UN CONSEJO #57

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Entré al lugar caminando como lo haría cualquier persona normal, sin cautela en lo absoluto. Gracias al cielo habían dos par de personas más y de ahí no era ningún adolescente, eso era un gran alivio. Me acerqué a caja y pedí un té helado, me lo dieron y luego de eso me senté a una mesa lejos de ellos. Los observaba riéndose, parecían estar contando una historia realmente divertida, solo esperaba que no se estuvieran riendo de Taeyong.

Al ir por la mitad de mi té helado vi a Suni poniéndose de pie, con mi mirada la seguí y vi que se dirigía hacia el baño, fue entonces que dejé mi té y me puse de pie. Entré al baño y me comencé a retocar el labial que había sacado de mi bolsito, ella se oía estar orinando. Aproveché de encender la grabadora del lápiz y entonces me preparé mentalmente.

           —Suni, ¿tú eres? —hablé en un coreano poco entendible

          —Sí... yo, yo soy Suni, actriz —dijo vocalizando cada palabra. Podía apostar que ella creía que yo era una extranjera tonta. Por otra parte, olía a cerveza.

          —¡Sí!, yo ser fan. Dramas que tú actúas, geniales. Increíbles

          —¡Oh, gracias! —dijo en inglés— ¿De que país vienes?

          —Canadá. Venir a trabajar, querer famosa ser... como tú

          —Tienes la apariencia, vas por buen camino —dijo, podía jurar que se estaba burlando de mí— Un gusto, adiós

          —¡Espera! —le tomé el antebrazo— Foto, por favor

La chica sonrió y asintió con su cabeza, saqué mi teléfono del bolsillo y puse la cámara. Nos sacamos un par de fotos. Yo jamás me quité los lentes ni el cubre boca. El olor a alcohol que desprendía de su cuerpo cuando se movía no era normal, no entendía como quería ver a Taeyong en esas condiciones.

          —Una cosa —dije al terminar— ¿Tú novia de NCT Taeyong?

          —Al parecer nadie aún puede creerlo. Sí, lo soy —sonrió. Se miró al espejo vanidosamente.

          —Suerte —dije en inglés— Él tener novia hermosa, tú lo eres

          —¡Oh, gracias —se cubrió la sonrisa con la mano— ¿Quieres un consejo?

          —¡Por favor!, tú tan famosa, yo quiero. ¿Cómo es mejor?

          —No solo por tener un rostro lindo triunfaras, también necesitas ser astuta

          —Ya veo... ¿más?, por favor —puse manos suplicantes.

          —La otra manera, la más fácil es pescar a un pez gordo. Si ves a alguien que te gusta, aunque eso no es un requisito, invítalo. Invítalo a una copa, a dos, a tres o a cuantas sean necesarias. Luego tal vez podrías decirle un par de cosas lindas y por último pero no menos importante, haz algo que jamás olvidará y atrápalo. Sí tienes suerte y es alguien muy famoso mejor, saldrás en todo internet y por suerte en las noticias. ¡Pam, popularidad aumentada!

          —Increíble, que idea interesante —dije en inglés. Mis puños no podían aguantar el quedarse en su lugar, querían aplastar el rostro de aquella bruja contra el piso. Si el consejo que me daba había sido el que había ocupado en Taeyong entonces era oficial que la odiaba— ¿Así conseguir Taeyong?

          —Secreto, y un mago no cuenta sus secretos

Y así salió del baño después de guiñarme el ojo, dejando el hedor a cerveza. De verdad era una harpía y una bruja, de esas de dramas. Me miré en el espejo, intentando así calmar mis ganas de salir y golpearla, deseosa por venganza. Pero al concluir que de nada serviría pelear por un amor unilateral me di por vencida, solo debía concentrarme en el plan.

Después de diez minutos en el baño al fin salí, me acerqué a mi mesa y suspiré, no iba a hacer nada tonto. Miré mi té helado y me centré en mí misma, así también calmé mi temblor de manos. Dejando el té ahí, salí del lugar caminando a paso apresurado para no devolverme y pelear, no podía aguantar las ganas.

          —¿Está todo bien? —me preguntó Violet al verme entrar al auto

          —Y yo que pensaba que las brujas solo existían en cuentos de magia o en Dramas

          —¿Eso es un no? —preguntó— ¡No vayas tan rápido, me da miedo la velocidad!

          —Lo siento pero si no lo hago volveré al café y armaré un problemon

Conduje lo más rápido que permitía el lugar, tenía adrenalina acumulada. Me dirigí hacia el hogar de los chicos mientras que Violet se comunicaba con su novio, el cual respondió en segundos. Al llegar al frontis del lugar nos quedamos dentro del auto, era muy temprano como para mostrarnos así como así. Mientras esperaba me quité todo el ridículo disfraz. Vi a Doyoung salir del lugar, venía acompañado de Jaehyun. Los chicos se subieron a la parte trasera y conduje hasta el "Baldío".

          —Esa bruja está loca —mascullé

          —¿Qué paso en concreto? —preguntó Doyoung al sentarse junto a Violet en una banca.

          —Me aconsejó de engatusar al chico que deseara si quería ser popular en el mundo, parlando como si fuera algo moral. No sabes el asco que me provocó, ella es enferma...

          —¿Cómo sabes si Taeyong es una victima? —preguntó Jaehyun

          —Tú deberías saberlo bien, son amigos hace años ¿no?

          —¿Estás dudando? —le preguntó Doyoung, parecía enfadado.

          —Es... no lo sé, ¿bien?. Todo es tan extraño, él está tan extraño

          —Taeyong siempre ha sido extraño, lo sabes. Jamás nos contó sobre sus sentimientos en el pasado, solo hasta que T/N apareció en su vida. Ahora nuevamente se encerró, algo le pasa. Tú y yo somos conscientes de aquello así que no vengas a dudar, sabemos que él jamás le haría daño a alguien —jamás había oído ese tono de voz en Doyoung. Impetuoso, fuerte y sin dudar.

          —Si... —exhaló Jaehyun bajando la mirada

          —¿Pero hay algo clave que te haya dicho?, no tenemos algo concreto aún —me preguntó Doyoung

         —Toma —le di el lápiz— Aquí podrás escucharlo por ti mismo, espero que puedas hacer algo. Al menos dáselo a tu manager, haz algo pronto por favor...

Me senté en el piso, la hierva que había ahí era de un verde hermoso. El cielo se estaba oscureciendo cada vez más y las lámparas de las calles estaban encendidas ya. La brisa era fría, tal como la voz de Taeyong que oí la última vez.

Iba a ayudarlo, lo iba a hacer. Al menos a sus amigos se los debía, o tal vez estaba buscando una excusa para ayudarlo. Yo había prometido no dejarlo más en soledad y tristeza, aunque no siguiera a su lado lo iba a seguir haciendo en las sombras porque él no se merecía nada malo. No podía odiarlo más, pero la verdad era que jamás lo había llegado a odiar.

Las palabras se las lleva el tiempo / Taeyong y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora