Capítulo 70

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Bill

Encadene al imbécil de Ford, tengo que hacer un par de cosas antes que la cadena de desgracias hacia mi comience.

Mientras que todos los que se encuentran en la Cabaña están distraídos entre al cuarto de los gemelos en mi forma humana, saqué el libro que le regalé a mi Pinetree.

Suspiré antes de empezar a escribir en mi idioma, sé que no lo entenderá, pero quiero pedirle perdón aunque sea de esta forma.

Una vez termine metí el libro en su maleta, agregué algo de ropa arriba para ocultarlo aunque sea hasta que se vaya.

Salí con cuidado mirando a Pinetree correr de un lado a otro para hacer ese robot unido a la cabaña, de vez en cuando movía entre sus dedos el collar que le di.

Espero que no se lo quite nunca, así incluso aunque no esté lo podré proteger.

Ahoge un sollozo que se quería escapar de mis labios antes de irme rápidamente a la pirámide en mi forma de demonio. -¡¡Bola de imbéciles!! -grité fuertemente haciendo eco en el lugar.

-¿Qué pasa Bill? -me pregunto Kryptos aburrido llegando seguido de los demás.

-Pronto llegará mi Agapē con los de mi rueda. -le dije tranquilo. -Cuando entren a la pirámide les recomiendo que vuelvan a su dimensión, no habrá mucho tiempo. -les expliqué dando un último suspiro agotado.

-Bill, ¿Estarás bien? -me preguntó Pyronica con una mueca.

-Lo estaré, mientras que mi Agapē salga ileso. -respondí de forma fría, mandandoles una mirada de muerte a Dientes y Cerradura por si intentaban comerse a mi pequeño.

-Vigilare a tu Agapē hasta que se vaya del pueblo. -me dijo Forma amorfa, dejándome estupefacto.

-¿Por qué harías eso? -pregunté desconcertado.

-Literalmente te debo mi vida. -me respondió rodando los ojos. -Qué más da, vigilar un poco más a tú Agapē, además no he encontrado el mío. -me respondió en un ligero tono disgustado.

-Bueno, supongo que no estará de más. -le respondí encogiéndome de hombros aparentemente desinteresado. -Bien, empezamos con la tortura de Fordsy~ -dije divertido antes de chasquear los dedos para aparecer a Ford ne medio de la sala para que todos le tiren parte de su magia, claramente sin matarlo.

No pasó mucho para que llegaran todos en el Cabaña de Misterio y empezar una extraña batalla donde mi ojo resultó herido.

Una vez acabé con esa estúpida cabaña entre a mi pirámide viendo discutir a esos tontos gemelos mayores.

Me apodere de la mente de todos los de mi rueda a excepción de la familia de mi Pinetree.

-No sé, a este castillo le vendría bien otra decoración. -dije haciéndolos banderines. -Ya es muy tarde para tus amigos, Stanford. -afirme encerrando a Pinetree y su hermana en una cárcel piramidal.

-¡Niños! -gritó asustado Stan.

-Pero aún puedes salvar a tu familia. -sentencie de forma siniestra. -¡Último chance! ¡Dime cómo hacer universal el Raromagedon y liberó a los niños! -hablé "molesto".

-¡No, no lo hagas! -gritó Pinetree nervioso.

-Si, Bill hace malos tratos. -le siguió Shooting Star.

-No juegues conmigo Shooting Star. -le dije mostrando al universo en mi ojo. -¡Ahh! -grité al sentir como Shooting Star roció pintura en mi ojo. -¡No, otra vez! ¡¿Por qué siempre haces eso?! -gruñí con molestia frotándome el ojo.

Contrato: UniónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora