Es frágil, pequeña y delicada. Unas manos la recogían cuando el viento la tiraba. Pero quizás esas manos se hicieron viejas, o quizás fue ella que creció; sea como fuere, desaparecieron y nadie la volvió a tocar.
Ayudadla.
Creed en ella.
Su luz se apaga,
no quedan chispas que con un poco de magia
hagan que se vuelva a encender.
Ayudadla.
Ya ha llorado demasiado sola. Ha llenado muchos ríos y pocos corazones. Ninguno la eligió a ella.
Ayudadla.
Quiere desaparecer. No es la pieza de un puzzle, no hay llave que la desbloquee.
Ayudadla.
Está sola.