Si te quedas muy quieto, paras, y escuchas, puedes saberlo todo.
Pero muy poca gente lo consigue.
Están las prisas, los mensajes sin contestar y los buses que perdemos, y no nos damos cuenta de que siempre será mejor una conversación en persona, y que caminar te lleva al mismo destino.
Vivimos en un mundo en el que no disfrutamos de la puesta de sol porque vamos corriendo a todas partes; un mundo en el que no nos da tiempo a sentir pena por el encorvado vagabundo de la esquina porque estamos más pendientes de que "no me ha contestado al whatsapp y está 'en línea'."
Y yo soy la primera que lo hace.
Pero entonces, si somos conscientes de que el mundo se va a pique, ¿por qué no intentamos cambiarlo?
Prueba a intentarlo alguna vez.
No hace falta que lo cambies, pero simplemente observa.
Observa a aquella pareja de amigas que se abraza, y mira cómo una de ellas es incapaz de soltar el móvil.
Observa a aquellos novios que se gritan porque él no la ha contestado a un whatsapp, o porque ella ha convertido una montaña de un grano de arena.
Observa como la gente va y viene, como el aire desplaza envoltorios de plástico y papeletas de propaganda que todo el mundo tiene pero que nadie se digna a leer.
Observalo todo.
Y si eres capaz de verlo, bueno, entonces eres capaz de vivir para siempre.
