UN SOPORTE #33

748 73 9
                                    



Las expresiones de las chicas a verme entrar por esa puerta eran de absoluta confusión, las ignoré y entré a mi habitación sin vacilar. Me di una ducha rápida y cambié mi ropa, sin maquillaje y nada más salí de la habitación encontrándome con todo el mundo en la sala de estar. El Manager y su ayudante me miraron con ojos de sorpresa al verme salir con lentes de sol, claro, nunca lo hacía.

          —Ah... ¿te sientes bien T/N? —preguntó el Manager.

          —Claro, pero mis ojeras están peor que nunca y no quiero asustar a nadie —dije fingiendo una sonrisa— ¿Ya nos vamos?

          —Si... vamos, chicas—dijo el Manager.

Salí rápidamente del apartamento, adelanté a todo el mundo y me subí al ascensor por mi cuenta, sin esperar a nadie presione el botón y bajé al estacionamiento. Escuché a mi Manager gritar "¡Espera, T/N!", era justamente lo que no necesitaba, no podía dejar que me viera así. Por mucho que la tristeza invadiese mi corazón debía ser líder primero que una chica a la cual le habían puesto los cuernos, por muy feo que sonase era la verdad y debía enfrentarlo aunque me estuviese muriendo por dentro. Esperé dentro de la van con el conductor, me puse los audífonos y me concentré en crear letras para una canción que había creado Layla y desde que me lo había dicho las ganas de crear letras se me había vuelto prioridad. Saqué un cuaderno y comencé a escribir frases al azar, las puertas de la van se abrieron y comenzaron a subir las chicas y el Manager con su ayudante.

          —¿Por qué bajaste sola? —preguntó Violet

          —Perdón —me quité un audífono y comencé a hacer lo mejor que sabía hacer, mentir—  Necesitaba escribir las letras para la canción que creo Layla lo antes posible, sabes que olvido las cosas fácilmente y acabo de pensar en algunas que son perfectas para la canción

          —Pero tienes el teléfono, podrías haberlo escrito en él...

          —¿Cuándo he escrito mis letras allí?, puedo perderlo y quedaría en nada —dije. Volví a ponerme el audífono.

Durante el camino las chicas iban conversando mientras que yo solamente me enfoqué en crear letras, seguir creando frases y estructurando versos. Necesitaba despejar mi mente, pensar en cosas nuevas y olvidar aunque fuese por un momento mi peor pesadilla. Lamentablemente todo me recordaba a él y las ganas de llorar se hacían presentes a cada segundo, como si su fantasma me persiguiese donde quiera que mirara, sus caricias y sus besos pasaban por mi mente como si recordase una película vieja o más bien como un sueño.

Juntas entramos al salón de práctica donde había un teclado y algunos panderos, ahí era donde la magia nacía en los dedos de Layla. Al cerrar la puerta todas las chicas se me acercaron con una sonrisa pícara, todas estaba curiosas sobre lo que había pasado conmigo y Taeyong, podía sentirlo. En el rostro de Clavel se reflejaba las ganas de oír mi historia, Layla se sentó frente al teclado y comenzó a tocar, Fuji se quedo a mi lado sin decir una palabra aunque no era necesaria ya que su expresión denotaba ansiedad, por el contrario la expresión de Violet era de preocupación absoluta. Por mi parte no tenía ganas de decir y eso fue lo que hice. Las chicas comenzaron a cantar y mostrar sus letras, opinar sobre donde poner adornos, cambiar ciertas partes o agregar otras, discutían como nunca y me alteraban.

          —¿Pueden dejar de hacer tanto ruido?, trato de crear letras —dije

          —¿Qué?, estamos debatiendo sobre la canción. Es necesario hablarlo, no me importa si tu no quieres hacerlo pero yo estoy realmente interesada en esto ¿sabes? —exclamó Clavel

           —¡No hables por mí, tú no sabes nada! —exclamé

          —¡Entonces actúa como líder! —gritó Clavel, parecía molesta y tal vez podría entenderlo.

          —No peleen. T/N... ¿podrías decirnos que te pasa? —dijo Violet. Se acercó a mi y me miró fijamente, sentía que no podía aguantarlo más— Confía en nosotras, sé que te pasa algo... te conozco

          —Y-Yo... —soné mi nariz y las lagrimas comenzaron a salir por su cuenta, me quité los lentes para limpiarlas pero al segundo salían muchas más— Yo lo sabía p-pero no quise verlo... armé ese punte sola... solo para eso me necesitaba

         —T/N me estas asustando... ve al grano —dijo Clavel

          —Se terminó, lo mío con Taeyong —esas fueron las palabras detonantes para que unos gritos desgarradores que jamás pensé que saldrían de mi garganta retumbaran en esa habitación— ¡Me engaño!...

Sin tardar algunos segundos más, Violet me abrazó fuertemente. El silencio por parte de las chicas se hizo presente en el salón, por mi parte estaba intentando ahogar esos gritos para no hacer escándalo. Mi corazón dolía más que nunca, el dolor era cada vez más intenso en el centro del mismo y no sabía como hacer que se fuera. Después de un rato dejé de llorar como una niña dejada a su suerte y me separé de Violet, respiré bien hondo y limpié mis lagrimas.

          —¿Cómo sabes que te engañó? —preguntó Clavel

          —Él... él me lo confesó ayer —soné mi nariz

          —¡¿Te lo confeso ayer?! —exclamó Clavel— ¡Te juro que si lo veo lo mataré, a él y a esa chica!, ¿cómo se llama ella?

          —Eso no importa... ya está, este es nuestro fin... —dije

          —¡No puedo creerlo, jamás pensé que esa clase de persona sería ese chico!... que desagradable. Tú... tú tranquila, no te merecía. Él no te merecía y se va a dar cuenta... te lo aseguro, se arrepentirá —Clavel tenía la voz quebrada, como si ella fuese la afectada.

          —¿Te dejó por irse con su amante? —preguntó Layla— Si es así, entonces... lo mataré

          —Yo lo dejé... no puedo perdonarlo, simplemente no puedo. ¿Eso significa que no lo amo?—pregunté.

          —Eso significa que te valoras como debes, que vales mil veces mas que esa estúpida con la que... significa que lo amas tanto como para dejarlo ir. Una mujer como tú no debe estar llorando por algo así, no te lo mereces —después de las palabras de Clavel, se acercó a mi y me abrazó suavemente. Como esa vez que nos reconciliamos, esto era algo que necesitaba. Mis lagrimas como por arte de magia volvieron a salirse de control, debía hacer algo pronto o moriría en vida.

Las palabras se las lleva el tiempo / Taeyong y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora