44. contigo siempre quiero

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Al lunes siguiente en clase, sentí que ya había pasado una eternidad desde la última vez que tuvimos clase con Charles; por lo que disfruté bastante verlo frente a mí por más de hora y media.

Claro que ahora que tenía energías renovadas y un perfecto bronceado que despertó las sospechas de toda la clase.

—Buenas tardes chicos— anunció al llegar un par de minutos más tarde. Se veía tan sonriente y bien arreglado, se me hacía difícil creer que un hombre tan interesante estuviera saliendo conmigo.

—Hola Richmond, se ve que le fue bastante bien en sus vacaciones— le dijo uno de los muchos chicos con quienes se llevaba bien.

—Tampoco ustedes se ven tan mal... al menos hoy no llegaron con enormes bolsas bajo los ojos.

Todos compartimos una risita y una chica prosiguió con la investigación del otro.

—Sí, pero usted se ve particularmente mejor que todos...

— ¡Eso es cierto profesor! — añadió otra chica.

—Ya díganos que hizo estas semanas—insistió el primer chico.

—Bien, ¿Si les digo me dejan dar mi clase?

—¡Sí!— anunciamos toda la clase y debo admitir que me uní al fuerte coro para no levantar sospechas.

Charles me miró divertido porque me había puesto del lado contrario. Apretaba la sonrisa bastante sorprendido. Moría por ver cómo iba a salir de esta...

—De acuerdo, ustedes ganan. Fui a pasar unos días por... Baltimore— Soltó sin más. Era evidente que era de esos que se les dificultaba mentir, pudo haber dicho cualquier otro lugar pero no lo hizo. Cuando lo dijo se rascó la ceja un tanto arrepentido.

—Nosotros también estuvimos por ahí, ¿Verdad Jacob?— comentó uno de los contados chicos de arquitectura que compartíamos esa misma clase.

—Claro que no Louis;  bueno, quizá del lado opuesto, en un pueblo perdido muy alejado de la ciudad y de todo lo bueno— dijo Jacob un tanto molesto y exagerado, claro, para no levantar la mínima sospecha.

¡Gracias Amigo!

—Ok, entonces ahora si iniciemos...— anunció Charles un tanto aliviado.

—¿Fue solo profesor?— Preguntó otro chico

—¿Está soltero?— preguntó una chica con un repulsivo tono de voz coqueta, incluso hasta hizo una pose bastante desagradable; aunque como novia de Charles cualquier indicio de coqueteo era desagradable para mí.

Antes de responderles hizo un mohín con la boca y movió la cabeza en negación respondiendo a todas sus preguntas. Todas las chicas que esperaban ilusionadas su respuesta soltaron un profundo suspiro de decepción.

—Así es chicas, nuestro profesor mantiene una relación sentimental que no nos interesa, así que por favor inicie la clase— Anunció Jacob haciendo elaborados movimientos con los brazos.

Con todos los corazones rotos rodando por ahí, no fue difícil empezar. Charles le hizo un movimiento de agradecimiento con la cabeza a Jacob por salvarlo de esta; Jacob solo se encogió de hombros y se quedó viendo fijamente su tableta.

[...]

Cuando se dio por terminada la clase todos hicimos la usual fila para despedirnos de Charles, y cuando fue el turno de Jacob, Charles le dijo:

—Gracias por salvarme del interrogatorio Rinaldi. — le dijo con una sonrisita amigable y puso los ojos en blanco.

Jacob inmóvil e insensible le respondió:

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