Bill y Dipper son enemigos pero, ¿Que pasa cuando el demonio empieza a entrar en sus sueños por puro aburrimiento? Será posible que sean amigos y hasta algo más.
Phill solo quiere encontrar algo en lo que entretenerse, no espera encontrar a una pers...
Tanto el demonio como el humano despertaban de golpe con la respiración acelerada y una capa de sudor en sus frentes.
—Wi-Will, ¿Eso que fue? —preguntó nervioso Mason.
—Eso fue… una visión de lo que le pasará al Agapē de mi hermano si no hace algo. —comentó apretando los puños mirando al vacío, logrando poner aún más nervioso a su pareja.
Fight Falls
—Phill, Phill. —lo llamó asustado Tyrone al demonio tirado en el suelo.
—Estoy bien, Mi Señor. —le respondió levantando la parte superior de su cuerpo.
—¿Qué te pasó? ¡Me preocupaste mucho! —le dijo aún nervioso.
—Tuve una visión sobre la muerte de Pinetree. —murmuró apretando los dientes.
—¿Qué…?
Gravity Falls
Dipper
—¡Bill! —lo llamé asustado al ver el estado de trance de mi demonio. —Bill, por favor. —exclamé alarmado viendo algo proyectarse en sus ojos.
Nervioso acerque mi rostro al de él y besé suavemente sus labios. —Bill, despierta. —murmuré soltando una que otra lágrima. —Por favor, no me hagas esto dorito. —volví a decir. —Me gustas. —afirme.
No soporto ver esa expresión de terror y miedo. —pensé volviéndolo a besar.
Ahoge un lloriqueo al sentir como me correspondió.
—Pinetree. —murmuró al separarse de mi.
Jadee empezando a llorar desconcertadamente al ver sus ojos en tres colores rojo, azul y morado.
Ira, tristeza y miedo.
—Pinetree, por favor no llores. —me pidió tomando mis mejillas para limpiar las lágrimas que no paraban de bajar. —Te escuché y también me gustas, es más me encantas. —me dijo agregando dos colores más.
Blanco y plateado.
Verdad y éxtasis.
—Entonces, ¿Por qué te ves tan mal? —pregunté sin parar de llorar.
—Tuve... una visión. —me respondió con algo de duda, aunque decía la verdad.
—¿Tan grave fue para ponerte así? —pregunté nervioso.
—Si. —me dijo tragando en seco. —Pero, por favor no preguntes nada. —me pidió empezando a llorar conmigo. —Y no me dejes, te lo pido. —me suplicó.
Yo solo atine a abrazarlo fuertemente, él me correspondió agarrando mi camisa.
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