Muchas veces me pregunto por qué soy así. Muchas veces estoy cansada de ser yo misma. Muchas veces estoy cansada de fingir que preguntar cómo están los demás y callarme lo que yo siento me sale solo; muchas veces estoy cansada de fingir que no me importan todas y cada una de las bromas que me hacen, cuando en realidad me hacen tanto daño que son somo una estaca clavada en mi piel que poco a poco se hunde más en mi carne.
Muchas veces estoy cansada de ser buena. Y sí, reconozco que tiendo a ser más buena que mala, que no sé mentir y que antepongo el bien de otros al mío, y que soy así porque me gusta ser así, porque quiero, porque siento que merece la pena; es la única cosa buena de mí que acepto. Pero a pesar de ello, muchas veces acabo saturada de que nadie me pregunte nada, de que piensen que siempre estoy bien, y sobre todo, que estén tan acostumbrados a que sea así que cada vez que, agotada, contesto mal o hago algo que quiero anteponiendolo a los demás, la gente me venga con frases como "estás rara", "estás cambiando", "eres una egoísta". Y lo peor es que luego la culpa me corroe. Siento cada problema del mundo como piedras sobre mis hombros, que caen a cada centímetro que me muevo y que se rompen contra el suelo. Y siento que un día de estos moriré ahogada entre ellos.
