Las palabras se las lleva el tiempo / Taeyong y tú

UNOS LOCOS #95

Cuatro chicos sentados en la sala de estar, cuatro guapos chicos estaban en casa como un sueño y yo lucía desastrosa.

Johnny, Haechan, Doyoung y Taeyong.

Cuatro chicos bien vestidos, perfumados y bien arreglados al igual que las cuatro chicas dentro de casa.

Sonreí pero de seguro no lo notaron ya que traía los lentes de sol y el cobre boca. Taeyong escondía sus labios, pero se seguro estaba sonriendo. Me miraba y luego sus ojos viajaban a Haechan quien se acercaba a mí yo luego volvían a verme.

          —¡Noona! —sonrío Haechan.

El chico me quito las cosas de las manos seguido de mi mochila y dejo las cosas en el sofá. Los chicos se habían puesto de pie a excepción de Doyoung. Haechan se adelantó y me dio un gran abrazo, olía a bebé, sí que lo hacía.

          —¡Haechannie! —exclamé— Cada vez que te dejo de ver un tiempo creces un poco más

          —Ojalá pudiera decir lo mismo de ti —rió

Lo alejé de mí y negué con la cabeza. Me acerqué a Johnny y le di un pequeño abrazo, me caía increíble y siempre me pareció muy accesible para reír con chistes y bromear como viejos amigos.

          —¿Tú no piensas saludar ?—miré a Doyoung sentado en el sofá y comiendo papitas.

          —Tal vez sí te quitas ese feo gorro y todo lo que traes en el rostro, sí

          —Esa opción no está disponible —le dije

Me quité el gorro y el cubre boca. Me acerqué a Taeyong

          —¿Cómo estás? —le pregunté

          —Bien, estoy bien —respondió— ¿Por qué no llegabas?

          —Si me ves, te darás cuenta que no estaba preparada para esta visita. Las niñas lo mantuvieron todo en secreto y no sabía nada

          —Era un sorpresa —recalcó Violet

          —Y todas ustedes bien maquilladas, arregladas y con ropa hermosa. Gracias

Taeyong y Haechan rieron.

          —Tampoco es para tanto —dijo Doyoung— Todos estamos de acuerdo que eres hermosa naturalmente

          —¡Wow, gracias! —sonreí— Por eso eres mi mejor amigito

Hice un corazón con mis dedos y Doyoung respondió con lo mismo. Sonreí y los dejé.

Entré a mi habitación, me quité los lentes de sol y los dejé encima de la mesita de la noche. Me di media vuelta para cerrar la puerta ya que pensaba cambiar mi ropa a algo más presentable, lamentablemente no alcancé a hacerlo.

          —Te ves hermosa —dijo Taeyong al mirarnos a los ojos. Escuché el sonido del cerrojo— ¿Está bien que cierre?, no quiero que nos molesten. Te quería ver

          —¿Seguro no quieres esperar a que me arregle un poco?

          —La ropa deportiva se ve bien en ti, es un estilo que te queda perfecto. Me gustas con vestido y cosas rosas, pero me gustas también cómoda y natural

Me acerqué a él, puse mi mano tras su nuca. Su cabello estaba sedoso como siempre y olía a cielo con estilo varonil, si es que eso existiera.

          —Te ha crecido el cabello, me gusta. El color negro te queda perfecto, me encanta. Y tus labios... son mis favoritos

El chico sonrió ladeado y suspiró, su mano izquierda paso desde mi espalda hasta mi cintura, así me acercó a su cuerpo.

          —Me sorprende lo hermosa que te vez cada día, no estoy de broma. Me propuse no ser celoso como en el pasado pero es difícil si luces así cada día.

          —Sabes que si me dejas, luciré así solo para ti. Pero tú también, luce así de atractivo siempre solo para mí. Bueno... te puedo compartir con tus fan's solamente

          —¿Me abrazas?, ¿me quieres mucho y me haces mimitos?

Me alejé de él y lo mire sonriendo, era la cosita más linda. Él se veía avergonzado pero a la vez decidido.

Le tomé la mano y la traje conmigo, me recosté en mi cama, lo jale del brazo y cayó encima mío con su cabeza sobre mi pecho.

          —Perdona mi corazón por favor —reí

          —Siempre oyes el mío, yo no tengo el privilegio así que deja que lata muy fuerte por mí

Comencé a acariciar su cabeza suavemente con la yema de mis dedos para darle un relajo. Su cabello era realmente suave y al moverlo emanaba un olor a frutos rojos muy dulce, lo estaba comenzando a memorizar. Taeyong olía a muchas cosas y era algo que amaba de él, jamás había estado con él sin sentir un aroma exquisito.

          —¿Está bien así? —pregunté

          —Quiero quedarme para siempre así, no dejes de hacerlo nunca —confesó— ¿Sabes?, eres como el mar para mí. Nadando dentro del agua no puedes oír los malos comentarios, el agua te relaja, en ocasiones es frío, te refresca y también puede ser cálido que derrite el corazón.

          —¿Eso soy para ti?

          —Eso y muchas cosas más que no te diré —río el chico—Gracias por volver a mí y hacerme abrir lo ojos, no sabia que te necesitaba tanto hasta que apareciste nuevamente en mi vida

          —Gracias por volver a mí y oírme, yo siempre te necesité y no sabía como controlarlo que sentía que me volvería loca. Aunque creo que estoy loca de todas formas

          —Yo también lo estoy

El chico puso una mano a la derecha de mi cuerpo y la otra en la izquierda sobre la cama y elevó su torso, se acercó a mi rostro y me miró seriamente a unos pocos centímetros.

          —Me traes loco —su respiración se estaba acelerando— Tan loco que me casaría contigo sin pensarlo

          —Bebé... escucha

          —No me digas bebé, bebé

Puse mi manos tras su nuca y lo obligue a acercarse a mis labios. Juntamos nuestros labios y nos besamos apasionadamente. Necesitábamos sentirnos y no había mejor manera que uniendo nuestros labios. El sabor tan único de Taeyong me traía en las nubes, con solo besarlo sabia que jamás encontraría alguien con ese sabor y tampoco alguien que me besara así de apasionante.

Él y yo, yo y él. Nos sentíamos tan relajados él uno con el otro que toda vergüenza se dejaba de lado cuando estábamos a solas y nos amábamos como lo hacíamos, como solo nosotros sabíamos hacerlo. Lo sabía, claro que sabía que estaba enamorada y siempre lo había estado hasta en el momento más crítico.