Contrato: Unión

Capítulo 51

Narrador

—Eso explica muchas cosas. —murmuró Bill sin apartar sus manos de su rostro, no quería que vieran sus ojos.

—¿Por qué lo dices? —preguntó curioso Tyrone.

—Mi cuerpo, obtuve mi cuerpo de forma natural al entrar en contacto directo en mi forma humana con mi Agapē. —explicó sin sacar sus manos de sus ojos.

—¿Lo llevaste a nuestra dimensión? —preguntaron los otros dos demonios, al ver a su hermano asentir se quedaron en silencio. Los humanos tampoco dijeron nada al no saber qué decir.

El timbre de un celular les pegó un susto a todos cinco. 

Tyrone nervioso sacó su teléfono y atendió. —¿Si?

—¡¿Dónde están?! ¡¡La pelea empieza en cinco minutos!! —le gritó su hermana.

—¡Ah! Es cierto, ya vamos. —afirmó antes de colgar. —Tenemos que irnos a la pelea. 

—¡¿Qué?! —exclamó Bill.

—¿Ya es hora? —preguntó Phill levantándose del sofá.

—¿Les gustaría venir? —ofreció Tyrone al ver como el demonio rojo y amarillo se levantaban sin decir nada.

Will miró a su dueño esperando una reacción de este.

—Claro, tampoco tenemos algo más que hacer. —respondió Mason encogiéndose de hombres.

—Entonces, nos vamos~ —dijo divertido Bill chasqueando los dedos para aparecer cerca del edificio donde se hacen las peleas.

—Por cierto, ¿Quiénes van a pelear? —preguntó Will prestando atención a sus hermanos.

—Nosotros, los tres. —le respondió Tyrone con una gran sonrisa.

Sin notar como Mason empezó a mirar el lugar, al final sin darse cuenta se separó de los demás.

Mason

Este lugar es extraño y curioso, hay muchas personas juntas, me acerqué a un gran tablero cerca de allí.

Hermanos Cipher's, Big Dipper vs Banda

¿Quiénes serán esa banda? —pensé curioso. —¿Los hermanos Cipher's podría incluir a Will? —me pregunté, aunque nunca he visto a Will pelear.

—¿Has venido a ver a alguien? —me preguntó un muchacho de cabello largo rubio, de ojos negros, debe tener alrededor de 18 años.

—Algo así. —respondí indiferente volviendo a pensar en cómo pelearía Will.

—Ya veo, ¿Entonces te gustaría verme pelear a mi? —me preguntó en un extraño tono.

Fruncí el ceño incómodo al sentir como invade mi espacio personal. 

—Lindo collar. —murmuró mirando mi cuello.

—Gracias. —respondí sin más, en verdad me está incomodando. 

—¿Te gusta usar esas cosas?

—Es un regalo por lo que trato de no quitármelo. —dije alejándome tomándolo entre mis manos al ver su intento de tocarlo.

—Hu, pues cuidado que es muy posible que te considere como un perro y ese sea tu collar. —comentó ligeramente irritado.

¿Qué le pasa a este imbécil? —me pregunté extrañado. —Puede que esté sea un collar de propiedad. —le dije sonriendo de forma altanera. —Pero soy yo quien tiene el mando de la cadena. —afirme divertido.