Capítulo 45

101 29 1
                                    

Narrador

El estado del demonio se debía a solo un motivo.

Los demonios como él tenían energía ilimitada y sus poderes son inimaginables, algo que ninguna dimensiones no toleraban, a excepción de la suya.

Por eso necesitaban una "ventana" para que le permitiera acceder a su poder, normalmente para eso se crean los tratos, su contratista funciona como esa "ventana".

Las cosas cambiaron cuando conoció a su Agapē, la "ventana" se transformó en "puerta" por así decirlo debido a que podía utilizar en mayor medida su magia, pero al ser un demonio que representa una emoción negativa y su descontrol emocional causaron por igual que su magia se derrumbara.

Y cuando su Agapē se alejó de él, su cuerpo no resistió el desbalance empezando a colapsar.

Una vez que estuvo frente a él, su mente se apagó. Buscando el alivio de su poder y de su cuerpo que tanto había sufrido.

⚠️ Advertencia +16 ⚠️

—Ngh~ Ha~ —jadeo al sentir como Will se abalanza encima de él. —Will~

El demonio se separó lentamente mirando los ojos del contrario expectante tranquilizando su respiración. —Will~ —susurró incitando a besarlo de nuevo.

El peliazul le dio una mirada cargada de sentimientos, alzó la mano chasqueando los dedos cayendo de repente en un suave colchón.

Sosteniéndose de sus antebrazos volvió a besarlo con desesperación, mostrando esos sentimientos que tanto habían retenido durante el tiempo que estuvieron separados.

Bajo los besos desde su mejilla, mentón hasta su cuello, deslizándose cada vez más abajo, dejando un que otra marca a su paso.

—Ah~ —soltó al sentir como lamia su clavícula. 

Will al escuchar ese jadeo empezó a succionar esa zona que solo lo hacía sentir cada vez más bien, empezó a desabrochar su camisa sin parar de pasar su lengua por esa zona tan sensible.

—Will~ —lo llamó entre jadeos llevando sus manos a esa camiseta que le estorbaba. 

—¿Qué pasa? —preguntó con una sonrisa juguetona. —Amo Gleeful~ —susurró en su oído haciendo estremecer al más bajo.

—Quitatelo. —ordenó con una mirada cargada de deseo. 

En consecuencia una sonrisa pícara surcó los labios del demonio. —A la orden, amo Gleeful. —afirmó levantando la parte superior de su cuerpo, mientras con la otra lo mantenía atrapado, aunque no es como si el rubio-cenizo quisiera escapar.

Este sin pensarlo acato la orden y se quitó la camiseta para dejarla a un lado, dejando ver su cuerpo trabajado, una que otra quemadura que se desvanece en cosa de segundos.

Si no fuera un demonio juraría que pasa todo el día en el gimnasio. —pensó Gleeful lamiendo sus labios antes de empujar al demonio para que lo dejara libre.

Al poder moverse se acercó al peliazul que apenas se reincorporará algo molesto por la acción de su Agapē.

Antes de que pudiera anticiparlo esté se encontraba en su regazo.

—Ha~ —jadeo al sentir algo duro entre sus glúteos, aferrándose a sus hombros. —Esa no es manera de saludar. —gruño Mason queriendo parecer molesto.

—De verdad~ —murmuró el demonio al oído del otro, cosa que lo hizo estremecer. —Al parecer tu oído es mucho más sensible. —volvió a murmurar antes de morder con suavidad el lóbulo de su oreja.

—No Uhg~ hagas Mmm~ eso. —habló al sentir mordiscos en su oreja.

—¿Cuántas más zonas sensibles tendrás? —preguntó de forma lasciva tomando de las caderas al chico para juntarlo más a él.

—Espe… Ah~ —gimió al sentir la mano cálida del demonio entrar en su camisa por su espalda baja, mientras sentía esa cosa dura moverse en círculos en medio de sus glúteos.

Todo el cuerpo del castaño tembló, esa corriente que atravesaba su cuerpo se detenía en sus propias zonas bajas.

Sin ser consciente le siguió el movimiento al demonio, mientras su boca buscaba el contacto de la lengua del peliazul.

Más. —pensó con desesperación terminando de quitarse su camisa, mientras el demonio seguía acariciando su espalda baja. —Will~ —lo llamó entre jadeos, mientras acariciaba el torso del muchacho.

—¿Si? —habló soltando suspiros al sentir las manos de su Agapē por su pecho.

—Tócame más. —ordenó con las mejillas rojas.

—A la orden~ —murmuró de nuevo en su oído bajando su mano, apretando el trasero del otro, mientras la otra mano soltaba el cinturón y le baja el cierre. Los suspiros del demonio no se detuvieron al sentir la lengua del castaño jugar con su pezón.

Molesto con ese estorboso pantalón se lo quitó de un chasquido y como extra también el bóxer.

—Estás demasiado despierto. —susurró entre jadeos en la piel desnuda del demonio, este se aferró al cuerpo del rubio-cenizo sintiendo un estremecimiento por el calor de su boca.

—¿De verdad? —preguntó tentado al seguir sintiendo la respiración caliente en su pectoral.

—Si. —comentó de forma lasciva bajando sus besos, mientras se separaba del demonio.

Will dejándose llevar por el placer que le proporciona su Agapē lo dejó alejarse. El pequeño besó todo su torso repartiendo besos y mordidas, al llegar a ese lugar que estaba sufriendo tanto.

Al lamer ese bulto el demonio soltó un jadeo de impresión, jamás pensó ver a ese chico de expresión fría y neutral le podía enviar una mirada tan cargada de deseo.

—¿Será que lo hago? —preguntó divertido besando a ese bulto que solo quería explotar.

—Mason, pa… Ja~ —ahogo un jadeo al sentir una pequeña mordida.

—Silencio. —ordenó con una sonrisa de soberbia empezando a desabrochar su pantalón. —Me haré cargo de todo lo que has sufrido y de lo que provocare de ahora en adelante. 

⚠️ Fin de la Advertencia ⚠

😏😏 ahora se viene lo chido

Contrato: UniónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora