UN PAR DE ETIQUETAS #88

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Vi claramente como su rostro cambiaba al oírme decir esas palabras, pero no sabía como interpretarlo. La pequeña sonrisa que llevaba ya no estaba, había una boca sin expresión en su lugar. Sus ojos no estaban igual, pero aún podía ver lo que transmitían y no era molestia en absoluto. Sus cejas estaban expresando tristeza, sin embargo no tenía los ojos brillosos. Su cuerpo se puso rígido, parecía estatua.

          —Solo quería recordartelo —comenté y seguí mi camino, dejándolo atrás.

Comencé a caminar rápido pero luego fui disminuyendo el ritmo, oí ruidos desde un corral de pelotitas de plástico. Me escondí tras una pared que daba al baño, me encontraba mirando de a poco, luego me escondía y así lo hice por unos segundos.

          —Es Jaehyun —me susurró Taeyeong en el oído. Me encogí como estúpida al sentir su respiración tan cerca— Perdón —sonrió pero no se alejó de mi lado

          —¿Cómo sabes que es él?

          —Vi su cabello, estoy seguro

          —Entonces está con Leyla, es débil. Puedo ganarle

          —¿Bromeas?, no puedo con Jaehyun. Es como si me pusieran contra Jhonny, imposible

          —Bueno, en el pasado te ganaste mi corazón antes que Jaehyun

Estábamos tan cerca que podía apreciar su lindo rostro de cerca, sus facciones fuertes y cuando se sonrojó y sonrió un poco. Inmediatamente dejó de mirarme y me dejó ver su elegante nuca, su cuello blanco y al moverse dejó el rastro de su exquisito perfume.

Pero su reacción no me dejaba conforme, no me decía nada.

          —Puedes hacerlo, confío en ti —lo alenté

Lo vi asentir con su cabeza desde atrás, pues se notaba que no quería verme. No quería llegar a ser empalagosa pero no quería dejar ir la oportunidad, en ese momento me importaba ganarme su quebrado corazón otra vez que ganar el juego.

No le dije más y rodeé la pared, me fui en otra dirección para sorprender a Layla. Tenía confianza en mí y en que ganaría, pues esa chica no tenía fuerza y es de esas chicas delicadas con uñas muy largas que estorban.

Vi a Jaehyun salir desde detrás de una máquina de peluches, iba dando la espalda. Tras él lo siguió Layla, iba caminando con hombros encogido, se notaba la tensión. Calmadamente y en silencio me fui acercando a ellos, quería arrancar de una vez por todas la etiqueta de Layla.

Mi oportunidad había llegado cuando Jaehyun dobló hacia la izquierda y se adentró en un pasillo, Layla se notaba demasiado atrás por lo actué lo más silenciosa posible. Me acerqué a pasos agigantados y la atrapé antes que girara al pasillo, obviamente la chica gritó. Forcejeamos por unos segundos, la tenía aprisionada pero ella igual hacia esfuerzo por soltarse. Me puse de espaldas hacia la pared y por el rabillo de mi ojo vi a Jaehyun. Rápidamente lo miré directo a los ojos.

          —Hola —le sonreí. Pues había quitado justamente la etiqueta de la espalda de Layla. La solté y la chica cayó al piso, la escuché sollozar— ¿Layla estás bien?

          —Me sujetaste muy fuerte, me duele el estómago

          —Oh, perdón —me disculpé mientras la veía acariciarse el estómago.

Con esa distracción Jaehyun se acercó a mí y me tomó de las muñecas, así me estaba forzando a sacar mi espalda de la pared. El chico estaba presionando tanto que me dolían las muñecas, pero no me dejé y me senté en el piso. Jaehyun no me soltó las manos e intentaba ponerme de pie. Por el rabillo del ojo vi algo moverse y esperaba que fuera Taeyong.

          —Si que tienes fuerza —rió Jaehyun secándose el sudor de la frente— ¿Y Taeyong?

          —Perdió —mentí— Así que no reprimas y usa toda tu fuerza

          —No... no ha perdido, ¿cierto?

No sabiendo de donde salió, pero Taeyong tomó por sorpresa a Jaehyun y logró quitarle hasta la mitad de la etiqueta. Jaehyun se dio vuelta y Taeyong apegó su espalda a la pared, así usando la técnica milenaria. El chico de hoyuelos de acercó al otro chico e intentó hacer lo mismo que conmigo, al parecer se había olvidado de mí.

Así vi a Taeyong afirmar a Jaehyun y yo me acerqué por la espalda y le intenté quitar la etiqueta, Jaehyun se movía tanto y con tanta fuerza que incluso me pegó un codazo en mi pómulo. Ambos chicos se detuvieron al verme rígida, pues sí que dolía. Pero sin pensarlo dos veces aproveché de quitarle la etiqueta a Jaehyun, perdió con la guardia baja.

          —¿Estás bien? —me preguntó Jaehyun

          —Sí, no es nada grave

          —Perdón, no quería perder. No fue mi intención golpearte, de verdad —rió cálidamente Jaehyun

          —Está bien, yo sé que no querías —le sonreí de vuelta— Gracias por sonreír, pero te gané

          —¿Qué?, ¿cuándo pasó eso?... mi etiqueta

          —Eres malo actuando... —reí

Jaehyun rió y se fue con Layla para ayudarla a ponerse de pie, al parecer la había sujetado demasiado fuerte. Mientras miraba a los chicos vi a Taeyong pararse frente a mí, le sonreí y le mostré las dos etiquetas mientras las agitaba en el aire. El chico asintió pero bajó mi mano, me puso algunos mechones de cabello tras la oreja derecha y me peinó con sus dedos suavemente. Con los dedos de su mano derecha tocó la zona donde había sido golpeada, observaba la zona como si pudiera ver a través de mi piel. Con el pulgar acarició muy suavemente la zona, el chico estaba completamente serio y concentrado.

          —¿Te duele mucho? —preguntó casi susurrado

          —Eh... —miré hacia donde estaban los chicos y ya no había nadie, estábamos solos— Me duele, sí. Pero no quería decirle a Jaehyun, sé que no lo hizo con intención...

          —Gracias

          —¿Qué? —pregunté atónita— ¿Por.. qué?

          —¿Mm? —dijo mientras bajaba su mano desde mi mejilla a mi cuello, posicionó su mano casi en la parte trasera de mi cuello y no dejaba de mirar mi rostro por todas partes— ¿Por qué eres así?

          —Estás hablando cosas al azar y no entiendo... como en el pasado

          —Lo siento... tú tienes la culpa —el chico rió un poco, de seguro avergonzado de los recuerdos.

Mi mano viajó por su mejilla hasta llegar a su cuello, su piel era tan suave y estaba tan humectada que tenía ganas de apretarlo y morder su mejilla. Sus inmensos ojos me tenían hipnotizada, las pestañas que los adornaban los hacían lucir más tiernos aún y no aguantaba las ganas de abrazarlo y decirle que lo extrañaba como no podía imaginar.

Las palabras se las lleva el tiempo / Taeyong y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora