UN CORAZÓN REPARADO #3

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Así pasaron los días, NCT tenía una agenda tan apretada por lo que Taeyong no venía a verme o simplemente no podíamos vernos. Para mí los días pasaban tan lentos como si las horas se hiciesen mas largas, como si el sol pidiera a gritos a la luna que no viniera tan pronto para que el día no terminara y así hacerme sufrir. Una maldita semana después cerca de las dos de la madrugada sentí golpes en la puerta de mi apartamento, había timbre por lo que no entendía quien era el bruto que golpeaba. Miré por la mirilla de la puerta y vi la sombra de Taeyong apoyado con una mano en la puerta. Estaba segura que se trataba de él, abrí la puerta y el cuerpo de el chico se dejó caer en mis brazos.

          —¿Taeyong?, ¿pasó algo? —pregunté asustada. La respiración de Taeyong era anormal, podría jurar que sus pulsaciones estaban cerca de docientos latidos por minuto .

          —Sólo tenía ganas de verte, te echaba de menos

          —Pesas mucho Taeyong, hueles un poco a... ¿alcohol? —me asusté otra vez— ¿Taeyong, qué pasó?

Taeyong se separó de mí, pasó por mi lado entrando al departamento, caminó en dirección a mi habitación, se tambaleaba un poco al caminar e incluso su cuerpo se inclinaba hacia la derecha en todo momento. Cerré la puerta rápidamente, no quería que nadie lo viese en ese estado, gracias al cielo las chicas habían ido a dormir temprano y no oyeron el escándalo. Violet por su parte había ido a ver una serie con Layla y dormían en su habitación por lo que tenía mi habitación vacía. Entré a mi habitación y lo primero que vi fue a Taeyong recostado a los pies de la cama, con los pies en el piso y mirando el cielo de la habitación. Me senté a su lado y observé su rostro.

          —Lo que hiciste es muy peligroso, ¿si alguien te veía? —acaricié el cabello de mi chico— Prométeme que no harás esto otra vez

          —¿Te he dicho lo hermosa que eres? ¡AAAH! —Taeyong gritó y puso ambas manos en su rostro. Comenzó a reírse y a mover los pies descontroladamente— Sabes, bebí un poco... un poco mucho jajaja, esta bien no lo haré otra vez... por ahora. Un tipo gigante de dos metros y dos amigos de él me molestaron y les di una golpiza, creo que me patearon un poco... no recuerdo. Pero al reír me duele una costilla jajajaja-¡ah! ajajaja, dios —denotaba una borrachera increíble que no había visto jamás en él.

          —Déjame echar un vistazo a tu costilla —Taeyong automáticamente levantó su camiseta hasta su pecho— Aquí, tienes muy rojo. Acá también ¿te duele si toco aquí?

          —Me duele, pero me gusta que me toques —mierda, mi corazón. Ya me estaba derritiendo, la blanca y perfecta piel de Taeyong era muy suave, por sus poros brotaba un calor increíble— ¿Puedo tocarte yo también? —mis ojos se encontraron con los suyos. Las mejillas de Taeyong estaban ligeramente rojizas debido a lo borracho que estaba, sus ojos brillaban y tenía una mirada que demostraba lujuria absoluta.

          —Ah... estás borracho. Odio a los borrachos —al término de mis palabras Taeyong se abalanzó encima mio logrando que me recostase en la cama. Su cuerpo encima del mio, nuestras caderas rozandoce y mi cabeza pensando en que hacer.

          —Después de esto amaras a los borrachos —Taeyong comenzó a besar mi cuello robándome el aliento y las ganas de dormir. Como pude tomé mi teléfono y mandé un kakao a Doyoung, "Taeyong llegó borracho a mi casa", enviado —No le digas a nadie, te gustará lo que puedo hacer con mi cuerpo.

          —Tae-Taeyong... —sus besos ahora habían llegado a mi oreja y se dirigían a mis labios. Su mano derecha viajaba por mi rodilla hasta llegar a mi cadera y viceversa. Moví mi rostro en busca de sus labios, un beso bastó para que comenzara a oír ronquidos— ¿E-N S-E-R-I-O? —modulé con mi boca.

