Historias de Betty, la fea

No hay mujer fea

✨De Güímar y celia✨
Foro: Somos Novios

INTRODUCCIÓN :

Dedicamos esta historia a la figura de Doña Margarita Sáenz de Mendoza, por todos conocida como “la reina Margarita”... A nuestro parecer, no fue un personaje muy afortunado en su calidad de “MADRE DE ARMANDO”, solo al final, reconoce que su verdadera prioridad es “su hijo de sus entrañas” (¡¡ALELUYA, ALELUYA... )... pero tenemos que agradecerle, los meses de embarazo, las horas de parto y el ser la mamá de nuestro “Bello Bobo”, a quién todas adoramos y cedemos solidarias y en exclusividad a los brazos de Betty... Pá que nos digan luego, que no somos generosas...

¿Qué tal si doña Margarita, hubiese sido una señora “de verdad” y sobre todo una madre “de verdad”, como deben ser las madres, desde el primer momento?... Nosotros creemos que las cosas, pudiesen haber salido así... Esperamos que os guste...

”No hay mujer fea” (Primera Parte)

Es una mañana como otra cualquiera en Ecomoda, hace unas semanas que Armando entregó a Betty “la plata de su soborno” para que crease una empresa unipersonal, que pudiese proteger a Ecomoda en caso de necesidad. La llamaron “Inversiones Terramoda”.

Marcela como es habitual le está formando un escándalo a Armando, porque ayer noche llegó tarde al apartamento, a causa de estar con una de sus amantes. El pobre Armando, que por una vez en su vida, no le está mintiendo, le repite una y otra vez que salió muy tarde de Ecomoda, y fue a cenar con Mario, luego fueron juiciosos a un bar, y como comenzó a llover mucho, se marchó para su apartamento, porque estaba agotado.

En el momento en que Marcela le insiste, al borde de la crisis nerviosa, que porque razón tenía apagado el celular, y él intenta defenderse diciendo que de todo el día encendido, se le quedó sin batería, entra en la oficina doña Margarita, pero ninguno de ellos lo advierte y los gritos y los reclamos, como es habitual, se escuchan en toda la planta ejecutiva.

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Desde su oficina, Betty está muy nerviosa, no soporta que doña Marcela le forme esos escándalos a don Armando, aquella mujer será su prometida y será accionista de la empresa, pero definitivamente es una maleducada histérica, que no hace más que ventilar su intimidad a gritos y en público, dejando en evidencia al doctor Mendoza y a ella misma.

Decide arriesgarse a los insultos de Marcela, e interrumpir aquella discusión, teme que un día don Armando, tan neurótico él, se vaya a las manos con su novia y haya una desgracia. Así que coge unos informes, respira hondo y sale de su oficina, y con voz temblorosa dice : “Disculpen, que les moleste, don Armando necesito que vea estos informes, son para los bancos...”

Armando le sonríe cuando la ve en la puerta, tan frágil y tan pálida, como si fuera a desmayarse y sabe de sobra, que ella ha venido a cortar los reclamos de Marcela, no es la primera vez que lo hace, y él se ha dado cuenta.

Al principio pensaba que coincidía que ella lo necesitaba, pero hace unas semanas, en las que Marcela está insoportable (¿cuándo no?) y los enfados son continuos, Betty siempre entra en el momento más oportuno, obligando a su novia a cortar la discusión, eso sí, a cambio de una sarta de insultos y humillaciones, que ni siquiera Armando puede frenar.

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Doña Margarita sigue inmóvil de espaldas a la puerta cerrada, horrorizada por la escena, y también mira a Betty, aún Marcela y Armando, no han advertido su presencia.

Como era de esperar, Marcela se vuelve como una fiera hacia Betty, y le empieza a gritar cosas horrorosas, que hacen que a la muchacha se le llenen los ojos de lágrimas, entonces advierte la presencia de doña Margarita y la saluda con voz trémula : “Bu...buenos días, doña Margarita”.