Capítulo 20

144 36 8
                                    


Tyrone 

—P-Phill, ¿Qu-Qué te pasa? —pregunté nervioso al ver su mirada tan seria aún cuando sus ojos brillan con… ¿esperanza? 

—Tyrone, se Mi Señor. —me dijo, dejándome descolocado.

¿Qué está diciendo?

—¿De qué hablan? —murmuró mi tío Stan.

—Ni idea. —le siguió mi tío Ford.

—Shh. —los silenció Mabel, seguramente estaba entusiasmada.

—¿Qué? —solté confundido ignorando a mis familiares. —Pensé que era un… no sé una broma, un juego. —le dije confundido.

—No lo era. —exclamó tomando mis manos. —Tyrone, es muy posible que me tenga que ir cuando encuentre a mi Agapē. —murmuró dolido sin despegar su mirada de mis ojos.

Mi corazón se estrujó al escuchar la mención de su Agapē y para remate me acaba de confirmar que en verdad se irá cuando lo encuentre.

—Yo… no puedo rechazar a mi Agapē. —me respondió triste.

—¡¿Por qué no puedes?! —le reclamó mi hermana ante mi silencio, sentía que no podía reclamarle algo.

—Por que si no pudo morir. —explicó evitando mi mirada.

—¿Qué? —solté asustado, aparte sus manos.

Me sentía confundido, asustado, alarmado. ¿Por eso siempre dice que se irá con su Agapē? —pensé llevando mis manos al caballo. —¡¿Cómo podía esperar que se quedara conmigo cuando… él está arriesgando su vida?! —pensé alarmado.

—Tyrone, no es como…

—¡¿Cómo pienso?! —le grité sintiendo mis ojos humedecerse. —¡El hecho de estar a mi lado significa que arriesgas tu vida! —le volví a gritar. —Imbécil, ¿Cuándo pensabas decirme eso? —le pregunté golpeando su hombro. —¡¿Cuándo mueras?! O no me digas, ¡¿Cuando apareciera tu Agapē y me tuvieras que dejar?! 

Las lágrimas de impotencia empezaron a brotar de mis ojos. 

—Tyrone, no es así. —trató de calmarme sin obtener resultado. —Escúchame, Tyrone. —afirmó tomando mis hombros.

—No quiero, me dejarás de todos modos. —le reproché tratando de apartarlo.

—Mírame.

—No, no quiero. —exclamé molesto.

—Tyrone, mírame.

—Que no.

—¡Tyrone! —grito mi nombre tomándome de las mejillas, no tenía salida y al ver su mirada suave supe que había caído.

—No quiero que te vayas, pero… prefiero mil veces eso a que mueras. —susurré llorando sin control, esa mirada suave es una maldición para mí.

—Ser Agapē es ser un ancla de energía, fuerza y magia, puede unirnos el amor, pero es fraternal, cariñoso, no necesariamente tiene que ser de pareja. —me explicó acariciando mis mejillas.

—¿Ya ha pasado con otro demonio? —preguntó tratando de dejar de llorar.

La mueca de él no me ayudó para nada. —La verdad no sé, no conozco mucho sobre los Agapē's. —murmuró nervioso. —Mi hermano es quién tiene esa información.

Con un destello azul me limpió las lágrimas. —Nunca consideré encontrar a mi Agapē y ahora menos, por eso quiero ofrecerte permanecer a mi lado antes de que lo conozca.

Contrato: UniónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora