Simplemente ellos II (26-29)

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Capítulo 26

Betty sigue sin reaccionar. Armando se está comenzando a preocupar, la gente de las mesas vecinas comienzan a mirarlos. Esas mesas están ocupadas por mayormente mujeres, amigas de Armando. No pueden creer lo que en esa mesa está ocurriendo. Armando Mendoza se le acaba de declarar a la doctora Pinzón. Betty es objeto de envidia de todas ellas, que darían lo que fuera por que Armando se les haya declarado, y más cuando la cara, sus gestos, es tan evidente, para ellas.
Por otro lado, Betty está en una nube. Aún no puede creer que don Armando, su doctor, se le haya declarado. Sería tan lindo si fuera cierto. Pero ella aún tiene a la empresa de su familia en su poder. Conociendo a Armando, conociendo el plan de don Mario para enamorarla por la empresa, el intento de seducción por parte del doctor Calderón, aquel beso que le robó, todo eso la hace mantenerse alerta. Pero con don Armando es diferente. Es que ella ama a ese hombre prácticamente desde que lo conoció. Y lo peor es que ya se delató, en Costa Rica. A partir de lo que ocurrió en Costa Rica, se ha jurado a sí misma, no tomar más. Cuánto desearía creerle................................... Armando la saca de su ensoñación.

A- ¿Betty, se siente bien?

B- S...... si....... si doctor. Disculpe. No sé que me pasó. ¿Decía usted?

A- Beatriz, usted me conoce bien. Sabe de mis aventuras, de mi tormentosa relación con Marcela Valencia, y todo lo que vivimos en la empresa. Sé que no soy un dechado de virtudes, me ha visto mentirle a Marcela, salir de cacería con Calderón. Pero lo que usted no quiere creer es que en medio de todo este tiempo que vivimos, no sé cómo pasó, pero de verdad le digo, que la amo. Mi amor pro usted es verdadero. Betty, permítame estar a su lado. Déjeme demostrarle con hechos mi amor por usted.

B- Mi vida sentimental no ha sido fácil, doctor. Una vez me enamoré, y jugaron conmigo. El cambio de imagen me favoreció mucho, fíjese sino, hasta el doctor Calderón lo intento, y todo por la empresa.

A- Por sus palabras, usted se siente herida, y esa herida aún sigue abierta, sigue sangrando tanto que no es capaz de aceptar que usted despierte pasiones en un hombre. Y en mi caso, no es así. Usted no tiene idea lo que significo para mi lo que sucedió entre nosotros en Costa Rica. por eso Betty, déme la oportunidad de demostrárselo. Betty solo lo mira- vea, este no es el mejor lugar para decirle esto, pero desde hace unos meses, ya no salgo de cacería con Calderón, ya no estoy detrás de las modelos. Ya no tengo aventuras por ahí.

B- No me cuente de sus intimidades doctor. No se lo estoy pidiendo.

A- Tengo que hacerlo, Betty, para que usted vea que soy completamente franco con usted. Betty sigue en su actitud, Armando se juega la ultima carta- Este restaurant está lleno por gente de mi círculo, a ver si con esto logro hacer que comience a creer en mi.

Armando se levanta, rodea la mesa, se inclina a ella, y comienza a besarla. Betty le corresponde, no es tan tonta para no hacerlo, Armando aprovecha para tomarla entre sus brazos, la levanta de la mesa, la acerca más a él y comienza a seducir sus labios con besos cortos, provocándola. Hasta que al final acaba derrotada, y no solo le corresponde, también lo acaricia, hasta acabar besándose con desesperación, delante de todos los demás clientes, que arrancan a aplaudir y a felicitarlos.
Son interrumpidos por un atronador aplauso, Betty esconde su cara en el pecho de Armando, mientras él agradece sonriente a las felicitaciones.

B- Está bien doctor. Voy a darle esa oportunidad que tanto me pide.

A- - mirándola- ¿Es eso lo que creo? ¿Sí?

B- Sí, doctor.

A- Betty, ya no me llame más doctor, llámeme
Armando, nada más.

B- Está bien Armando.

Historias de Betty, la feaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora