UN DÚO #86

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El día había llegado, me sentía como la primera reunión que habíamos tenido. Esa vez había sido tan incómoda, torpe y espontánea. Solo al recordar esas veces me provocaba risa, pero las añoraba a pesar de no haber sido todo de color rosa. Me preguntaba que tan distinto hubiese sido si mi otra mitad tuviera el nombre "Jaehyun", jamás me había detenido a pensar seriamente y ahora que lo hacía no podía imaginarlo tampoco.

          —Aquí gira a la derecha y luego sigues derecho, queda justo en la esquina a cuatro cuadras —señaló Clavel

          —Bien —contesté— ¿Por cuál lado queda el estacionamiento?

          —Cuando lleguemos te indicaré, tú tranquila

Llegamos al lugar, era inmenso pero estaba cubierto por fuera con un diseño que lo hacía lucir como un castillo embrujado. Por el lado derecho se encontraba el estacionamiento y allí me dirigí con el vehículo, estacioné y nos bajamos. Ahí había otra entrada y nos encontramos con un par de recepcionistas, una chica y un chico muy apuesto, me recordaba a alguien.

          —Síganme por aquí —dijo el chico. Seguía pensando en que su rostro sería perfecto para ser idol, demonios, no podía saber a quien me recordaba.

          —¿Perdón? —le preguntó Clavel al chico. El joven la miro inmediatamente— ¿Cuál es tu nombre?

          —Sí, mi nombre es Kento Nakajima —dijo él

          —¡Oh, eres japonés! —sonrió Clavel

El chico la miró con una expresión seria y se dio media vuelta para seguir caminando, claro, debía hacer su trabajo. Pero esa actitud tan impredecible me recordó a quien se parecía, podía tratarse del hermano perdido de Taeyong. Clavel se dio media vuelta y nos miró sorprendida, actuando como si le hubiera roto el corazón, todas nos reímos sin ser muy ruidosas.

          —Pueden esperar aquí por favor, ya vuelvo —dijo Kento.

Todas asentimos y nos sentamos en los sofás que habían en una sala de descanso, estaba todo muy colorido. Saqué mi teléfono y tomé muchas fotos, también nos tomamos fotos grupales y me tomé algunas selfies. De pronto el teléfono de Violet sonó y la chica salió del lugar, de seguro había sido Doyoung. Me hizo sentir un poco incómoda el saber que ya no contábamos con el otro como en el pasado, dolía un poco.

A los pocos minutos sentimos pisadas fuera de la sala de estar, mi presión subió y comencé a sentir un poco de calor. De verdad se sentía como la primera vez, como si no los conociera.

          —¡Ya llegaron los chicos! —exclamó Violet al abrir la puerta.

Rápidamente nos pusimos de pie para saludar a los chicos, uno a uno venían entrando. Doyoung primero, Haechan le seguía, Taeyong entró con una expresión avergonzada, Lucas caminaba con una gran sonrisa y al final, sin haber tenido una gota de esperanza que sucediera, ahí entro Jaehyun.

Todos nos saludamos con una reverencia y sonreímos al volver a nuestras posiciones, pero no habían sonrisas más incómodas que el mundo pudo haber documentado.

Kento Nakajima entró al salón seguido de la chica que nos recibió anteriormente, ahí pude comprobar que sí tenía una similitud con Taeyong, pero mi chico era aún más guapo, bueno, casi mi chico.

El chico japonés nos hizo seguir una ruta, la cual nos llevó hasta la entrada de la gran sala de juegos. Habían tantas luces, tantos juegos, mucho ruido y había un ambiente de emoción. En los ojos de todo el mundo titilaban destellos de luces, todos tenían sonrisas en sus rostros y eso me dejaba tan conforme.

Las palabras se las lleva el tiempo / Taeyong y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora