Capítulo 76

74 20 1
                                    


Alex

—¡¡Nooo!! —gritó desesperado Eric perdiendo por tercera vez consecutiva contra Mabel.

Una vez decidimos jugar a las cartas se unió mi madre en la primera ronda, aunque luego se fue para ayudar a ubicarse a mi padre.

La primera y segunda ronda la ganó Dipper, luego de eso se retiró.

Desde ese momento comenzó el desastre. Mabel es tan linda, dulce y tierna, pero tiene ideas problemáticas.

Esta es una de ellas; apostar.

Cuando empezamos a apostar perdí un par de lentes de sol, un juego de dominó que tenía guardado y un abrigo.

Mientras que Eric perdió unas cerillas, un edredón, una navaja multiusos que le dio a Dipper, un par de dulces, dos bolsas de papitas y ahora unos binoculares.

Sí, perdió el doble de veces que yo.

Cuando perdí la tercera vez supe que no ganaría, y tenía la leve sospecha de que si Dipper no se hubiera retirado hubiera ganado todas o hubiéramos logrado ver una lucha campal, porque tenía la impresión que ninguno de los dos jugó en serio. 

—Ah, qué dulce sabe la victoria. —soltó un suspiró de ensueño Mabel observando sus nuevos binoculares.

—¡¡Chicos llegamos al lago!! —exclamó mi padre con una gran sonrisa saliendo junto con mi madre en la cabina del conductor.

—¡¡Si!! —gritaron emocionados Mabel y Eric antes de salir corriendo afuera.

Mis padres rieron ante las acciones de esos dos antes de seguirlos, seguramente estarían ocupados preparando la parrilla y esas cosas. Mire de reojo a Dipper que guardaba su libro en la bolsa y se le enganchaba a su alrededor.

—Hey. —le dije acercándome a él que estaba dispuesto a salir. Me estremecí ante la mirada llena de frialdad. —He… querido preguntarte… ¿ese libro es tan importante para ti? —pregunté frotando mi nuca incómodo por la mirada que recibía.

Mi amigo frunció los labios con duda, un pequeño brillo en sus ojos resalto de sobremanera tal como si hubiera recordado algo muy significativo. —Es posible… —murmuró suavemente. —Que sea más importante que mi propia vida. —susurro débilmente antes de continuar su caminata apretando junto a su cuerpo la bolsa.

Yo me quedé petrificado en mi lugar, por primera vez en días mostró una suave sonrisa que llegó a sus ojos, en sus ojos se incendió un brillo reluciente tan lleno de vida que le hacía tanta falta esos días.

Verlo acercarse a esos dos que se salpican con el agua con los pantalones doblados para no mojarlos y los zapatos a las orillas del río, solté un largo suspiro antes de acercarme igual. —Deberían dejar eso o se van a empapar por completo. —los regañe una vez estuve en la orilla.

—Vamos deja de ser tan serio o quieres ser un nerd como Dipper. —se burló Mabel con una brillante sonrisa.

—Mabel, no me metas en tus cosas. —le reprocho Dipper sin apartar su mirada de su libro.

—Si usaran trajes de baño no me quejaría sobre mojar sus ropas. —reproche de nuevo rodando los ojos. Al mirar de nuevo el lugar donde estaban ellos me extrañe al no ver a mi primo allí, mire cerca del río sin ningún resultado.

—Eri... —trate de llamarlo.

—Hey. —el grito de mi primo me indico donde se metio.

—¡Ahh! —voltee ante el grito de niña asustado de Dipper, este dio un brinco haciendo que el libro en sus manos cayera al río. 

Contrato: UniónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora