¿Cómo están? ¿Listos para seguir en esta historia?Puede que ya se les haya hecho larga, aburrida, tediosa; pero créanme que todo tiene un propósito, y aunque he quitado cosas que quizá no eran relevantes, no dejen pasar detalles, hay algunos que después cobran sentido; yo soy amante de leer entre líneas y poner una trampilla por ahí.
Ultima cosa: Ya hay playlist en Spotify
https://open.spotify.com/playlist/4ONLhLZ7qRWczNfJP66KuE?si=oxTs3yKeTKS5JfvSJ8ioTg&dl_branch=1&nd=1
O pueden buscarla por el nombre del libro.
Ahora si los dejo disfrutar.
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Poseerlo todo, no siempre significa satisfacción absoluta, siempre habrá algo que te hará sentir un incómodo hueco en el interior.
Le veía y le veía pero no lograba descifrar que era lo nuevo. Definitivamente había algo diferente, pero las casi 2 horas de clase no fueron suficiente para adivinar el cambio que se había hecho.
Definitivamente le había favorecido que hoy no ponía la típica expresión de maestro estricto; o quizá era porque su fina sonrisa, se le veía mejor sin tanta barba... ¡Que tonta! Ahí está la respuesta; hoy se había quitado volumen en la barba clara, también se había recortado y peinado mucho mejor su cabello color chocolate.
Me apenaba conmigo misma al admitir que el Sr. Richmond podía ser bastante atractivo e interesante.
—Chicos, para la próxima semana quiero el siguiente libro ya leído. Vamos a organizar un pequeño juicio o debate si así lo quieren ver. Los quiero preparados. Bien... Ya pueden retirase— y el Sr. Richmond concluyó la clase con una sonrisa muy amplia.
Salimos del salón y en el pasillo Jacob me dijo.
—No puedo creer que hayan preferido salir con este señor que conmigo— Frunció el ceño haciéndole mala cara a la puerta del salón.
Se le veía un poco ofendido. Aunque en el fondo él no era tan rencoroso. Las cenas en el restaurante japonés eran de sus favoritas, siempre nos presumía su gran habilidad para comer con palillos.
—Bueno, tú también dejaste el equipo incompleto. —le dije con sonrisa de broma.
—Es mejor incompleto que mal acompañado. Ese señor no me da confianza.
—¡A ti nadie te da confianza! De hecho es un milagro que estés hablando conmigo sin tener el gas pimienta bajo la manga. —Le acusé.
—Bueno, bueno... ¿Me vas a acompañar a mi primer ensayo o no?— Hizo un ademán con la mano dándose por vencido.
—Mmm no lo sé... tal vez... la verdad es que...
Adoraba agotar su paciencia.
—¡Dime si o no!— Me sentenció casi molesto.
—Tengo que hacer un par de video llamadas a la oficina. Si te acompaño me siento hasta atrás... ¿Te parece?
—Claro...— Me sonrió complacido.
De camino a sus ensayos, Jacob fue adquiriendo más chispa, la ilusión de interpretar su primer protagónico lo ponía pletórico. Me compró dos vasos de café como compensación, aunque yo también disfrutaba ver sobre el escenario a un Jacob totalmente diferente; lleno de confianza, de vida, capaz de convertirse en cualquier cosa. Lamentaba que su papá le hubiera prohibido estudiar lo que realmente quería, así que lo apoyaba cada vez que ponía un pie en el teatro.
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Todo lo que buscaba
Romance¿Te ha pasado que los planes resultan mejores en tu mente que en la vida real? Yo era experta en desilusiones de ese tipo. Pensaba que la aparente vida de ensueño que me esperaba después de la graduación lo era todo para mi; hasta que descubrí el...