Capítulo 28

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Mason

Cuando Will se fue, traté de despertar sin mucho éxito.

Aún somnoliento abrí los ojos, sentía que había dormido tan bien, es la primera vez que duermo así después de tantos años.

Lo primero que pude percibir fue un sutil aroma a lavanda, no pude evitar acurrucarme en la cama, el olor me hacía sentir tan tranquilo.

¿Estarán lavando las sábanas con lavanda? —pensé dejándome llevar por ese dulce aroma. Solté un suspiro aliviado antes de volver a caer dormido.

—Her-ma-ni-to. —logre escuchar apenas antes de sentir como me desperté con agua fría.

—¿Quéé…? —salté alterado, estaba teniendo un sueño tranquilo hasta que de repente me desperté por esto. —¡¿Qué rayos te pasa, Mabel?! —grité molesto.

—Estamos esperándote, el desayuno está listo. —me dijo antes de irse tranquilamente como si no me acabara de lanzar agua fría, temble inevitablemente.

¿Acaso lo sacó de la nevera o que? —pensé molestó corriendo al baño de mi cuarto. —Que frío.

Una vez salí de la ducha y me cambié, suspire agotado antes de sacar la sábana, con lo bien que olía. La llevé a la secadora y la dejé allí, necesitaba buscar otras sábanas.

Recorrí el lugar sin encontrar dónde guardan las sábanas y frazadas, resignado al no encontrar nada me encamine al comedor.

—Gracias por no empezar sin mi. —comente con sarcasmo al verlos comer tranquilamente.

—Te demostraste demasiado, hermanito. —rió divertida mi tonta hermana.

—Me preguntó por qué será, no lo sé, ¡¿Qué tal si fue porque mi cama terminó mojada?! —exclamé molesto tomando asiento.

—Oops. —soltó con una gran sonrisa, que me daba a entender que no sentía nada de culpa.

Bufé con molestia ante esto.

—Tranquilo, Will no sirvió tu comida todavía. —me dijo el tío Stan mostrándome una sonrisa, aunque su plato estaba casi vacío.

—¡¡William, la comida de Mason!! —gritó mi tío Ford antes de levantarse y marcharse.

No lo entiendo, Will literalmente le está dando todo lo que él quiere, ¿Por qué sigue tratándolo de esa forma tan… inhumana? Incluso para un demonio.

—Will, ¿Cómo va la presentación? —preguntó mi tío Stan despertándome de mi letargo.

Allí estaba el demonio azul mirándome fijamente con su único ojo.

—No debe preocuparse por eso, en cambio preocúpate por tu discurso. —le dijo sin titubear incluso parecía divertido.

—Ahg, eso es un asco. —habló disgustado mi tío.

—Yo te ayudo, tío. —exclamó animada mi hermana levantándose de su asiento.

—¡Entonces ven conmigo! —afirmó feliz el tío levantándose igual y perdiéndose entre los pasillos.

—Entonces tu comida, eh~ —dijo Will en un extraño tono que no pude identificar. 

—¿Eh? Sí. —afirmé asintiendo.

Esperaba una comida fría, posiblemente sabría soso a comparación de las delicias que prepara el demonio, ya estaba acostumbrado a ese tipo de comidas así que no importaba, pero...

Frente a mi la comida parecía como si recién hubiera salido de la cocina, se veía más deliciosa que las otras veces.

—Buen provecho~ —me dijo antes de desaparecer, si tuviera boca seguro que estaría sonriendo.

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