Íbamos silenciosos de vuelta a mi departamento. Yo me sentía algo aturdida por todo lo que en unas cuantas horas pasó. La prueba de fuego frente a la familia Edevane y sus mejores amistades no era para menos.Además, la abuela me desarmó de tantas maneras posibles que no tenía idea de cómo iba a salir bien librada de esta. Prácticamente me dio a elegir entre mi carrera profesional en la compañía o mi relación con Charles.
Y es que pasar sola mis días ya no era una opción, sin embargo esos planes y proyectos armados por años para mi tambaleaban, y abandonarlos me devastaría, lo eran todo para mí. Mi familia lo valía.
Mi corazón se empezaba a dividir; tener que elegir entre mi perfecto futuro planeado y Charles, el hombre a quien yo amaba y quien me creaba un mundo diferente solo para mi.
Elegir una de las mejores cosas de mi vida sin duda sería de las peores cosas a las que me tendría que enfrentar.
Giré a ver a Charles que manejaba muy concentrado; quizá también le daba vueltas y vueltas a nuestra situación; se le marcaba una arruga en el ceño siempre que le preocupaba algo.
Cuando se dio cuenta que le miraba, cambió su expresión seria por una tierna sonrisa de hermosos hoyuelos. Era increíble como detectaba mis sentimientos adaptándose a ellos y muchas veces, para hacerme sentir mejor.
La conexión con él era inigualable. ¿Perdería todo esto por "el que dirán" de la abuela?
Necesitaba encontrar un punto medio.
Sabía que ella iba muy enserio con sus amenazas, tenía el magnífico historial de hacer realidad todo lo que se proponía; y esas victorias me llenaban de pánico; yo no quería ni pensar en que mi vida podía terminar completamente en sus manos.
Y es que ni la familia más perfecta, ni la mejor oficina, ni un excelente trabajo y ni el éxito profesional podían garantizar felicidad verdadera. Mi interior me decía que había algo más, algo que aún no conocía muy bien y que posiblemente era el amor.
Charles extendió su mano para tocar y tranquilizar la mía; él era el único que tenía ese súper poder en mí.
Yo no tenía ni idea que sería de mí en una semana, pero debía aprovechar cada segundo de la compañía del hombre que había demostrado poder dejar todo por mí.
—Oye Charles, ¿La siguiente avenida es la que lleva a mi departamento?
—Si linda, ¿Quieres que siga por ahí o tomo otro camino?
—No. En realidad, no quiero estar ahí. Todos se quedaron en la fiesta y no me gustaría llegar a un lugar tan solitario.
— ¿Entonces?— preguntó un poco confundido.
—Charles, ¿Te importaría tener una huésped en tu cuarto de invitados solo por esta noche?— le sonreí convincente.
Él sonrió tranquilo y me dijo
—En absoluto cariño, vamos a casa.
Entrando a su casa se veía la gran personalidad que le había aportado su cocina nueva; la vez anterior que le había visitado no había estado tan al fondo.
Vi a los perros descansando en sus respectivas camas bajo las escaleras; estaban tan bien acurrucados que me contagiaron el sueño.
No sabía ni cómo decirle a Charles que aunque no quería pasar la noche sola, tampoco quería estar demasiado acompañada, quizá en mi mirada nerviosa leyó todas esas cosas, por que en cuanto me senté en el borde del sillón me dijo:
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Todo lo que buscaba
Romance¿Te ha pasado que los planes resultan mejores en tu mente que en la vida real? Yo era experta en desilusiones de ese tipo. Pensaba que la aparente vida de ensueño que me esperaba después de la graduación lo era todo para mi; hasta que descubrí el...