Armando se siente extraño, dentro de una hora, cuando salga de Ecomoda, no se dirigirá como cada noche a su apartamento en el norte de la ciudad, sino hacia al centro, hacia la que será su casa por varias semanas.
Betty ya estaba instalada allí desde el día anterior, él mismo la llevó en su carro, pues el Halcón Milenario, estaba de nuevo en cuidados intensivos, como decía ella con comicidad. Lo había invitado a la función de Navidad de la escuela de Guiller, y él acudió contento y disfrutó con el chiquillo vestido de pastorcito, que a pesar de su dificultad para articular muchas letras, había soltado, sin vacilar su larga parrafada.
Al salir del colegio, pasaron por la casa de Palermo, recogieron dos bolsas de viaje y un par de cajas, con juguetes de Guiller, fueron a cenar a un burguer, para deleite del crío y los dejó en la casa nueva.
Esa misma noche, fue cuando se dio cuenta de lo exiguo del equipaje de Betty y del niño, seguro que nada que pudiese ser apropiado para la esposa y el hijo de un presidente de una empresa de modas, así que bastante agobiado telefoneó a su mamá y le explicó. Ella lo tranquilizó, a la mañana siguiente haría una batida de compras con Betty y el chico, y los equiparía de pies a cabeza.
Hacía solo media hora que su mamá le había visitado, exhausta pero feliz. Por primera vez, la vio quitarse los zapatos en su presencia y acariciarse los pies doloridos, mientras le contaba.
Doña Margarita.- Vengo muerta mi amor, rendida...
Armando, arqueando las cejas.- Pero creo que muy feliz... ¿en que estado quedó mi cuenta bancaria?... porque miedo me da pensarlo...
Doña Margarita.- ¡Ingrato!, cuando todo lo hemos hecho por ti...
Armando.- ¿Por mí?... será por Ecomoda y el contrato con el Fashion Group... ¿no?...
Doña Margarita.- También... pero mira, cuando llegué a la casa a buscar a Betty, ella estaba en el vestidor del cuarto principal, tú cuarto, deshaciendo tus maletas y colgando tus cosas... hijo, que serio que eres vistiendo, ni siquiera un par de jeans, o un suéter de sport... brrrr, me pones de los nervios Armando... todo camisas blancas, cremas o azules, todo trajes azules, grises o negros, y de las corbatas, mejor no hablo... las medias, todas negras, los zapatos idénticos, negros o café...
Armando.- Mamá hice equipaje, no trasladé todo mi vestuario a la casa...
Doña Margarita.- Llenaste dos maletas, un guarda trajes y un neceser, si lo que te queda en el apartamento es más de lo mismo, me dan ganas de meterle fuego...
Armando.- Bueno, tengo una sección de ropa de verano, ya sabes, trajes claros, alguna camisa de manga corta, zapatos más ligeros, medias de hilo, en vez de lana...
Doña Margarita.- Y supongo que la ropa de montar, el traje de baño y poco más... ¿me equivoco?... no le mientas a tu mamá, que eso es pecado niño
Armando.- Jajajaja... no mamá, no te equivocas, lo cierto es que siempre voy con traje, desde que era estudiante no uso ropa sport, me acostumbré por el trabajo y bueno, pues se me hizo un hábito...
Doña Margarita.- Eso pensamos Betty y yo, así que no solo compramos cosas para ella y para Guiller... ¡que crío!, me parece que te llevo a ti, cuando he ido con él... ¿sabes que se nos cayó a una de las fuentes de Unicentro?, jajajajaja... iba jugando con unos muñecos de unos dinosaurios horrorosos que se trajo de la casa, lo cierto que muy juicioso, pero como no miraba, aunque su mamá lo avisó, él en el fragor de la batalla, ¡plof!, al estanque de cabeza...
Armando.- ¿Se hizo daño?...
Doña Margarita.- ¡No!, estaba muy cómico, de pie chorreando agua, y diciendo con esa vocecilla gangosa y ceceante... “Lo ziento mami, fue zin quegued”... jajajajajaja... como supondrás, nuestra primera visita fue a la tienda de ropa de niños...
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Historias de Betty, la fea
FanficEstas historias no son de mi autoría, son de una plataforma llamada Tapatalk, las subo porque muchos foros ya han desaparecido y ustedes tiene que leerlas son maravillosas,cada una diferente pero con el mismo amor al escibirlas, si algún autor/a de...