El rostro de Taeyong descansaba en mi pecho y podía oír pequeños ronquidos salir de su boca. Su cuerpo en reposo pesaba mucho, con la máxima delicadeza posible lo moví dejándolo acostado a mi lado. Sus labios entreabiertos, sus pestañas oscuras y el cabello de color castaño rojizo descansaba en su rostro. Una persona más bonita no podía existir en este mundo y era mío. Envíe otro mensaje a Doyoung diciendo que viniese a buscarlo, que era peligroso y que además era muy tarde. A los veinte minutos sonó el timbre.

          —¿Está bien?, ¿dónde está? —preguntó Doyoung asustado apenas abrí la puerta— Perdón, Hola —sonrío. Seguido entró y se quedo de pie esperando que cerrara la puerta. Para mi sorpresa no venía solo.

          —Perdón por las molestias —el príncipe se había dignado a bajar de su castillo para mostrarse a la nobleza— ¿Cómo estás? —preguntó Jaehyun.

          —Jae... Jaehyun—mis ojos no creían lo que veían, más bien yo no creía— Pasa, digo, bien, estoy bien estoy... tú, ¿cómo estás tú? —no podía creer lo increíblemente tartamuda que podía llegar a ser.

          —Él se invitó solo, yo iba a venir con Johnny —Jaehyun entró y se quedó de pie al lado de Doyoung— ¿Dónde esta Taeyong? —preguntó Doyoung.

          —Está... él está en mi habitación. Ahí está entren con confianza, no está Violet —señalé la puerta de mi habitación.

Doyoung entró seguido de Jaehyun, entré de las últimas cerrando con cautela la puerta de mi habitación para que no hiciese ruido innecesario y despertar al bello durmiente. Doyoung se sentó a los pies de mi cama y suspiró sonoramente, Jaehyun puso la mano en la frente de su rostro y seguido peinó su cabello con los dedos. Si, lo estaba observando. No podía evitar ver su rostro, estaba tan guapo como siempre.

          —Está durmiendo como un bebé, ¿tienes un lápiz? —sonrío Doyoung

          —Olvídalo. Será mejor que se lo lleven pronto, son casi las tres de la mañana

          —Habrá que despertarlo, si no, lo llevaré como una princesita y no creo que le guste —sonrío Jaehyun. Hoyuelos ilegales se hacían presente y provocaban una sonrisa en la mía.

          —No se preocupen, yo los llevaré en mi auto—indiqué.

Jaehyun y Doyoung se encargaron de poner en pie a Taeyong, lo sacaron de mi habitación como un cristo. Cerré la puerta de mi habitación y seguido la puerta principal cuando salimos del apartamento. Nos subimos al ascensor, Taeyong estaba despertando y había bostezando ruidosamente para hacérnoslo saber.

          —Te vinimos a buscar, vamos a casa. Ahora camina con tus propios pies —dijo Doyoung. Después de unos segundos el ascensor hizo un sonido indicando que habíamos llegado a nuestro piso. Al bajarnos Taeyong caminó hacia el auto sin que nadie le dijese dónde ir.

          —Cincuenta por ciento de su cerebro durmiendo y el otro, medio despierto —río Jaehyun.

          —Un caso especial —reí.

Los llevé a su departamento y entraron con Taeyong. Cuando estaba apunto de irme vi una persona saliendo del lobby del apartamento. Jaehyun venía caminando con las manos metidas en los bolsillos de su pantalón. Se acercó a la ventana de mi auto la cual bajé inmediatamente.

          —Escucha... mm, ya tendremos tiempo de hablar más. Ahora sólo venía a decirte que me alegra el haberte visto, eso... cuídate —los hoyuelos de Jaehyun estaban siendo expuestos otra vez.

          —Lo mismo digo, me alegra el saber que estás bien. Esperaré que tengas tiempo y hablaremos un día con más tiempo—alcé el pulgar.

          —Entonces, nos vemos T/N. Gracias por cuidar a nuestro Taeyong. El chico se dio media vuelta y se dirigió a volver por donde había salido. Yo no podía estar más feliz, pensar que Jaehyun había vuelto a ser el mismo de siempre y que ahora solo debía esperar para hablar correctamente con él y poder dejar las cosas en claro. Con el corazón contento me dirigí a casa a descansar.

Las palabras se las lleva el tiempo / Taeyong y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora