Capítulo 79

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Forma Amorfa

Desde ese momento vagué durante largos milenios por el mundo llamado "Tierra".

Hasta que un día me llamó para crear un Raroarmagedon para salvar a su Agapē, era una locura lo que hacía estaba dispuesto a pasar quien sabe cuanto tiempo atrapado en una roca para salvar el alma de su amado. Allí conocí a sus dos hermanos y los Agapē´s de estos, era impresionante ver cómo es que eran tres triángulos de diferentes colores y muy diferentes personalidades al igual que sus parejas.

—Bill, una vez te vayas yo puedo…

—¡No! —se negó enseguida sin siquiera dejarme terminar. —Mírate, me llamas por mi nombre, tienes personalidad. —afirmó con desdén recordando a mi antiguo yo. —Cuando todo acabe puedes hacer lo que quieras, eres libre. —me dijo firmemente. —¡¿Entendido?!

Lo pensé unos segundos antes de contestar. —Si.

Lo vi irse sin más dejándome con su hermano. —De verdad le harás caso, ¿eh? —habló Will desanimado.

—No. —negué divertido.

—¡¿Le mentiste?! —exclamó impresionado mirando con su ojo muy abierto.

—Claro que no, sabes que nadie puede mentirle, él dijo que me dejaría libre para hacer lo que quiera y yo decido ir a ayudar a su Agapē. —le dije animado antes de salir volando de allí, dejando a ese triángulo azul reírse como desquiciado.

Definitivamente son hermanos. —pensé, sin prestar atención a los cuchicheos de tratar de salir del pueblo.

Pff gran sorpresa que se ganarán cuando no puedan pasar, solo pueden pasar seres de bajo nivel en lo que respecta a poderes o alguien con tranquilidad, sin ningún mal pensamiento contra la humanidad y claramente yo.

Así fue como Bill Cipher el demonio de los sueños cayó a manos de la familia de su Agapē, como me prometí a mi mismo cuidé al castaño.

Y también lo conocí a él.

Ese extraño chico que estaba atraído por el aroma que envolvía mi magia y mi ser, no entendía por qué, además cuando me acercaba a él era como si me quitaran un peso de encima y una tranquilidad se envolvía en mi centro.

Gracias a él pude durar más tiempo de lo que pensé.

Se suponía que llegaría Will y traería la esencia de Bill, algo que en realidad no entendí.

Pero ya ha pasado un año desde ese verano y mi magia ya no resiste.

Así es como llegué aquí viendo Dipper Pines el Agapē de mi dueño atormentado por los recuerdos y la falta de su presencia.

Cuando al fin Dipper cerró los ojos cayendo en un profundo sueño.

Mi cuerpo se encontraba agitado, casi no podía volar y estaba a punto de desfallecer, sería el único momento que podría estar calmado porque sabía que una vez se despertara vendría el caos.

Ya no podía mantener a raya la agonía del chico, allí fue cuando apareció él, Eric.

—No lo hagas, acaba de dormirse. —murmuré suavemente acercándome a él, sin darme cuenta me acomode entre sus hombros, tratando de recobrar mis energías y poderes.

—¿Quién eres? —la suave voz de él, me calmó si tuviera cuerpo podía acurrucarme en él y tranquilizarme e incluso podría dormir aunque no lo necesitara.

—No necesitas saberlo, no ahora. —fue lo único que pude decir tomándome unos segundos para poder calmarme por completo.

Me aleje de él antes de que me dejara embobar e irme con él hasta el comedor de la caravana.

Me relaje por completo observando con paciencia a Dipper dormir, pasó media hora o tal vez una hora no estoy seguro, pero los demás volvieron al parecer estaban dispuestos a hablar con Dipper, pero al verlo dormir prefirieron jugar.

Al llegar las 12 de la noche el hombre "mayor" los mandó a dormir, se despidieron de estrella fugaz y apagaron las luces dispuestos a dormir.

Se acomodaron en sus camas en el camarote, desgraciadamente se asustaron al notar el leve brillo en la frente de Dipper.

—¿Q-Qué hace? —preguntó asustado Alex.

—¡¡Y yo que sé!! —le respondió explosivo Eric.

Con mi magia traté de calmarlo y controlarlo, sin embargo, cuando los chicos encendieron las luces aumentó el brillo, era más brillante que la propia luz del cuarto.

—No, no. —negué tratando de aumentar el ritmo de mi magia sin éxito, sin embargo, una honda me expulsó del cuarto hasta caer aún lado de la habitación de Mabel que estaba por entrar.

Esa magia no fue la protección de Bill, fue de Dipper, la magia de Bill que obtiene su Agapē a través de su conexión. —pensé agotado soltando un jadeo fuerte sin querer.

Tuve que empezar una amena charla con la hermana del Agapē de mi dueño, sin embargo salió acelerado del cuarto saliendo de la caravana por lo que obviamente lo seguí.

Esto es malo. —fue mi único pensamiento antes de que se detuviera en medio del bosque.

Contrato: UniónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora