28. Charles Richmond

63 9 7
                                    


Ahora podrán ver todo lo que ha sucedido desde el punto de vista de alguien muy importante.... Espero les guste.


Charles

Yo nunca me había considerado una persona muy deportista, pero tenía que aprovechar que mi edad aún me permitía ponerme en forma.

La verdad es que no le había prestado mucha atención a mi cuerpo en los últimos años, supongo que el comer sano y la incontrolable energía de Stella me hacían tener cierta condición.

Aún así, ahora las cosas eran diferentes. Es como si yo volviera a ser un chico de universidad y quisiera conquistar a la niña más linda e inteligente de la clase.

Prácticamente "la inalcanzable".

Para lograrlo tenía que ponerme a su nivel, aunque la verdad la situación era bastante complicada, y es que ella no era cualquier chica; para empezar era hija de un viejo amigo de la universidad, pertenecía a una familia muy importante y la razón más terrible de todas... ella era mi alumna, sin olvidar la cruel realidad que le doblaba la edad.

Ella eran tan prohibida en demasiados sentidos.

A veces me preguntaba si yo no tenía algún tipo de trastorno mental o algo así por haberme fijado en una mujer tan joven. Claro no era una niñita por la que se consideraría un crimen. Pero yo tampoco era un veinteañero que se sintiera digno de ella.

Tan sólo de recordar la primera vez que la vi, mi corazón empieza a latir tan fuerte que escucho el bombeo de la sangre en los oídos.

Accidentalmente yo le había dado un portazo y de no ser por que todos los chicos de la clase que sorprendidos abrieron sus ojos como platos en dirección a la puerta no me habría dado cuenta.

Ella estaba tan enojada, y aún así se veía hermosa.

Se quejaba con tanta seguridad, y sin miedo a que yo pudiera escucharla que hasta empecé a pensar si de verdad ya me fallaba el oído o la vista.

Después, cuando giró; y vi por primera vez esos ojos azules quedé hipnotizado. Nunca había visto algo tan profundo, misterioso y que a la vez dijera tanto con solo una mirada.

En verdad bastó mirarla un instante para darme cuenta que tenía que conocer a esa chica  o iba a estallar.

Al principio pensé que me llevaría meses poder entablar una conversación casual con ella, y es que obviamente no esperaba que fuera como las otras mujeres que me seguían descontroladamente a pesar de mi descuidado aspecto del inicio de clases.

No obstante, el destino se encargó de ir cruzando nuestros caminos y supongo también me dio habilidad para hablarle por que en verdad que ella me ponía nervioso.

Como esa vez que entró a mi oficina, por un momento creí que ya tenía el don de telepatía o algo similar y que le había llamado con el pensamiento. Segundos después creí que ya estaba alucinado por el hambre;  hasta que ella reaccionó y me explicó todo.

Ese en verdad no fue su día.

Pero el mío... El mío si.

Tenía que forzarme a ponerme serio y ocultar la sonrisa o pensaría que era un demente y saldría corriendo con apenas un ojo funcionando.

No podía dejar de mirarla, aún hecha un desastre, era el desastre más hermoso que existía.

Siento que desde esa noche todo empezó.

Todo lo que buscabaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora