Las palabras se las lleva el tiempo / Taeyong y tú

UN SECRETO MENCIONADO #61

Con la respiración acelerada, mi orgullo vuelto loco y las palabras de Taeyong en mi cabeza me puse de pie furiosa, sin decir nada más me apresuré a la puerta y me fui del departamento. Abrí la puerta y salí, ignorando así a Baekhyun quien gritaba mi nombre. Me subí al ascensor y bajé hasta el piso donde vivía NCT, alguien me iba a escuchar porque era lo último que iba a ser sin importarme nada más.

          —¿T/N?... ¿qué haces aquí a estas horas? —me preguntó Jaehyun al abrir la puerta tras haber golpeado insistentemente. Claro, con la rabia había olvidado que existía el timbre.

          —Hay algo que necesito hacer. ¿Está Taeyong?

          —¿Qué vas hacer?, no hagas nada estúpido

          —¿Estúpido? —sonreí irónicamente— ¡Hey, contigo quiero hablar! —le grité a Taeyong al verlo pasar por la sala de estar.

El chico me miró enseguida, sus labios estaban entre abiertos y parecía sorprendido, sus ojos estaban más grandes de lo normal. Quitó su mirada y luego nuevamente me miró. Rápidamente hice a un lado a Jaehyun empujándolo y entré, me acerqué a Taeyong y lo señalé con mi dedo índice, el chico miró mi dedo y luego a mí.

          —¡Tú!, ¡ya es suficiente! —grité.

          —¿Qué?

          —No necesito que me digas que hacer, no pienses que necesito tu palabra para hacer lo que se me de la puta gana. Ya no te necesito, no me hables más. Yo te evitaré a toda a costa así que tú haz lo mismo

          —Yo jamá-

          —Arregla tu vida, has algo por ti mismo y aprende a arreglar tus propios problemas, defiéndete y lucha. No tengas más miedo y enfrenta tus temores, no dependas de nadie. Solo te tienes a ti mismo —lo interrumpí.

Taeyong me miraba asustado, normal si yo estaba gritando. Sentía unas buenas ganas de reprocharle tantas cosas pero simplemente al ver su lindo rostro me ablandé por dentro, después de todo conocía lo débil que era ante la gente amenazadora. Ya no podía decirle que odiaba a su novia nueva, que la dejara y que me diera esa explicación de la cual decliné escuchar en el pasado. De todas formas ya no quería hacerlo.

          —¿Noona? —escuché la voz de Haechan.

Nuevamente como en el pasado fue lo que me sacó de mis pensamientos, acababa de notar que había mantenido mi mirada fija en Taeyong por mucho tiempo. Dejé de mirarlo y exhalé sonoramente dejado ir toda mi molestia. Sin saber que decir o como reaccionar, solo salí del departamento y me dirigí a esperar el ascensor.

          —Noona

          —¿Qué haces aquí Haechan?

          —Eso es justamente lo que quería preguntarte... ¿qué pasó exactamente?

          —Yo...

El sonido del ascensor me sorprendió y subí rápidamente al ascensor, presioné el botón del piso del subterráneo. Vi subir a Haechan, lo miré y negué con mi cabeza.

          —No, tú quédate aquí

          —Noona —me dijo seriamente— En serio, ya basta de ignorarme y no decirme que pasa. ¿Ya no confías en mí?, ¿acaso no somos amigos?

Dejé de mirarlo y suspiré, miré el techo del ascensor e inhale y exhalé repetidas veces. Ya me había dado por vencida con respecto a Haechan, no le podía ocultar más las cosas. Nos mantuvimos en silencio hasta que el ascensor llegó hasta el subterráneo. Nos bajamos y el chico me siguió hasta mi vehículo, ahí nos subimos. El silencio nuevamente reinó.

          —Creo que una parte de mí entiende si no me quieres contar nada pero otra parte de mí no lo hace...

          —Haechan... —restregué las manos por mi cara— Sabes que las cosas entre Taeyong y yo acabaron muy mal, no quiero entrar en detalles. Tal vez aún eres muy joven para entenderlo pero es la peor traición saber que tu novio te engañó, que pensó en querer besar otros labios y quién sabe cuantas cosas más. Jamás podré olvidar algo así, con solo verlo la rabia se apodera de mí...

          —Noona, sé muy bien que pretendes estar bien y que usas esa máscara. Conmigo no es necesario. Si te sientes mal solo dilo y si viniste a decirle todas esa cosas a Hyung no te arrepientas después, es lo mejor que podrías haber hecho. Alguien tenía que decirlo y no hay nadie mejor que tú

          —¿Tú crees?, yo creo que me estoy volviendo un poco desquiciada

          —¿No eres así desde siempre?

          —¡Hey!

Ver esa linda sonrisa apoderarse del rostro de Haechan me dio tranquilidad y la paz que necesitaba en ese rato, era un ángel que de seguro dios había puesto en mi camino. Le pellizqué la mejilla y le devolví la sonrisa.

          —Solo fui y le dije una parte de lo que quería decirle. No quiero que pierda de camino la salida si es que se perdió en el camino, quiero que avance y aprenda a salir solo. No sé como ayudarlo en realidad, ya no se como obtener pruebas que me digan que esa bruja lo está utilizando

           —¿Qué, que?, no sabía nada de eso...

          —Resulta que me encontré con ella en una cafetería y le hice un par de preguntas, fui disfrazada de una rubia extranjera tonta, un poco cliché. Le pregunté un par de cosas y soltó algunas interesantes, pero eso no prueba que ella lo esté utilizando realmente

          —¡Wow!, ¡incluso idearon un plan! —Haechan lucía realmente sorprendido— ¿Por qué no estoy en él?

          —Dios, no es posible. Si algo sale mal no quiero que estés involucrado, no quiero ser la causante de malos tratos o algo así

          —¿Quién entonces si está involucrado?

          —Doyoung y Jaehyun...

          —Siempre has confiado más en ellos que en mí... ya veo

          —No se trata de confianza Haechan. Confió mucho en ti, créeme, pero no quiero meterte en cosas tan, ya sabes, retorcidas. Lo mismo pasó en el pasado con lo del problema del Manager

          —¿También sabías?

Me quedé en silencio y pensé en mis palabras, eso no lo sabía nadie más que Doyoung y Jaehyun quienes habían sido los que me habían ayudado. Ahora sin pensarlo había dejado escapar ese gran secreto.

          —¡Noona, responde!

          —Yo...

          —Ya no me ocultes cosas, por favor

Así fue como tuve que soltar la información que había mantenido oculta por mucho tiempo, traté de contarlo sin tanto detalle ni drama para que el chico captara lo necesario. Sus expresiones al oír toda la historia eran oro puro, demasiado extra como siempre. Pero sabía que aquel chico guardaría todo aquello y no lo contaría a cualquier persona, lo conocía demasiado bien.

          —Tú estás enamorada —me dijo.