No quiero hablar.
No me preguntes, no insistas, no quieras saber.
No quiero hablar.
Con una vez que vea que te preocupas es suficiente.
No eres mejor o peor persona por seguir insistiendo, como si te fuera la vida en ello.
He dicho que estoy bien, y lo estoy. Y si no lo estoy ya lo estaré. Pero si me paro a contarte qué me atormenta, entonces me derrumbaré y no habrá nadie en este estúpido y bonito mundo que pueda hacerme volver.
Así que mejor déjalo estar.
