La vida son baches y caídas. La vida son heridas y cicatrices perdurables. La vida es llorar y sonreír, es limpiarte los ojos de lágrimas y aprender a ver más allá. La vida es seguir hacia delante y cometer el error de darse la vuelta; de intentar correr para huir y no encontrar salida.
Dicen que la vida pasa, pesa y pisa, y que todo abandono deja un rastro; que las huellas de los que pasan por nuestro camino no desaparecen, y que tampoco se borran de las vidas que tocamos. Aunque con el tiempo, con las idas y venidas, las destrucciones y alegrías, cada vez nos alejamos más de nuestro pasado. Pero nunca desaparece del todo; siempre está ahí, acechando, acariciándote la espalda, tentándote a darte la vuelta. Y tienes que luchar por no hacerlo.
La vida es supervivencia y encontrar el amor, algo por lo que luchar y no rendirse, algo por lo que tener fuerzas para levantarse cada mañana y regalarle una sonrisa al mundo.
Y cuando menos te lo esperes, la vida dejará de joderte.
