Prólogo

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—Debe ser por aquí. —murmuré retrocediendo miles y miles de imágenes buscando el origen de lo que ha sucedido.

¿Por qué?

Por qué nadie me dice nada y es un maldito asco estar de ignorante, además tengo demasiado tiempo libre y esperar no es lo mío.

Si quieren echarle la culpa a alguien que sea a los genes.

Solté un largo suspiró deteniendome en unos imágenes que dejé que se reproducirán en una bola de cristal.

Me sentía como una bruja y es demasiado divertido. —pensé riéndome como si fuera un desquiciado dejándome caer sobre mi cama acolchada color negro, lastimosamente las almohadas son blancas para darle un toque de contraste y luminosidad a la habitación, querría quejarme pero en verdad luce bien así.

Si me gusta el negro, ¿algún problema con eso?

—¿No lo has encontrado, Phill? —preguntó preocupado un joven que rondaba la edad de 22 años, cabello bicolor azul aciano en la parte superior y negro en la inferior, ojos celestes, piel ligeramente bronceada, pecas en sus mejillas y nariz, camisa de cuello americano negro, alrededor de su cuerpo un moño blanco, chaleco color azul prusia, un traje blanco por fuera, azul imperial por dentro y por último un sombrero de copa igual de blanco.

—No. —le respondió en un gruñido un joven al otro lado del "espejo", un pequeño portal de color rojo que permitía ver a una persona idéntica a él. La diferencia era su cabello rojo cual sangre, camisa blanca, un moño en su cuello de color plata, chaleco rubí, saco negro por fuera y por dentro escarlata, debía ser un año mayor. —Ya han pasado cinco años y nos siguen faltando piezas. —gruñó irritado.

—¡Will! —se escuchó una voz tras el joven de azul, entrando en la habitación.

El joven de azul, también conocido como William Cipher se encorvó temblando y miró tras él con miedo, se podía apreciar su mirada cristalina.

Se detuvo al observar a un muchacho de cabello rubio ceniza, ojos azules árticos, en su frente se veía perfectamente la marca de la Osa Mayor, llevaba una camisa negra, al igual que su pantalón, una chaqueta azul ártico al igual que el dije en forma de óvalo en su cuello, rodeado por una capa negra.

—¡Ah! —soltó un suspiró Will antes de acomodarse. —Amo Gleeful, es usted. —dijo retomando su postura perfecta, dando aire de superioridad.

—Nunca entenderé como cambias de personalidad tan rápido. —murmuró aburrido Mason. —En cinco minutos comienza el show. —habló mientras se acercaba a esos dos. —Hola, Phill. —saludó manteniendo su mirada seria.

—Hey, Manson. —le devolvió el saludo.

—¿Cómo van con los ingredientes? —preguntó curioso Mason sin dejar su expresión de indiferencia.

Soltó un suspiró frustrado mientras se removía su cabello color sangre. —Una mierda.

—¡¡Phill!! —lo regañó Will al decir tan malas palabras frente a su amo.

—¡¡Oye, imbécil!! —se escuchó al otro lado del "espejo".

—¡¿Qué mierda quieres?! —le devolvió el grito.

—Encontré en tus documentos una dimensión con los cristales que necesitas. —le respondió a gritos.

—Los volveré a llamar cuando tenga algo nuevo. —exclamó antes de cortar la conexión.

—¿Crees que funcionará? —preguntó Mason mirando de reojo al hombre de azul.

—Debe funcionar. —le respondió Will en un murmullo apretando fuertemente sus puños.

—Siento… algo de lástima por Dipper. —susurró Mason mirando al suelo fijamente.

El Cipher se acercó al joven de 20 años, tomando las mejillas del contrario para que lo mirara a los ojos. —Yo también… él sigue creyendo que mi hermano lo engañó. —susurró frotando suavemente sus mejillas.

—Will… nunca hagas algo como eso. —exclamó firmemente mirándolo con decisión. —Es una orden.

Will se estremeció, sintiendo una corriente recorrer su cuerpo, una calidez brotar de su pecho tal como si una flor estuviera brotando desde su pecho, era extraño sentir como las raíces lo conectaban a la persona frente a él.

Se separó sin realmente quererlo, dando una reverencia ante su amo. —A la orden, Mi amo.

Mason sonrió enternecido, sabía que no podía incumplir su orden. Una vez se enderezó chasqueo los dedos, antes de agacharse a sus pies.

—Mason, ¡¿dónde está el estupido Will?! —gritó una muchacha idéntica a Manson, llevaba un vestido negro, en la mitad una gran franja azul ártico, las mangas que le llegan a los codos mantenían el mismo color, guantes negros, al igual que sus leggins, su cuello adornado por un dije en forma de estrella de cinco puntas con varios colores y una cinta en su cabello con el dije de su hermano.

Era nada menos que la hermana gemela del joven que había entrado de golpe a la habitación.

—A-Amo, es-estará li-listo en-enseguida. —tartamudeo Will, temblando ligeramente con lágrimas asomándose en sus mejillas.

Si, definitivamente era impresionante la rapidez con que cambiaba de personalidad, siempre fue así y siempre seguirá así.

Pero obviamente este no es el comienzo de todo, tendré que retroceder unos... ¿cinco años, dijo?

Y si se preguntan, ¿Quién soy?

Yo soy...

Nah, lo mantendré en secreto y ayúdenme a ver lo que ha pasado, porque tener la "conciencia" de todos ayuda mucho.

—Esto será divertido. —murmure divertido dejando que una gran y psicópata sonrisa surcara mis labios.

Contrato: UniónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora