El bendito día martes se hacía presente al fin, habían sido los días más largos que había tenido en mi vida. La vida me estaba dando un día más de salud y juventud, debía aprovecharlo, más aún si tenía a mi lado al hombre que había robado mi corazón. Cerca de las cinco y veinte me dirigí a mi auto para ir al hotel, ese lugar secreto que solamente conocíamos ambos, ahí donde solamente las paredes sabían de nuestra relación. Aunque si bien en un principio odié esa habitación de Hotel, hoy en día era mi lugar favorito.
Me había vestido con una ropa que había comprado hace unos días por internet y me maquille más que nunca, no sabía porque pero algo me decía que iba a ser una tarde especial. Me despedí de las chicas que ya sabían donde iba a ir y me dirigí a la habitación de hotel. Cuando llegué a la puerta toqué solamente una vez el timbre, la puerta se abrió rápidamente como si el chico hubiese estado de pie tras la puerta esperando mi llegada. Solamente bastó el cruzar nuestros ojos para que Taeyong me tomara por la cintura y me obligara a entrar, cerró la puerta y ahí mismo comenzó a besarme como si el mundo estuviese a punto de terminar, como si no hubiese otro día más después de este, como si fuese agua en el desierto. Le obligué a separarse de mí, si no lo hacía iba a morir asfixiada.
—Woh... tranquilo —sonreí— Estoy aquí
—Necesitaba hacer eso... —Taeyong me miró a los ojos y sonrió, soltó mi cintura y se sentó en la cama— Te extrañaba...
—Tú... —corrí y salté sobre él, lo que hizo que el chico se desplomara en la cama conmigo encima de su pecho— Nunca más me mientas, tú...
—Perdón...
—Esta bien, de todas maneras ya es algo del pasado —sonreí. Besé su nariz y luego sus labios, me salí de encima suyo. Me senté en la orilla de la cama y el chico hizo lo mismo— ¿Qué pasó con tu antiguo perfume?
—¿Oh?, pensé que no lo notarías —sonrió Taeyong— Se me acabó y... quise probar algo distinto, ¿qué piensas?
—Si a ti te gusta, entonces está bien
—No te gustó... —Taeyong comenzó a reírse
—Me gustaba más el antiguo... —no sabía si me estaba volviendo loca pero el olor a su perfume no me decía que era el Taeyong que conocía, le daba ese ambiente al ídolo y no al humano tras él— De todas formas, es tu gusto
—Es algo distinto, estoy probando cosas nuevas últimamente... digo, ya sabes
—Está bien, es bueno cambiar y probar cosas nuevas —acaricié su cabello— Te extrañaba... no sabes cuanto
—Perdón... —dijo Taeyong. El chico se puso de pie— ¡Ah, casi lo olvido!...—el chico revisó sus bolsillos hasta dar con lo que buscaba— Ten, había olvidado darte tu teléfono. Iré al baño, espérame un momento.
Le sonreí y el chico entró al baño, me recosté y acomodé en la cama. Tomé el teléfono de la cama y comencé a ver Instagram de inmediato, últimamente esa aplicación me tenía más que viciada y no podía estar sin mi dosis del día. Había extrañado tanto esa sensación de tener un teléfono en tus manos, gracias a dios lo había recargado. A los minutos después Taeyong salió del baño, nos miramos y nos sonreímos mutuamente. El chico no tardó en recostarse a mi lado y rápidamente se acercó a mi, recostó su cabeza en mi pecho abrazándome por la cintura para acercar mi cuerpo al suyo.
—¿Está bien tu corazón? —preguntó Taeyong. Lo oí reír.
—¿Qué quieres que haga si estas tan cerca?
—No hagas nada, me gusta oírlo —me abrazó aún más fuerte— Gracias...
—¿Por qué? —si bien no podía oír el corazón de Taeyong como él el mío, sentía que no estaba latiendo tan rápido como el mío. Tal vez así se sentía estar cómodo.
—Por que si —rió Taeyong— Eres tan cálida
Si alguien me había robado al Taeyong rudo y posesivo podía dejárselo un poco más y quedarme con este algunos días. Si a eso se refería probar cosas nuevas entonces lo aprobaba al cien por ciento, indiscutiblemente. Comencé a acariciar su cabello, suavemente mientras lo desenredaba cuidadosamente. Un sentimiento de tranquilidad invadió mi cuerpo dejándolo tan liviano como un masaje y cerrando mis ojos para luego quedar en la oscuridad. Desperté de un sueño que no recordé luego, estaba en la misma posición que recordaba con Taeyong abrazándome, desbloqueé mi teléfono y este marcaba las ocho y veintiséis. Intenté mover a Taeyong quien se despertó asustado.
—¿Nos quedamos dormidos? —preguntó
—Así parece bebé, son las ocho y veintiséis...
—Se nos fue el día entero en dormir... —Taeyong bostezó y se sentó— Perdón...
—¿Quieres dejar de pedir perdón? —dije molesta. Me senté y encendí la lampara de la mesita de noche— Pidamos algo para comer, tengo hambre
—Si, eso haré
El chico tomó su teléfono y llamó, pidió su comida china preferida. Yo me puse de pie, me dirigí al baño a despertar mi rostro aún dormido con un poco de agua. Me arreglé un poco el desastre que llevaba por cara y salí del baño. Taeyong aún estaba acostado pero con la diferencia que ahora estaba viendo su teléfono, haciendo no se que. Me acerque a él y quité el teléfono de sus manos, obviamente no miré que estaba viendo y dejé el teléfono en la mesita de noche. El chico se sentó y me quedo observando con una expresión difícil de describir, lo miré completamente seria. Al menos yo quería disfrutar las últimas horas que podíamos estar juntos y no iba a dejar que ese aparato nos quitara más tiempo. Cuando el chico se estaba acercando hacia a mi, el timbre de la puerta sonó y el chico se dirigió hacia allá. Me senté en la cama y el chico volvió con unas bolsas en sus manos.
—¡Son realmente rápidos! —dijo Taeyong. Observó las bolsas después de dejarlas en una mesita, saco el contenido de ellas— ¿Qué esperas ahí?, comamos
—Si... —me puse de pie y tomé una bandeja de comida— Comeré esta
—Debemos comernos todo, para eso lo compré... ¿estás molesta?
—No, esta todo bien. Comamos
—Te escucharé... —el chico tomó las comidas y las puso en el piso. Ambos nos sentamos en el piso y comimos ahí— A, dí a
—A... —vocalice. Taeyong me dio de comer de su comida y después se metió los palillos en la boca, me sonrió coquetamente— E-Está, está bueno...
—A... —vocalizó Taeyong. Sonreí y saqué de mi comida, le di de comer y el chico movió sus hombros mientras sonreía con sus ojos— Me gusta, esta deliciosa
Comenzamos a comer la comida aún caliente, Taeyong me dio de comer varías veces más a lo que yo también lo hacia. El chico estaba siendo tan atento como nunca, me limpiaba la boca cuando me la ensuciaba con comida, acariciaba mi rostro y me sonreía. Cuando terminamos de comer limpiamos el lugar y votamos la basura. Taeyong se recostó en la cama nuevamente y me llamó a acostarme a su lado, sin pensarlo dos veces me recosté en su lado y lo abracé. Nos abrazamos tanto que no podía creerlo. Vi la hora nuevamente en mi teléfono para darme cuenta que era realmente tarde, me separé de Taeyong y puse de pie rápidamente.
—¿Qué pasó? —preguntó el chico asustado
—Once y treinta, es tarde bebé —tomé mi mochila y la puse en mi espalda
—¿No puedes quedarte?, solo esta noche...
—Mañana... mañana tengo que levantarme temprano e ir a la empresa, comeback —hice una mueca.
—Por favor... sólo por hoy—Taeyong puso una expresión de tristeza, no podía creer que existiera.
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Las palabras se las lleva el tiempo / Taeyong y tú
FanfictionSegunda temporada de "Las palabras tienen vida propia". Taeyong te dirá lo que quieras saber, será honesto, te dirá lo que desea, lo que le molesta e incluso te dirá si aún te ama. Pero está prohibido llorar si te es honesto. HISTORIA LARGA + EXTRA...