Capítulo 90

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Mira aburrido como se reproducía el día siguiente como era normal, suspiré tomando el control remoto y adelante velozmente, al llegar a un momento en particular y volví a poner la perspectiva del imbécil ese.

Tres años después 

Jack

Entre en la cafetería, di un rápido vistazo al lugar hasta dar con un castaño con ojos chocolates, una mirada concentrada con un extraño brillo en sus ojos de 16 años repasando un cuaderno, ese cuaderno del que sabía que eran notas del extraño idioma de Rubit.

—Hey. —lo saludé sentándome a su lado.

Este levantó su mirada y me dio una gran sonrisa, esas de las que pocas veces suele hacer, según sus amigos y hermana estaba volviendo a ser él, aunque todavía hay cosas que no entiendo lo que envuelve a esos cinco chicos.

Este levantó su mirada y me dio una gran sonrisa, esas de las que pocas veces suele hacer, según sus amigos y hermana estaba volviendo a ser él, aunque todavía hay cosas que no entiendo lo que envuelve a esos cinco chicos

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(Créditos a su respectivo autor)

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—¿Está volviendo a ser él? —murmuró animado sintiendo la felicidad golpear fuertemente mi pecho. —Eso significa… —hablé con una gran sonrisa surcando en mi rostro. —¡¡Si sigue así, sus recuerdos volverán!!

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—Hey. —me devolvió el saludo con una sonrisa encantadora.

Si sigue así me lanzaré a él. —pensé desviando la mirada a otro lado.

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Mi sonrisa se desvaneció al instante, Con cada segundo que pasa ese chico se está ganando mi desprecio.

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 —Sabes que se está acercando el verano.

—¿Y eso qué? —me respondió confundido ladeando su cabecita con una mirada bastante dulce.

Oh, dios, esto es digno de diabetes.

—Bueno, sabes que tus amigos y tu hermana se ponen nerviosos cuando llega esta fecha, además de que siempre te pasa algo que normalmente involucra desmayos. —comenté con la mirada baja, no podía seguir viéndolo sabiendo que terminaría mal.

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—Jumm, al menos conoce su lugar. 

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—Lo sé, pero sabes… A diferencia de los años anteriores tengo un buen presentimiento. —me dijo con una brillante sonrisa y sus mejillas coloradas.

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—Tengo muchas esperanzas en ese presentimiento, Men. —afirmé prestando atención a cada detalle.

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