49. Regalos de graduación

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Obligatorio leer escuchando la canción. Es una de mis favoritas. 



Ya le había avisado a Mackenzie que en estos días iría a supervisar el proyecto de la galería ecológica, pero al parecer se le olvidó avisarle a papá por que el lunes temprano vi su inconfundible camioneta estacionada al frente. Al ir entrando al edificio vi que las fotos y reportes que me habían mandado no le hacían justicia a lo que estaba frente a mí; prácticamente ya estaba listo. Ya habían instalado todos los servicios, terminaban de pintar, instalaban vidriería y luminarias. Era una belleza. Antes de ser por fin inaugurada llegarían las pinturas y esculturas que le darían personalidad al lugar. Con razón Rick y Joshua estaban anunciando por todos los medios su próxima inauguración en dos semanas.

Con menos trabajadores rondando por ahí, se escuchaba la voz de mando de papá haciendo eco desde la parte superior. Subí a toda prisa por las elegantes escaleras hasta que nos encontramos.

Cuando me vio despachó con la mano a dos hombres que lo rodeaban y me abrió sus fuertes brazos.

—Linda, ¿Qué haces aquí?

—Más bien, ¿tu que haces aquí? Este es mi proyecto, no lo olvides.

—Lo se, pero estas por graduarte, deberías estar haciendo cosas de graduados.

—Te prometo que usaré esa excusa pronto, pero por el momento, déjame terminar esto ¿si?

—Si.

Me miró con tanta alegría y orgullo que de inmediato sentí punzadas desgarradoras por tantas cosas que le había estado ocultando, él era como mi mejor amigo y siempre había sido completamente honesto conmigo; lo menos que merecía era esa misma honestidad de mi parte aunque por dentro estuviera ardiendo. "Ya es hora Ales"

—Oye papá, aprovechando que estás aquí, debo decirte algo que no merecía ser contado por celular— le dije tratando de ocultar los nervios.

—Dime hija— oh no, ponía esos brillantes ojos azules ilusionados a los que me dolería lastimar. Era una completa cobarde, sentía que no iba a poder más...

—Antes de que nada, prométeme que escuches lo que escuches no te vas a enojar conmigo.

—¿Tan grave es? — preguntó con una sonrisita como si se tratara de una broma, y es que yo casi nunca le daba malas noticias.

—No es grave, ni malo; sólo es diferente.

Mi rostro aterrado le empezaba a poner seriedad al asunto, y poco a poco empezó a hacerse la idea de que en verdad iba en serio.

—De acuerdo, lo prometo— dijo con sospecha.

—Bien. Tal vez ya te has dado cuenta que he estado ahorrando. Nunca he sido de las que gastan mucho, y mi sueldo mensual  lo guardo casi integro. La verdad es que quería comprarme un departamento en la ciudad al terminar la escuela, en vez de ir a vivir a tu casa.

—Pero si te encanta ir, nos encanta que nos visites. —respondió casi ofendido.

—Exacto, de visita... cuando es por poco tiempo nadie dice que no, pero estar constantemente ahí sería raro para mi. Enserio quiero iniciar en mi propio espacio.

Lo pensó un momento y con una tenue sonrisita me dio la razón.

— ¿Y ya viste alguno que te guste?

—Si, pero con lo de la sociedad con Morrison, mi presupuesto se vio bastante afectado, así que la compra de uno tiene que esperar un tiempo.

—Hija, ¿Quieres que te lo compre yo?, es lo menos que podría darte por hacerme un padre tan orgulloso. Puedes tomarlo como tu "regalo de graduación", mañana ve con Mackenzie al piso de bienes raíces elige el que quieras, sólo verifica que no este comprometido con algún otro cliente y...

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