Capítulo 50

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Narrador

—Bien. —soltó Will aún confundido con la situación. —Primero quiero presentarles a… ¡Ca… ! —se detuvo al darse cuenta lo que estaba a punto de decir frente a su Amo. —¡¡Encontraste a tú Agapē!! —gritó emocionado.

A la pareja roja se les detuvo el corazón al escuchar la exclamación del peliazul, ¿Tan rápido se crearía un espacio entre ellos?

—¿Por qué lo dices, Will? —preguntó Bill sabiendo lo que pasaba por la mente de esos dos.

—¿Qué no se acuerdan lo que les dije sobre nuestros Agapē's? —preguntó el demonio de la tristeza consternado.

Al ver a sus tontos hermanos desviar su mirada solté un suspiró frustrado. —Bien. —dijo apretando los dientes irritado. —Primero déjenme presentarlos. —afirmó antes de pasar la vista a su amo. —Estos son Bill. —presentó al rubio. —Y este Phill. —siguió con el pelirrojo. —Mis hermanos mayores.

—¿Si son mayores porque Bill luce más joven? —preguntó de la nada la castaña ruda acercándose a todos una vez que atrapó su esmalte volviendo a la normalidad.

—Eso también quiero saber yo. —refunfuño el demonio de la locura.

—Bill, Phill este es Mason mi Aga…

—¡¡Tu dueño!! —gritaron los dos hermanos al ver la rueda de invocación en las palmas de la pareja azul.

—Ehh, si, sucedieron muchas cosas. —murmuró Will con las mejillas rojas.

—¡¿Ah, si?! ¿Y por qué no me respondiste? —preguntó molestó Bill.

—Eso… —habló Mason alzando la mano para llamar la atención de los hermanos de su demonio. —Fue mi culpa, tenía varios problemas que le impedían venir.

—No fue tu culpa. —refutó Will. —Al principio fue porque mis poderes no estaban completamente restaurados.

—¿Qué…? —soltó Bill creyendo que oyó mal.

—¿Qué carajos te hicieron? —preguntó molesto Phill.

—¿Qué…? ¿Por qué preguntan algo así? —preguntó nervioso apartando la mirada, olvidando por completo regañar a Phill por decir malas palabras frente a su Agapē.

—Lo siento. —se disculpó de repente Mason bajando la cabeza para evitar que vieran su expresión dolida. —Fue mi culpa por no impedir que mi tío le hiciera daño. 

—Por favor dime que tu tío no se llama Stanford. —suplicó Bill mirando ansioso a Mason.

—¿Eh? ¿Cómo lo sabes? —respondió con una pregunta extrañado.

—Esto debe ser una broma. —gruño molesto Phill.

—Ya lo decidí. —afirmó Bill. —Ford. —señaló al hombre que salía de la cabaña seguido de su hermano. 

—¿Qué pasa muchacho? —preguntó extrañado por el repentino llamado sin notar a los dos nuevos.

—Eres mi Ford favorito. —exclamó Bill con una sonrisa y dos pulgares arriba.

—Emm, ¿Gracias? —dijo confundido.

—Chicos vamos a las peleas, recuerden que deben estar allí en 2 horas. —recordó Stan alejándose de todos sin esperar una respuesta, al igual que su hermano.

—Phill, ¿Qué pasa? —preguntó Tyrone preocupado al ver a su demonio temblar de ira.

—El maldito Ford eso pasa. —gruño molesto. —La única forma de desestabilizar a Will al punto de perder su magia es alterarlo tanto física como mentalmente, debió herir su cuerpo demoníaco y humano, enloquecer su magia y herir sus sentimientos. —explicó alterado.

Contrato: UniónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora