotipo de 'X-Men' en la parte superior. Cambié las sandalias que traía puestas en un principio, por un tenis de tela. Me sentía algo incomoda en mis partes íntimas pero era lo suficientemente soportable. Aun así, lo que había sucedido entre nosotros fue estupendo y, deseaba volver a estar con él cuando me sintiera mejor. Esperaba que mi pudor ya no me impidiera hacer las cosas que, sólo en sueños, se me habían ocurrido hacerle a Matt... y al cuerpo de Matt

Aún hay tanto qué descubrir uno del otro...

Después de que termine con mi monólogo interior me dispuse a salir de la cabaña, abrí la puerta de entrada y casi me caigo de espaldas. Lía estaba frente a la puerta, con una expresión que sólo me hacía intuir que estaba esperando por mí.

- ¡maldita sea Lía! ¿Acaso quieres matarme de un susto?- Mi mano fue directamente a mi pecho

-Lo lamente cariño. Seguro que ahora tu conciencia está lo suficientemente sucia como para que te hayas impresionado tan fácilmente- Traía puesto un vestido rosa y, por primera vez, la veía con unos zapatos sin tacón

- Eres taaaan graciosa amiga- Entrecerré los ojos

- da igual...- hizo un gesto con la mano, ignorando mi sarcasmo y continuó- ¿y bien?- Sonrió malévola

- bien ¿qué?- traté de ignorarla mientras que recuperaba el aliento y cerraba la puerta tras de mí

-¿Es tan bueno como todas dicen?- Chilló emocionada- ¿Qué tal el tamaño? ¿Se sabe mover bien?

Fruncí el ceño ante el bombardeo de preguntas

- En primera ¿cómo qué como todas dicen? ¿Quiénes son todas? En segunda, no pienso hablar de esto en este momento...

- Oh vamos Emme, tu sabes que el chico siempre ha tenido sus relaciones de una noche. No es un tipo virginal, si sabes a qué me refiero... y no te cuesta nada hablarme de los detalles de tu primera vez- Se encogió de hombros divertida- Somos amigas y puedo darte algunos buenos consejos- Me susurró cómplice- Más aún ahora, que Seth me ha enseñado un par se trucos nuevos...

-Ya..., yo sé que Matt no es para nada un santo pero no me interesa qué calificación le fue otorgada entre el sexo femenino amiga.- Caminé lejos de la cabaña con Lía pisándome los talones- Y bueno ¿qué tanto te interesa saber acerca de mis relaciones íntimas? - Me detuve a unos metros de donde estaban los demás suspiré impotente. Sabía que Lía me sacaría la sopa tarde o temprano

Mi amiga sonrió triunfante y comenzó a preguntarme como si fuera el juego de las veinte preguntas

- ¿te gustó?

- Sí

- ¿Que tanto?

-Bastante

- ¿Qué tal el tamaño?

-aceptable... supongo... ¿grande?

- ¿Sólo eso?

- ¿Con qué podría compararlo?- Me encogí de hombros

- Tienes razón...- Meditó por unos instantes y volvió al ataque- ¿Cuántas veces?

- ¿Cuántas veces qué?

- ¿Cuántas veces lo hicieron?

Suspiré exasperada

-Lía, por dios, era virgen. ¿En serio crees que hubiera podido aguantar varias rondas?- Rodeé los ojos avergonzada de tener que decir esas cosas en voz alta

- Tienes razón, es demasiado para una sola y primera vez...- Hizo un gesto pensativo y yo me crucé de brazos

- ¿Puedo retirarme? O tienes alguna otra duda

-Creo que es todo por ahora, ya me contarás los detalles más tarde- De repente sonrió entusiasmada- Podríamos tener una tarde de chicas junto con Angie... ya sabes, para integrarla y saber cómo la está tratando nuestro chico estrella

Eso si me interesaba un poco. Después de todo, Cameron era todo un caballero en brillante armadura. A diferencia de Matt que bien podría ser parte de un grupo de piratas; cínicos y descarados.

- Por el momento te dejaré ir, y lo lamento si pagas las consecuencias de mi guerra contra Denell... aun no lo perdono- Mi amiga entrecerró los ojos amenazante

- Creí que habías cobrado la suficiente venganza al tirarlo al lago...

- ¿venganza?- Abrió los ojos ampliamente- Le hice un favor al mocoso...- Me miró de pies a cabeza- Y de paso a usted señorita

¡suficiente!

Me di media vuelta y la dejé hablando sola. Eso solo logró que se lanzara sobre mi espalda y casi me tirara de narices. La arrastre sobre mis espaldas hasta que llegamos con los demás, justo donde Matt y Seth trataban de descifrar como encender la fogata sin quemarse en el intento. Cam los hizo a un lado y se encargó del trabajo difícil mientras que a ellos los envió por más leña.

Le sonreí a mi novio cuando pasó a mi lado y me guiño un ojo antes de alejarse en busca de la preciada madera. Seth le robó un beso a Lía antes de correr al lado de Matt.

Me intrigaba porqué es que ahora se comportaban como los mejores amigos.

-Los hombres tienden a limar asperezas una vez que se dan cuenta que no van tras la misma presa... cual animal salvaje- Comentó Lía al ver mi expresión de extrañeza

- Supongo que el orgullo masculino se los permite...- Levanté una ceja y me crucé de brazos

- Veamos en que podemos ayudarle a Angie

- Cierto...

Angie estaba preparando un cuenco con bombones de colores y sólo necesitó que buscáramos las ramas para insertarlos y un poco más de salchichas para que los chicos no arrasaran con todos los dulces aperitivos. Mientras que me dedique a ayudar a Angie con lo que necesitaba, Lía entró a preparar un poco de chocolate caliente para la noche.

El cielo ya estaba completamente obscuro cuando la fogata quedó completamente lista para azar los bombones. Los chicos llevaron algunas sillas plegables alrededor de la fogata y un tronco cortado y volcado para que todos cupiéramos perfectamente. Seth se sentó en la esquina del tronco y Lía optó por evitar los bichos y sentarse en la silla plegable al lado del tronco, Cam y Angie se sentaron al otro lado, cada uno en una silla, yo decidí arriesgar mi trasero a los bichos y me senté junto a Seth mientras que Matt desaparecía en no sé dónde, más tarde descubrí que Lía le había pedido que vigilara el chocolate que había dejado en la pequeña estufa de una de las cabañas.

La fogata enfocaba perfectamente hacia la orilla del lago. Lo que nos dio a todos una perfecta vista de cómo el cielo cambiaba sus colores, de un azul suave y borroso, hasta un rosa y lila brillante que se perdía en el horizonte y que daba paso al azul azabache y al baile de estrellas que repelían casi del todo la obscuridad de la noche.

Seth trajo una bocina inalámbrica así que, rápidamente, transformamos la reunión tranquila y de reflexión en un karaoke de la ciudad.

Lía cantaba las estrofas de una canción de Taylor Swift mientras que daba irregulares tragos a su cerveza en lata. Estaba comenzando a hacer un poco de frío y Matt aún no se sentaba con nosotros.

Apareció después de unos minutos con vasos y un enorme termo en la mano, y con unas cobijas en la otra. Le entregó el termo a Cam y una de las cobijas se la dio a Angie, quien agradeció enormemente el poder cubrir sus piernas temblorosas. Cam ya le había cedido su chaqueta así que también tomó una de las cobijas que Matt ofrecía.

Matt le entregó una de las dos mantas a Seth y la otra la colocó alrededor de mis hombros, luego se sentó a mi lado y observó el espectáculo de Lía, quien en ese momento había decidido seguir la coreografía completa de la canción.

Una vez terminado el espectáculo se sentó en su silla y Seth le cedió la cobija y le ofreció un vaso con chocolate caliente.

Debido a que la noche había comenzado a enfriar de más, todos tomamos gustosos el chocolate caliente mientras que arrasábamos con los bombones y algunas salchichas. Cam contó una historia de terror muy parecida a la trama de viernes trece y, mientras que Angie lo miraba admirada, Matt y yo evitábamos reírnos de lo inverosímil del cuento. Lía se mostraba tan asustada que rápidamente había cambiado su silla por las piernas de Seth. Sabía que el miedo era sólo un pretexto para trepársele al pobre muchacho.

Matt me tenía abrazada lo suficientemente cerca como para sentir su respiración en mi cabello y su pecho rozando mi mejilla cada que subía y bajaba al compás de si respirar. Me sentía tan a gusto entre sus brazos, además de algo emocionada y excitada por cada nueva experiencia. De no ser porque nuestras vidas habían dado la vuelta de revés, ahora mismo estaría sentada en una silla con taza de café en mano y lo más alejada posible del rey de mis pesadillas y sueños húmedos.

Y pensar que ahora podrías hacer realidad cada uno de esos sueños...

Después de todo, sólo se vive una vez y, cada minuto al lado de Matt era un agradable comienzo.













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