Capítulo 36

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Will 

Soy William Cipher, un demonio triangular que también tiene un cuerpo humano.

Tengo varios problemas encima que son muy complicados.

Mi primer problema tiene nombre y apellido, una mirada tanto fría como triste con una expresión neutral y por muy contradictorio que suene una sonrisa encantadora.

He estado visitando a Mason Gleeful en mi forma humana, nos juntamos luego de su show de la tarde los lunes y jueves.

Los miércoles y domingos eran sus descansos por lo que me dedicaba todo el día.

Los martes y viernes tiene presentación de noche.
 
Ha pasado más de dos mes y ya casi hemos recorrido todo el pueblo en nuestras salidas.

Mi segundo problema es que mis poderes no funcionan por completo a menos que esté cerca de ese chico, muy cerca.

El tercer problema es que a pesar de mis investigaciones no he encontrado nada que me ayude a controlar mis poderes.

Cuarto… Ford, se ha vuelto aún más insoportable, ya no es solo debido a mis problemas con la magia, ahora desquita su frustración conmigo.

Quinto, Stan a empezado a decirme un largo discurso cuando me ve sobre abandonar la casa.

Seis, aunque lo haga necesito un contratista para que mi jefe no me fastidie y… no quiero irme de esta dimensión.

Siete, Mabel y sus amigas han empezado a fastidiar mucho, Mason y yo nos hemos encontrado con ella de "pura casualidad".

Ocho, mi cuerpo humano tiende a sucumbir en algunas ocasiones, no puedo evitar por más que así lo desee transformar mi cuerpo al de un saco de carne.

Nueve, me estoy enamorando con locura de Mason.

Diez, ya no puedo soportar estar tan cerca de él sin abrazarlo, ni besarlo.

—Bill, ¿Qué más haremos hoy? —me preguntó el hermoso castaño que no sale de mi mente.

Hoy es jueves y mañana lo podré tener todo el día.

—Mmm. —lo pensé durante unos segundos. —Hoy es un lindo día, ¿Qué tal si vamos al bosque? —le sugerí con una sonrisa.

—¿Al bosque? —me devolvió la pregunta confundido.

—Sí, venga. —le dije tomando su mano entrelazando nuestros dedos.

Las pequeñas muestras de afecto se han vuelto algo cotidiano, cuando estoy a punto de excederme retrocedo inevitablemente, lo último que quiero es que se alejara de mí.

—Aquí. —dije al detenerme en un jardín de flores azules, a la distancia se veía como el suelo se mezclaba con el cielo, al fondo se lograba ver un árbol. —¿Qué te parece? —pregunté ansioso esperando una respuesta 

 —¿Qué te parece? —pregunté ansioso esperando una respuesta 

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