La misión

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CAPITULO 2: ELLA

A: ¿Quién es?.
G: ¿No la reconoces?
A: No.

En ese momento, Betty se dió la vuelta. Entonces Armando pudo verla. La verdad es que sin esas gafas tan horrendas, sin ese capul y sin las anticuadas ropas, podría pasar por ser una mujer con cierto encanto. Llevaba el pelo hacia atrás, recogido en un prendedor de plata. Tenía los ojos cerrados pero se le veía una cara muy bonita, sólo afeada por el bigote y el entrecejo. Dormía profundamente, sacando morritos al dormir. Su respiración era lenta, parecía que tenía el sueño tranquilo. Por la obertura de su pijama se podía ver el nacimiento de sus senos. No parecían grandes más bien eran pequeños. Betty dormía abrazada a su muñeco Betto de Barrio Sésamo. Armando seguía sin reconocerla.

A: ¿Quién es esa chica?.
G: ¿De veras que no te suena?
A: No.
G: Es Beatriz...Beatriz Pinzón Solano...tu nueva secretaria.
A: ¿Mi qué?.
G: Tú nueva secretaria, Armando. Esta mañana, después del nombramiento, tú y tu padre la elegisteís a ella. ¿recuerdas?. Vosotros queriaís a alguien eficiente que trabajase contigo, no una estúpida como Patricia Fernández.

Armando ya la recuerda y se estremece. Pregunta completamente asombrado, como temiendo la respuesta divina.

A: ¿Pretenden que yo conquiste a esa mujer?¿A ese esperpento?¿A una fea?. ¡A no, no señor!. A eso me niego. Ahora mismito me voy derechito para el infierno, ¡ni más faltaba!. (dándose la vuelta) Yo...enamorar a una fea...¿pero qué se han creido?.
D: ¿A donde vas?
A: ¡¡AL INFIERNO!!.
D: ¿Tan pronto te rindes?.
A: (exaltado): ¡¡¡No, es que ustedes me piden una tortura peor que la de San Sebastián!!!. ¿Qué enamore a....eso?- dijo refiriéndose a Betty- Están locos, definitivamente ustedes están locos y esto es una pesadilla, la peor de toda mi vida.
D: Nadie ha dicho que tengas que conquistarla.
A: (más tranquilo). ¿Ah... No?
G: No, Armando. Eso de conquistarla lo has pensado tú, no nosotros.
D: No está en nuestros planes que la enamores, Armando. Te recuerdo que tú estás muerto y que ella no puede verte, asi que no veo cómo podrías enamorarla...No. No es eso lo que te pedimos. La misión es que tú la ayudes a conocer el amor.
A: (alucinado por lo que está oyendo. El pobre no se lo puede creer aún): Jajaja...Disculpénme, pero me gustaría saber cómo. ¿Acaso no la han visto bien, ah?. Pero si es FEÍIIIIIIIIIIIIIISIMA. Es que no creo que esta mujer encuentre el amor nunca. ¿Creen que alguien se enamorará de...eso?. Miren, lo que ustedes me piden es que yo haga un MILAGRO. Y eso, perdónenme pero discúlpenme, como diría mi mensajero Freddy, es su trabajo, no el MIO.
D (bastante enfadado con ese terco idiota): Escúchame bien, Armando. ¿Tú quieres vivir, no es cierto? (Armando asiente). Pues bien, ese será el precio. Como comprenderás no iba a ponerte una misión "facilita"- le dice con cierta sorna-. Darte una segunda oportunidad, Armando, exige un precio, un sacrificio muy alto por tu parte. Debes hacerte merecedor de ella. No eres por ahora, persona que se merezca que esa oportunidad se la regalen. En cambio, ella sí. Esa fea, como tú la llamas, tiene en su alma más bondad, amor y dulzura de la que tú jamás has sentido en tu vida y se merece un premio por ser como es. ¿Viste los libros, verdad?...

Armando vuelve a asentir. Lo cierto es que Dios está cada vez más enojado, y eso le está dando cierto miedo.

D: (sigue diciendo Dios)...Ella está como tú. Tampoco tiene salvación- en este punto Armando baja la cabeza avergonzado y se siente culpable por todo lo que ha dicho antes. Él no tiene mal corazón, es sólo...pues eso, que no admite que él esté pasando por eso y más con una mujer así.- Ella morirá al entrar el año. Lo triste de todo esto, es que ella se irá por voluntad propia.
A: (pregunta mirandole a los ojos, muy afectado): ¿Suicidio?.
G: ¡Ajá!. Su vida, no es como la tuya. Es muy triste. Tiene el cariño de los suyos, sí, de sus padres y de su único amigo, pero al salir de la puerta de su casa, todo se vuelve burla y humillación para ella.
A: ¿por sus ropas?.
G: Por todo. Ella ya no puede seguir así y ha pensado en...matarse.
A: ¿ Y en que puedo ayudarla yo, si estoy muerto?.
D: Eso lo descubrirás tú. Tu misión es que ella conozca el amor. Que se enamore de alguien y que ese alguien se enamore de verdad de ella. Eso es lo único que tendrás que conseguir.
A: ¿pero cómo?.
D: Eso. Tú sabrás. Dependerá de tí. Por lo pronto, tu serás su ángel guardián.
A: ¿Su ángel guardián?.
D: Sí. Estarás con ella, todo el día, lo compartirás todo con ella. Vivirás sus días junto a ella. Eso, quizás te ayude. Te permitirá conocerla mejor y entenderla. Tal vez, empieces a ver lo que ahora niegas, pero que todos los demás, sabemos que tiene... Con esos datos, podrás encontrar al hombre adecuado para ella. Alguien que de verdad la merezca.
A: Esto es un castigo por mis obras pasadas ¿ a que sí?.
D: No. Sí lo fuera, tú no estarías aquí, desperdiciando una oportunidad de salvarte.- le contesta Dios en tono áspero- Te habrías ido sin remisión con Satanás, qué déjame decirte que está deseando encontrarte entre sus llamas.
A: ( un tanto asustado ya que se está imaginando, retorciendose de dolor entre las llamas infernales): Me...me lo imagino.

Lo cierto es que Armando hubiera preferido ser el ángel guardián de cualquier otra persona en Bogotá, en vez del de Betty. Claro, que en ese entonces, el pobre aún desconocía, lo que le iban a doler esos primeros sentimientos de repulsión hacia su niña.

A (tragando saliva): ¿Cuándo...cuándo empieza mi suplicio?.
D: Enseguida. Pronto darán las seis y media en su reloj. Es la hora en que se despierta para ir a trabajar. Hoy es su primer día en ECOMODA ¿recuerdas?.
A: ¿pero, si yo estoy muerto, quién la va a atender? ¿ Mi papá?.
G: No aventures acontecimientos, Armando. Eso lo descubrirás cuando llegue el momento, no antes. Ahora si nos disculpas, debemos irnos. Tú puedes quedarte ahí, si quieres.

Se marcharon, dejando a Armando solo en esa habitación. Cómo no encontraba nada mejor que hacer, empezó a deambular por ella, viendo lo que allí había. Se encontró con muchos libros y de muy diversa temática: Literatura, Arte, Matemáticas, Ciencias, Historia, Clásicos...

A: "Lo cierto es que tiene una buena biblioteca"-pensó Armando.

Tomó uno, al azar. Era "El Príncipe" de Maquiavelo. Estaba subrayado y con anotaciones en post-it al lado. "Eso demuestra que se lo ha leído"- pensó. Tomó otro y estaba igual, y otro, y otro. "Vaya, si se los ha leido todos, debe ser muy instruida". Siguió su paseo por la habitación. En un rincón había muchos muñecos infantiles. Así descubrió que en el fondo, su alma y su corazón era el de una niña. Vió también un montón de diplomas colgados de las paredes de su cuarto. Comprobó así, que todo lo que ponía en su hoja de vida era cierto. Se había licenciado con honores en Económicas y había hechos varios cursos y postgrados de Comercio Exterior, Economía Internacional y Finanzas empresariales. Sobre una mesa había un computador con una vieja impresora. "Ese debe ser su medio de trabajo"- pensó medio sonriendo.

A: Pobre, con un PC tan anticuado le habrá debido costar mucho, sacarse todo eso.

Se acercó a su armario. Se apartó con horror.

A: Puafffffff. ¡Qué horror...qué ropas!. Creo niña, que si me tengo que encargar de usted, lo primero que debemos hacer es cambiar de vestuario...¡qué asco!- y dicho esto sacó del ropero un traje negro con cuello redondo en encaje blanco y unas medias muy tupidas del mismo color.

Betty, se empezó a mover intranquila en la cama, lo que hizo que Armando se asustase y dejase rápidamente la ropa de nuevo en su sitio. Cautelosamente, se acercó a la cama, para comprobar que seguía dormida. Fue entonces cuando se percató de algo. En el suelo de la cama, había un cuaderno de flores. Tenía pinta de ser uno de esos típicos cuadernos escolares. La curiosidad, por saber qué había allá escrito le llevó a leerlo. Era su diario.

Cuando terminó, gruesas lágrimas de dolor surcaban su rostro. Cómo alguién podría ser tan cruel con ella. ¡Por Dios...aunque fea, era un SER HUMANO!. No se merecía esas burlas, esas humillaciones, tanto dolor... Se merecía un respeto, por pequeño que fuera. Esas letras produjeron una fuerte rabia en Armando, que no sabía como canalizar. Entre lágrimas, la miró cómo dormía.

A: La ayudaré, Beatriz. Sólo para que esos desgraciados no vuelvan a insultarla más.Nadie tiene derecho a hacerle tanto daño. ¡No señor, yo lo impediré, se lo juro!. No creo que usted se merezca esto.

Desde el cielo, Gabriel sonreía:

G: Creo que lo hemos conseguido, Señor.
D: Lo sabía.
G: Pero...¿Encontrará a tiempo a la persona idónea, Señor?. La verdad es que es un trabajo complicado...
D (sonriendo como quién esconde un secreto): Lo hará, Gabriel, no te preocupes, lo hará. Yo me encargaré de eso. Ahora, vamos a preparar la segunda parte del plan.
G (sin comprender nada): ¿La segunda parte?.
D: Tú mismo lo has dicho. Es un trabajo complicado...hasta para el "gran" Armando Mendoza. Creo que será buena idea, echarle una mano ¿no crees?- decía mientras se levantaba de su trono.
G (con una amplia sonrisa instalada en su cara): Sí, señor.

CONTINUARÁ

NOTA
Amores para serle sincera  esta historia me está gustando mucho jajaja me da gracias leer que Diosito se pelee con Armani.

Historias de Betty, la feaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora