Creo que ya es hora. Creo que ya es hora de pasar página; cambiar de libro y quemar el anterior, por mucho que duela. Creo que hay una parte de mí que no quiere que eso suceda, pero mi parte lógica, esa que tiendo a callar porque sé que siempre tiene razón, no va a dejar que eso ocurra. Y es que ¿merece la pena llorar por alguien que no sabes si ni si quiera te piensa? Aunque creas que sí, que hay una mínima posibilidad de que lo haga, no mereces arriesgarte a estar equivocada y darte de bruces contra el suelo. Porque la gente nunca es lo que esperas; incluso esa persona que piensas que nunca jamás te decepcionaría, aparece un día tras hacer aquello que nunca pensaste que haría.
Pero, desgraciadamente, esto no es tan fácil. Mi cabeza piensa una cosa. Mi corazón piensa otra. Y es muy difícil conseguir que ambos se pongan de acuerdo. ¿Y qué puedo hacer? ¿Quién dice que la decisión que tome, sea cual sea, es la correcta? ¿Quién dice que seguir torturándome es una mala decisión? ¿Y si en realidad es la buena? ¿Quién dice que las cosas tengan que estar divididas en ''bueno'' y ''malo''? Basta de canones y dictaduras; sé tú mismo. Ten el valor de gritar lo que quieres, de salirte del camino de baldosas amarillas y recorrer el del color que tú quieras. Deja de preocuparte sobre si las decisiones son buenas o malas; todas lo son, algunas más que otras, pero al fin y al cabo, eliges las que eliges porque estabas destinado a ello.
