Entre líneas.

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El buen observador

tiene los ojos tranquilos;

se dará cuenta,

cristalinos,

de que se nos pasó la hora

posados en el infinito

de jugar al escondite

En realidad quiere correr

y huir

ansioso por alejarse

de la verdad.

No puede dejarlas en paz,

se dará cuenta de que

de morder y atormentarlas

aunque todo esté en calma

no es capaz de cuidarlas;

son sus manos

porque todos algunas vez

que traicionan el pulso

no hemos sido capaces de parar

y a nosotros mismos,

de romper.

*Tiene truco, a ver si lo pilláis.*

b a s o r e x i aDonde viven las historias. Descúbrelo ahora