Capítulo 63

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Dipper

—Bill. —solté sintiendo el corazón latiendo como loco, mi dorito me envolvía entre sus brazos hasta llegar suavemente al suelo.

—¡¡¿¿Fertel my dat Jo Ford bine??!! —me preguntó acelerado, sus ojos cambiaron de golpe a morado. —¡¡¿¿Jo Binner net ferwûne of ja??!! —me volvió a preguntar.

¡¡Dime que estás bien!!
¡¡¿¿No estás herido o si??!!

Tiene miedo, morado es miedo. —pensé tontamente sintiéndome mejor al ver su mirada. 

—¡Pynbeam, antwurd! —me volvió a gritar con lágrimas a punto de derramarse de sus ojos.

¡Pino, respondé!

—Bill. —susurre tomando sus mejillas. —Estoy bien y estás hablando en otro idioma. —le dije mostrándole una sonrisa para que pudiera tranquilizarse.

Sus ojos quedaron mitad azul y la otra mitad morado derramando las lágrimas, no soportaba verlo llorar.

—¿Están bien? —preguntó Tyrone bajando velozmente con la cuerda, al igual que Phill.

—Estoy bien, pero… —no logré terminar al sentir a Bill apoyarse en mi hombro.

—Estará bien, solo quédate a su lado. —me dijo Will con una sonrisa decaída bajando con Mason en sus brazos.

—Doch dit my net wer, asjebleaft. —me murmuró suavemente, yo solo frote su espalda, no entendía nada pero sabía que no estaba bien.

No me vuelvas a hacer eso, por favor.

—Dorito sigues hablando en tu idioma. —susurré acariciando su cabello también.

—Lo hace de vez en cuando. —me dijo Will aún con su sonrisa ambigua.

—Es mejor dejarlo hasta aquí. —comentó Tyrone mirándonos con tristeza.

—Si, nosotros volveremos a nuestras dimensiones. —comentó Phill soltando un suspiró. —Los dejaré en su habitación. —dijo antes de chasquear los dedos.

Antes de que lo notara nos encontramos en la habitación de Bill, en su cama para ser exactos.

—Bill. —lo llamé suavemente no quería que se exaltará ni mucho menos. 

—¿Ja?

¿Si?

—¿Podrías teletransportarnos al tercer piso? —le pregunté tal vez un lugar más acogedor lo podría ayudar.

—Goed. —murmuró suavemente antes de chasquear los dedos y aparecer en ese lugar.

Bien.

—Bill, quiero que me hables. —le dije acomodandome en el poof.

—¿Hoe giet it? —me preguntó aún sin salir de mi pecho.

¿Qué pasa?

—Quiero que me hablas en mi idioma, así no te entiendo. —le reproché sin dejar de acariciarlo.

—Durmamos un rato. —me dijo de repente.

Sonreí al escuchar que me hizo caso. —Pensé que los demonios no dormían.

—Técnicamente no lo hacemos, más bien no soñamos, pero podemos dejar nuestro cuerpo en modo reposo. —me explicó tranquilo. — Ayuda a renovar energías.

—Entonces puedes dormir un rato, yo seguiré viendo el cielo. —le dije.

—Pinetree, gracias. —susurró antes de cerrar los ojos y caer en lo que supongo que es la inconsciencia.

Contrato: UniónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora