Noche antes de la junta (historia corta 15)

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NOCHE ANTES DE LA JUNTA

Capítulo 1

La noche antes de la junta directiva más importante de Ecomoda.

También podría haber ocurrido así...

Betty tecleó en la computadora los últimos datos del balance maquillado que al día siguiente se iba a presentar en la junta directiva. Eran las once menos cinco minutos de la noche, y por fin daba por finalizado el que iba a ser su último trabajo para el área financiera de Ecomoda. Jamás hubiera pensado a primera hora de la mañana que ella haría aquel maquillaje, pero allí estaba, intentando salvar de alguna manera a don Armando.

Dando un suspiro pulsó la tecla para imprimir el informe, y mientras la impresora escupía aquellos datos que tanto interesaban a don Armando y don Mario, ella volvió a abrir la fotografía que guardaba de él en la computadora.

De nuevo sus dedos acariciaron con reverencia el rostro mostrado en la pantalla del monitor mientras en su mente se repetían los momentos vividos esa misma tarde... Don Armando rogándole que no lo hundiera... don Armando diciéndole que la necesitaba... que la amaba. Y luego aquellos besos que hubiera querido con toda su alma no desear, pero que recibió cual sediento recibe un poco de agua.

Se dejó llevar sabiendo que él la estaba utilizando. Que todas sus palabras eran una burda mentira para conseguir el balance maquillado, y sin embargo, no pudo decirle que no cuando él le pidió de aquella manera que no le hiciera pedazos.

Algo en su interior se quebró en aquel instante en que don Armando la tenía abrazada contra él y le suplicaba. Su determinación, su odio, la certeza que a él le daba asco acariciarla, desaparecieron, y dentro de ella sólo quedó cansancio. Un intenso y profundo cansancio de ser esa persona en la que se había convertido.

Se había dicho a sí misma que las razones para ayudarlo eran que no quería verlo vuelto pedazos y que aún lo amaba, pero estaba esa otra, quizás la más importante de todas, la que la había llevado a tomar decisión de maquillar el balance: quería volver a ser ella misma.

La venganza, el rencor, habían envenenado su alma los últimos días y sencillamente ella no estaba hecha para vivir con esos sentimientos. Quería regresar a su antigua vida, con sus papás en la casa, su fiel y confiable Nicolás y su nuevo trabajo con Catalina Ángel, en el cual no habría gritos, maltratos, y lo más importante, no habría engaños que la convirtieran en cenizas.

Quería volver a ser, en la medida de lo posible, la Betty de antes.

El día siguiente sería el día de su retorno. Sería también el día en que le devolvería todo a don Armando, su empresa, e incluso su antigua vida junto a doña Marcela. Después ella desaparecería de su mundo del mismo modo en que había entrado, sin apenas hacer ruido.

El pitido de la impresora indicando que faltaba papel sacó a Betty de sus pensamientos. Sus ojos seguían posados en la foto de don Armando. Parpadeó un par de veces alejando la humedad súbita que amenazaba con inundarlos y tragó saliva.

Betty: Adiós, don Armando -murmuró a continuación, antes de dar una última caricia a la imagen de él y cerrarla.

Se levantó de la mesa, y como una autómata tomó un paquete de papel y lo insertó en la impresora, que en unos pocos segundos siguió escupiendo las hojas que faltaban.

A continuación alzó el teléfono y pidió un taxi para que la llevara a casa. Don Armando le había dicho que iría a Ecomoda tras el desfile del lanzamiento, pero ella quería salir de allí antes de que él regresara. Tenía miedo de no ser lo suficientemente fuerte para rechazarlo si él volvía a besarla.

Historias de Betty, la feaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora