La primera de muchas CAP 3

1.1K 56 11
                                    


Armando.- ¿Sí?... ¿sí qué, Beatriz?...

Betty, suspira.- Si, me casaré con Vd. deberá ser pronto si no quiero que se me note, hoy me abroché los pantalones con cierta dificultad...

Armando, siente tal alivio que se marea. Tomando aire, saca del bolsillo una cajita de terciopelo verde y ser acerca a Betty, rodeando la mesa.

Armando, abriendo la cajita frente a Betty.- Beatriz, nunca alcanzará a comprender lo feliz que me ha hecho en este momento aceptándome como esposo... ¿quiere llevar mi anillo de compromiso?... creo que es de su talla, pero si no lo es, lo llevamos a arreglar esta misma tarde, por favor...

Y tomándole la mano izquierda con mucha delicadeza, le coloca un bonito aro de oro blanco con esmeraldas de corte baguette, orlado con brillantes (1). Es una prenda delicada, exquisita y seguro carísima. Le besa esa misma mano y pregunta con suavidad.

Armando.- ¿Le gusta mi amor?, ¿le gusta el anillo?...

Betty, lo mira sorprendida, le encaja como hecho a medida.- Es maravilloso doctor, demasiado, le debe haber costado una fortuna... ¿cómo supo mi talla?, me queda perfecto...

Armando, sonríe con picardía.- Yo sé muchas cosas de Vd., doctora, y creo que en lo que respecta a las medidas, acierto en casi todas... ¿vamos a almorzar?, así podremos hablar de nuestro matrimonio... ¿le parece?...

Betty, asiente, se pone en pie y agarra su cartera.- Vamos...

**********************************

Armando la lleva a un elegante restaurante del barrio dónde él vive al norte de la ciudad. Betty observa a su alrededor sorprendida, nunca ha estado en un lugar tan selecto. Nerviosa, confía en la decisión de Armando para escoger la comida y el vino, aunque pide que le sirvan pescado mejor que carne, y solo bebe una copa de alcohol, porque no quiere abusar con el embarazo. Apenas si hablan de lo rico que está todo y de lo bello que es el lugar. Por fin, mientras esperan los postres, ella empieza a poner sus condiciones.

Betty.- Haremos separación de bienes, de modo que quede bien claro que yo no me beneficiaré para nada de este matrimonio; lo único que yo quiero ingresar en mi cuenta corriente es el sueldo que me corresponda por mi trabajo.

Armando, asiente.- De acuerdo, pero abriremos una cuenta en el banco a nombre de nuestro bebé, dónde se ingresarán mis beneficios como accionista de la empresa, desde el miso día que en que nazca, ¡ah! esa cuenta se abrirá con el total de esos beneficios desde este mismo mes...

Betty.- De acuerdo, me parece bien... yo, seremos un matrimonio solo de nombre, no dormiremos juntos ni tendremos intimidad, yo... no lo podría soportar...

Armando.- Entiendo y le juro que no la voy a molestar en ese sentido, pero vamos a vivir en la misma casa, podemos quedarnos en mi apartamento, o buscar uno nuevo, me da igual, pero viviremos juntos... quiero estar junto a nuestro hijo cuando nazca y verlo crecer. Además eso le dará libertad de movimientos con su papá, ya no tendrá “toque de queda"...

Betty.- Yo voy a respetar su libertad y entiendo que tenga... que tenga necesidades, pero le ruego que respete el matrimonio, vamos que sea discreto... no quiero ser el hazmerreir de Bogotá, a cuenta de sus infidelidades...

Armando sonríe.- Ahora le voy a poder demostrar que Vd. “castró” al tigre de Bogotá, doctora Pinzón, lo dejó mansito, mansito... solo quiere y puede con Vd.

Betty, se ruboriza.- Doctor, ¿cuando va Vd. a hablar con su familia, con doña Marcela...? tendrá que explicarles...

Armando.- Quedaré con mis papás y a Marcela, no sé porque tengo que darle explicaciones...

Historias de Betty, la feaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora