La otra capítulo 13

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Estuvieron toda la tarde en el punto de venta de Ecomoda viendo los problemas que habían ido a resolver así como el estado del mismo, ya que por fin, se terminaron las obras hacia poco tiempo. Cuando regresaron al hotel, ya había caído la tarde y Marcela, le dijo displicente a Betty, que hasta las 9:00 de la mañana no la necesitaba. Del mismo modo le comunicó que desde ese momento tenía todas las comidas incluidas en el hospedaje y no necesitaba salir a la calle para hacerlo.

Betty asintió y se dedicó a pasear por los bajos del hotel investigándolo todo y observando tantas cosas a las que no estaba acostumbrada. A las ocho de la noche pasó al comedor y cenó, sorprendida con el amplio y exquisito buffet. Se acordó de su amigo Nicolás y lo que hubiese disfrutado allí. Estaba sentada terminando su postre cuando le sonó el celular. Era Armando.

Armando.- ¿Mi amor?... ¿qué haces?...

Betty, sonrió.- Hola doctor, ¿cómo está?... yo estoy cenando, doña Marcela ya no me necesita hasta mañana a las 9:00, a las 10:00 tenemos la cita en el municipio.

Armando.- ¿La dejó solita, mi amor?...

Betty.- Sí, pero lo prefiero, no estoy cómoda con ella, por razones obvias.

Armando.- ¿Cómo fue la visita a la tienda?...

Betty.- Verá, no creo que el tema de las ventas vaya a ser su fuerte, es zona de playa, por lo tanto muy cara y no precisamente para vender modelos exclusivos, quizás tenga más futuro como lugar de exposición y bodega, y bueno quizás una línea de ropa veraniega e informal, pero no lo que se ofrece ahora... ¿quién hizo el estudio de mercado?...

Armando, suspira.- Fue un capricho de Hugo y Marcela, apoyado por Daniel y de rebote por mis papás, la idea la trajo la tonta de María Beatriz Valencia que por esos días vivía muchas temporadas allí... ¿estudio de mercado?, supongo que Olarte, era quien se encargaba de esos temas.

Betty.- Entiendo, la empresa le ha perdido mucha plata, ya no por la inversión, y los gastos, sino porque no genera los beneficios que debería y aún sigue dando problemas, debemos diseñar una reforma de las estrategias comerciales para ese lugar. Mauricio el encargado, es un tipo muy válido, y prácticamente lo lleva todo, incluso las ventas, solo tiene una empleada, con lo que ya le ahorra una buena plata a la empresa, pero aún así, no van las cosas como debieran.

Armando.- Lo sé cielo, lo sé... ahora con lo del Fashion a ver si lo podemos reconducir.

Betty.- Seguro mi amor, por cierto en este hotel hay varias boutiques de moda y tienen primeras firmas.

Armando, asiente.- Así es, ¿por qué?...

Betty.- ¿Quieres que hable con ellos y le ofrezca nuestros productos?, verás todo mi equipaje es de Ecomoda y traigo varios catálogos, les podemos sugerir que si les interesan los envíos, se los podemos suministrar a través del punto de ventas que está a diez minutos de acá, así puede empezar a servir como bodega... ¿no crees?...

Armando.- Sí Betty, hazlo y si tienes éxito, lo hablas con Mauricio, pero que Marcela no se entere, mientras menos sepan los Valencia de las negociaciones con el Fashion Group, mejor. De hecho creo que deberías explicarle todas las expectativas que tenemos al respecto, pero insístele que no se lo comente a Marcela... o mejor, pídele que me llame que ya hablo yo con él.

Betty.- De acuerdo, yo confío en resolver los asuntos legales por la mañana y le dedico la tarde a eso.

Armando.- Mi amor ahorita que acabes de cenar ¿qué vas a hacer?...

Betty.- ¿Yo?, subirme al cuarto, me traje un libro para leer y el computador portátil que me regalaste, de modo que puedo trabajar un poquito.

La voz seca de Marcela, la interrumpe.

Historias de Betty, la feaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora