9.

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Ya va a hacer un año.

Todo cambió.

Me arrepiento.

O quizás no.

Estúpida decisión en caliente.

Me pregunto si la hubiese tomado aun sabiendo lo que iba a ocurrir.

Aunque quizás el primer beso mereció la pena.

Y el ir un poco más allá.

Me pregunto si hubiese llegado a tocar el cielo de alguna manera, o si otro que no fuera él me iba a bajar la Luna. Aunque ninguna sería como la suya; la suya es única. La suya está rota y arreglada con remiendos e hilos. Pero era la mejor de todas.

Pero ya todo me da igual; soy como el mar que se baña en sus propias lágrimas y como los árboles que se intentan aferrar al viento, que amenaza con tirarles.

Ya nadie me va a bajar la Luna.

Pero tampoco quiero.

Ni aunque fuese su Luna la que volviese.

Pero ¿de verdad esa Luna llegó a ser mía?

Quiero creer que sí.

Pero él no era para mí, y lo supe desde el primer momento. Y desde el primer momento supe que éramos de esas parejas que por mucho que se quieran, por h o por b, es imposible que estén juntas.

Porque, simplemente, mírame.

Y ahora, mírate.

Y dime en que se parecen A y B.

Porque tú y yo, ni siempre ni nunca.

Y se que siempre serás esa gran incertidumbre en mi vida, que serás por siempre el primer amor que nunca se olvida.

Y que estarás ahí cada vez que me de la vuelta.

Porque aunque me haya olvidado de olvidarte, y de verdad te haya olvidado, aunque mi vida haya seguido más y más y más allá, sé que nunca te irás del todo.

b a s o r e x i aDonde viven las historias. Descúbrelo ahora