UNA CHICA MÁS #34

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Después de volver a casa tomé una ducha rápida, sequé mi cabello y me recosté de inmediato. Desbloqueé mi teléfono y en la barra de notificaciones estaba el símbolo de kakao, con todo la fe del mundo le pedí a Dios que ese mensaje no fuese de Haechan o Doyoung queriendo verme. No sabía se ver o no ese mensaje, la curiosidad me mataba y necesitaba saciarla de alguna manera. Cuando estaba debatiendo si debía abrir el chat de inmediato o no, oí la puerta abrirse.

          —No puedes quedarte aquí sin comer nada... —dijo Violet. Se sentó en la cama y me miró

          —No tengo hambre, ya te dije

          —No comer no te ayudará en nada

          —Tú no entiendes —toqué mi cabeza y cerré los ojos con fuerza, no quería seguir llorando—  No importa comer... no

          —Si, lo sé... no se como te sientes y tampoco puedo imaginarlo pero, me preocupo por ti. No puedes dejar que algo así te hunda cuando has pasado años entrenando, luchando por ser artista y al fin lo estas logrando... tú necesitas ser feliz

          —Todo lo que dices tiene mucho sentido, sí. Todo lo que dices es jodidamente cierto pero... no es fácil... —suspiré— Ayer bebí hasta emborracharme, a tal punto que no recuerdo como llegué al estacionamiento de aquí... lo único que recuerdo es estar bebiendo vodka dentro de mi auto y llorando. Recordando cada momento en el cual me sentí feliz... ahora solo son recuerdos dolorosos

          —No... eh... —Violet se aceró a mi y me abrazo. Las lagrimas nuevamente comenzaron a salir, mis ojos se sentían cansados— Pronto pasará todo... te lo prometo

          —Me prometió que sería honesto en todo momento o circunstancia... fui feliz de oírlo pero no pensé que la verdad sería tan dolorosa, en estos momentos hubiese preferido un mentira disfrazada de buenas intenciones

La puerta retumbó, alguien había interrumpido entrando a mi habitación con un estremecedor golpe en la pared y había logrado que diera un pequeño salto del susto. Rápidamente me alejé de Violet y miré a ese personaje sin respeto a la privacidad, Clavel estaba ahí con una pose de super héroe sin capa. Su mirada era de enfado absoluto, me había sorprendido tanto que mis lagrimas se habían detenido inmediatamente. La chica cerró la puerta y se acercó a mi lado, se sentó en el piso y me miró, para luego secar mis lagrimas.

          —Suficiente de llorar por un estúpido chico, no merece tus lagrimas. Sí, estoy molesta... pero no contigo —Clavel suspiró— Prométeme... más bien promete al grupo que saldrás adelante. Te necesitamos...

          —Él dijo que no quería que lo nuestro terminara jamás, que lo único que necesitaba era a mí... dulce coco —reí mientras lloraba— Era...

          —Estoy segura que dijo esa y mil cosas más, lo sé. Te hacen sentir como que eres la única en su vida, te dicen cosas hermosas, te enamoran... pero solo te entregan un poco de ellos. Al final todo se acaba porque nada es para siempre... T/N, no eres la primera ni la última que le pasa algo así pero si tú quieres serás la única que decida olvidar y seguir con su hermosa vida.

          —Olvidar... —miré mi teléfono y sonreí amargamente— Estoy cansada, quiero dormir

Las chicas asintieron, Violet se puso de pie y salió de la habitación. Clavel se quedó algunos segundo más, me ayudó a cubrirme con las mantas y al final besó mi frente. Jamás había visto a esta chica ser tan empática, me había sorprendido para bien. Tomé mi teléfono nuevamente, con toda seguridad lo desbloqueé y rápidamente accedí a la aplicación de kakao. El mensaje era de parte de un sujeto, ese sujeto había sido el personaje principal en mi drama.

Bebé

Necesitamos hablar esto, necesito que me escuches | 22:03

Por favor contéstame, reunámonos en un sitio | 22:03

Con las condiciones que tú quieras pero por favor, reunámonos | 22:03

No puedes dejarme, no podemos terminar | 22:04

¿Podemos hablarlo por favor? | 22:05

Después de leer esos mensajes mi mente estaba en un debate, mi corazón en un constante dolor en el centro, mis parpados hinchados se cerraban solos. No sabía si debía responder o no, después de todo yo había decidido terminar la relación. Si bien yo sabía mejor que todo el mundo que una relación está compuesta solamente por dos personas, sentía que debía oír consejos externos en estos momentos, mi sentido común no existía y debía pensar claramente. Podía ser ese tipo de chica que ignorara esa clase de errores, la clase de chica que lo dejara pasar como si fuese un pequeño resbalón en la relación o podía ser la chica que se valorase como un ser humano con sentimientos y orgullo. Si bien mi corazón anteriormente había latido solamente por Taeyong recordaba también que antes de conocerlo mi corazón latía por mis fan's solamente, tal vez sí podía superarlo, después de todo no había nacido amándolo.

Al día siguiente al despertar me sentía con un dolor de cabeza horrible, mis ojos pesaban como si estuviese cargando con pestañas postizas. La luz que entraba por entre las cortinas hacían doler mis pupilas y me molestaba, me hacía querer romper todo e irme corriendo con él otra vez. No sabía por cuanto tiempo iba a seguir así, todo me hacía recordarlo y no me dejaba pensar en nada más. Al darme cuenta, tenía toda la almohada húmeda, mis lagrimas salían como si de abrirse un grifo de agua se tratara. Si no arreglaba esto luego entonces para luego sería aún peor.

Me senté en el borde de la cama y me giré a ver a Violet quien seguía durmiendo, la sacudí un poco por la pierna, la chica abrió sus ojos rápidamente y asintió. Me dirigí al baño y me duché, lo bueno de llorar en la ducha es que nadie puede oírte. Después de bañarme salí a la sala de estar, ahí estaba Clavel, después de hablar un par de cosas accedí a desayunar obligadamente junto a ella. En estos momentos era donde la presencia de Clavel era lo mejor que tenía, me hacía sentir como si todo estuviera bien en realidad.

Las palabras se las lleva el tiempo / Taeyong y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora