61. Viaje a Grecia

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Me gustaba identificar las diferencias entre Italia y Grecia, y es que aunque son vecinos cada uno tiene características muy peculiares; incluso hasta las personas físicamente tenían un toque diferente: ojos más grandes y narices más curiosas. Trataba de recordar las facciones de mis abuelos; ojalá les hubiera prestado más atención la noche de la fiesta para mantener más fresca la imagen de su rostro.

Charles otra vez la hizo de un excelente guía de turistas conmigo. Era muy paciente con los tres; se le veía que a veces sólo quería tomar su cámara y vagar por ahí, subirse a lugares altos a capturar increíbles tomas y experimentar cosas nuevas hasta que recordaba que no había ido solo y que una chica junto con dos perros dependían de él.

Me llevó a algunos lugares poco turísticos que había descubierto en otros viajes largos que había hecho en el pasado. Fuimos a unas playas preciosas de un tono azul muy similar al de mis ojos, y me prometió dejar nuestras últimas semanas de viaje para visitar y conocer a la familia de mi madre. Ese en verdad había sido el mejor regalo que una chica podía esperar.

Después de cumplir la semana en Atenas, recibió una llamada en la madrugada. Ocasionalmente yo también las recibía, claro que las mías eran de mis amigos o de Luca. A él le habían estado llamado insistentemente sus clientes del equipo de béisbol, y como gracias a ellos podíamos mantener ciertas comodidades en nuestro viaje no podía negárseles.

Se levantó de la cama y salió al jardín por el ventanal de la habitación a contestar el celular.

Cinna también se despertó y empezó a dar de vueltas haciendo cientos de repiqueteos con las uñas sobre el piso laminado de madera. Supuse que quería ir a orinar, así que me levanté y le abrí el ventanal,  se quedó cerca; Charles que estaba de espaldas a la distancia no lo vio salir, y con la ventana abierta pude escuchar casi toda la conversación.

—Si, son unas cuantas horas de diferencia, pero no hay problema; sabes que siempre estoy disponible para ti— dijo animado ocultando el sueño— Claro, claro.... No se te ocurra hacer algo así... Es mejor esperar a que la bomba reviente y llegue la noticia a la prensa... Exacto, su contra demanda no está bien fundamentada y si se empieza a divulgar la noticia van a querer actuar rápido para cuidar la imagen del equipo..... Exacto. Tu haz como que no te afecta; como que estás dispuesto a caer si ellos caen..... Si ya le hablé a mis contactos de la corte y para ese entonces ya estaré ahí para dejar todo listo si es que no se llega a un acuerdo antes... Me encantaría pero no puedo..... De acuerdo veré que puedo hacer— dijo con un tono absolutamente distinto y desanimado al anterior — Te confirmó en unos días, Ciao...

A tiempo volví a cerrar la silenciosa ventana y volví a la cama como si no me hubiera movido, hasta Cinna colaboró yendo rápido a su camita. Charles entró a la recámara, se volvió a acostar y dejó salir algunos suspiros suspendidos en el aire. Pasaron varios minutos y seguía sin dormir. Se movía inquieto. Me preocupaba que fuera una mala noticia así que tuve que salir de mi sueño ficticio para saber que le ocurría.

Me giré hacia el centro de la cama y quedé frente a su cara

—¿Está todo bien cielo?

—Si querida, es solo que cuando despiertas cuesta conciliar el sueño; pero tú vuélvete a dormir.

—No puedo— le confesé apenada.

—Es mi culpa, lo siento.

—No tienes por que disculparte, así tendrás con quien platicar en la madrugada.

—Estás segura que solo quieres platicar?— Dijo tomándome por la cintura acercándose maliciosamente a mi.

—Bueno, puedo cambiar de planes...— Le tomé del cuello y le empecé a besar con intensas ganas.

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