UNA NOCHE JUNTOS #25

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Si bien al día siguiente debía levantarme temprano para ir a la empresa, últimamente habíamos estado ocupadas con la creación de algunas letras en nuevas canciones y melodías también. Tal vez no era mala idea quedarme, nuestro tiempo siempre se nos hacía corto y era cada vez más difícil vernos. Los ojos de Taeyong me pedían a gritos que me quedara o eso al menos sentía, estaba segura que si no lo hacía luego me arrepentiría por no salir de mi zona de confort al menos una vez.

          —¿Sabes qué?, a la mierda... mañana puedo irme desde aquí —dije. Dejé mi mochila en la mesa.

          —Ahí en ese armario, abre la puerta —Taeyong señaló el armario empotrado que estaba al lado del baño— ¿Qué esperas?, ábrelo

           —Me da miedo —reí nerviosa y abrí el armario. Ahí había un pijama de vestido color rosa, tipo seda— Que lindo es... ¡espera!, ¿lo tenías todo planeado?

          —Tal vez... —dijo entre risas Taeyong. El chico se cubrió con las mantas de la cama— Puedes cambiarte, no te veré

          —¿Qué?, estas loco —tomé el pijama del armario y me metí al baño.

Me quité mi ropa y me puse el pijama. De alguna forma me quedaba bien, ni tan apretado ni tan suelto, me llegaba hasta mitad de muslo y a juzgar por la textura tal vez si era de seda en realidad. El maquillaje que traía no me lo quise quitar, no quería asustar a nadie por la mañana y de alguna forma era más divertido. Cuando estaba lista tomé mis ropas y salí del baño, dejé mi ropa encima de mi mochila y miré a Taeyong.

          —¿También te cambiaste?

          —Claro, no iba a dormir con la ropa que vine —dijo. Taeyong traía un pijama, la camiseta era color azul marino mientras que el short era de color blanco con estampado de anclas en azul — Te quedo... bien... e-el pijama, digo...

          —Si, esta lindo. Gracias

Taeyong palmeó la cama al lado izquierdo, él estada acostado al lado derecho cubierto por las mantas hasta las rodillas solamente. Yo ya me estaba volviendo loca, no sabía en que pensar pero sabía que no podía pensar en nada más que dormir, eso era seguro. Sin mirar más el poco de piel que podía ver de su estomago, me dirigí hacia la cama lentamente mientras Taeyong me veía dirigirme hacia él. Me recosté a su lado y me cubrí hasta los hombros con las mantas, cerré los ojos pero no pude mantenerlos demasiado tiempo así, la proximidad del cuerpo de Taeyong desprendía un calor que me hizo reaccionar al segundo. Giré mi cabeza para mirarlo, cuando me di cuenta el rostro de mi novio estaba a no más de una mano de distancia, de pronto el chico recostó su mano en mi estomago y se acercó aún más. Podía oler su perfume nuevo, el olor tan suave que traía siempre en su piel y el olor al champú de siempre que yo amaba tanto. Bastó un pestañeo para sentir sus labios sobre los míos, Taeyong estaba siendo agresivo o demasiado rudo comparado a como siempre besaba. De a poco comenzó a mover su mano a lugares peligrosos, todo indicaba que quería llegar a otro punto. Pero no era el momento, aún no lo era y sentí que tal vez él solo se estaba sintiendo presionado por mi parte, además de ser una partidaria de que las cosas jamás se arreglaban teniendo sexo. Sujeté su mano pero Taeyong comenzó a besar mi cuello de una forma muy especial, todo se estaba saliendo de control.

          —Tae... ah, Taeyong —jadeé— Para...

          —Esto es lo que querías... —el chico se separó de mi y me miró fijamente— ¿No es así?

          —No, no es lo quiero. No... ahora

          —No ahora... —Taeyong suspiró y se recostó a mi lado— No entiendo, no sé que hacer

Sin pensarlo dos veces me acerqué a él y recosté mi cabeza sobre su hombro, con mi mano acaricié su rostro y recosté mi pierna sobre la suya. Taeyong me abrazó y me acercó aún más a él, oí su gran suspiro.

          —Prefiero que durmamos así, ¿esta bien para ti? —pregunté

          —Si esta bien para ti, entonces esta todo bien

          —Podemos ir de a poco, sé que es diferente para ustedes... ya no me importa

          —Es genial que entiendas nuestras costumbres, aunque de todas formas no solamente por esa razón—suspiró Taeyong

          —¿Es porque soy yo?

Taeyong guardó silencio, entendí que tal vez él estaba de acuerdo cuando vi una sonrisa en sus suaves y brillantes labios. La noche fue algo tan especial, durante todo nuestro tiempo saliendo jamás nos habíamos atrevido a dormir fuera de nuestra casa. Este de seguro era un paso más que estábamos dando, así demostrando que nuestra relación no era realmente algo pasajero y que tal vez el destino sí nos ayudaría con todas la piedras en medio del camino. Así pasó nuestra noche especial, entre conversaciones, besos y caricias, había sido algo tan único que juré jamás olvidar. Nuestra primera noche juntos.

De pronto el sonido de mi teléfono me despertó, me di cuenta que no estábamos en la misma posición como habíamos dormido anoche, yo estaba de espalda y Taeyong me estaba abrazando. Sin hacer demasiado movimiento o ruido, intenté quitar las manos de mi chico sobre mi cintura y me escapé silenciosamente. Después de entrar al baño y cambiarme, salí y me puse la mochila en la espalda, me acerqué a Taeyong quien aún seguía plácidamente dormido y besé su frente. Tomé una foto de él durmiendo, la ternura que me provocaba quería recordarla siempre y era el mejor fondo de pantalla. Salí de la habitación, me subí al ascensor y llegué al estacionamiento, una vez dentro de mi auto conduje hasta mi hogar. Cuando bajé del auto me di cuenta que nuestro Manager aún no llegaba, su auto no estaba allí. Rápidamente llegué a la puerta de mi hogar y entré rápidamente.

          —Pensé que no llegarías —dijo Clavel

          —¡Me asustaste! —cerré la puerta principal y fui a mi habitación— Hola Violet, ¿todo bien?

          —Todo bien y al ver tu cara puedo imaginar que tú estas aún mejor —rió Violet. La chica se estaba atando los cordones de su zapatilla

          —Tampoco es para tanto —cuando me di cuenta, estaba sonriendo— Bueno... no me molestes

          —¡Oh, no puedo creerlo! —Violet se puso de pie y me abrazó— ¡Ya diste ese paso, Noona!

          —¡No es así!, no te imagines cosas... —suspiré— Solo dormimos... y no me digas Noona

          —Pero si eres mi Noona —rió Violet— De todas formas T/N, es un gran paso

Las palabras se las lleva el tiempo / Taeyong y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora